Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comJosé Gálvez descendió hace dos semanas a la Copa Perú y lo único que se sabe es que arrastra deudas que, a priori, parecen impagables. ¿Está en condiciones de seguir como institución? ¿Debería considerar la opción de la refundación?

Bien es sabido que José Gálvez, a lo largo de 2014, pasó mil y un peripecias para sostenerse. Desde la "desaparición" de su presidente Augusto Sipión, la resta de puntos por deudas, la mudanza a Casma y el posterior descenso a la Etapa Departamental de la Copa Perú. Le pasó de todo al maltratado equipo chimbotano. Y eso que no solo fue este año. Pero lo más grave hasta la fecha es que no ha solucionado ninguno de sus problemas y, dada su actual condición, lejos de la órbita profesional, parece no tener salvación. "Es un muerto viviente", dice más de un hincha del equipo de la 'Franja'. Pero, ¿cuál es su real estatus? Es muy preocupante.

Así no hay cómo

A la fecha, Gálvez tiene una déficit que bordea los 350 mil dólares. De su deuda fraccionada del año pasado, aun están pendientes cinco cuotas que bordean los 25 mil dólares. Asimismo, debe tres meses de sueldo a sus jugadores de la temporada 2014 de la Segunda División (45 mil dólares mensuales por planilla) y tiene que pagar 110 mil dólares de un laudo perdido en los tribunales.

¿Hay cómo pagar ese monto? La realidad indica que no. Más si el club, que tiene como encargado a su segundo vicepresidente, William Hernández, ve difícil conseguir el apoyo de la empresa privada porque el equipo ya no se mantiene en el fútbol profesional. En esa línea, pensar en la opción de insertarse a la Departamental para 2015, que es el lugar que le corresponde, parece una utopía, ya que esa instancia del torneo recién es en julio, y tal situación implicaría una preparación desde, por lo menos, dos meses atrás. ¿El equipo está en condiciones de solucionar su deuda en los primeros tres meses del año? En Chimbote ya se han hecho la idea que lo que se viene es el desenlace fatal.

Ocurre que, para arrancar la temporada 2015, Gálvez tiene que estar al día o, en su defecto, haber encontrado un método de fraccionamiento, y con garantía, para tener vía libre en la próxima edición del "fútbol macho". Pero esto también parece imposible si, además del escaso apoyo que ostenta, está aun tris de perder, por embargo de su expresidente Henry Orellana, un predio de tres hectáreas y media que iba a ser la sede del club.

Salidas "ingeniosas"

Con todo lo que parece que está por venirse en Gálvez, y la posible no participación del histórico elenco chimbotano en la temporada 2015, el siguiente paso, aunque suene doloroso, va a ser la desaparición. Lo que implicaría descender hasta la categoría más baja, además de la sanción a sus dirigentes por cinco años en todo el sistema deportivo nacional. Desde luego, la única alternativa que le queda al equipo, en este momento, es recurrir a sus socios -los mismos que eligieron a Augusto Sipión en julio de 2013- y que sean estos los que salven a la institución.

Otra opción que se baraja es la de refundar el club y, así olvidarse de las deudas, al mejor estilo del Sport Áncash de José Mallqui, aunque esta situación que podría generar discrepancias con los hinchas. Pero también hay otra salida que suena a práctica: para la temporada 2015 de la Liga Distrital de Chimbote el torneo contará con la presencia de la Escuela de Fútbol José Gálvez, elenco recién ascendido que tiene ligazón directa con la franja chimbotana. Capaz este podría ser el equipo a potenciar y ya no el deudor.

Como fuere, la situación de Gálvez es catastrófica. Pero es el final que se anticipó y que se veía venir. Depende de un milagro, pero su periodo de espera se está acortando.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com

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