Enigmático destino
El hecho de que Deportivo Coopsol se ubique a tan solo tres unidades del primer lugar, mostrando una gran efectividad en el Rómulo Shaw Cisneros de Chancay (donde ha estrenado localía esta temporada), y teniendo la gran opción de llegar a la división de honor de nuestro balompié, abre la duda. ¿Repetiría su presidente -Fredy Ames- la polémica venta de su derecho a participar en la máxima división, tal como hizo con la Universidad de San Martín de Porres a principios de 2004?
En la balanza
Muchos cuestionaron entonces la polémica decisión de Ames al aceptar la propuesta de compra efectuada por la San Martín. Sin embargo, en la actualidad, para nadie es un secreto que la participación del cuadro albo en el máximo circuito ha contribuido con el profesionalismo del campeonato. La institución de Santa Anita ha adoptado un modelo económico y organizacional digno de ser imitado por los clubes tradicionales: cumple con las remuneraciones al día hacia sus jugadores y comando técnico, les brinda moderna infraestuctura y ha puesto mucho interés en el desarrollo de sus fuerzas básicas. Sin ánimo de alguno defender a Ames -probablemente a él ni siquiera le importaron en sí mismos los efectos de la venta-, gracias a dicha decisión hoy el fútbol peruano puede contar con un club modelo, que ya ha alcanzado dos títulos nacionales en su corta vida.
Nuevo rótulo, nueva casa
Hace unas semanas se oficializó el retorno de Deportivo Coopsol en lugar del fenecido Deportivo Aviación. Aunque seguía conservando el mismo plantel, comando técnico y hasta indumentaria, traía una novedad: el traslado de localía hacia Chancay. Dicha localidad del norte chico ya contaba con historia en el balompié peruano: Juventud La Joya participó de los torneos de Primera División entre 1985 y 1988. Luego, no obstante, vendió la categoría al Meteor Sport Club, club de la familia Mufarech, que paulatinamente mudó su localía a la capital.
En la actualidad, el Rómulo Shaw Cisneros luce un buen mantenimiento de su gramado de juego y tribuna principal, lo que favorece al desarrollo de buen fútbol en dicho recinto. Incluso, ya se ve que el apoyo de los aficionados chancayanos hacia los rojos crece paulatinamente, jornada a jornada, y hasta se ha organizado una pequeña barra.
La máquina del tiempo
El mes de octubre definirá al equipo que logre el título de la Segunda División, y por ende, el ascenso a la división de élite. Si por aquellas fechas, Deportivo Coopsol lograra ganar el certamen, se enfrentaría irremediablemente a dos panoramas. La primera proyección, sería quedarse en Chancay, donde bien podría recibir el numeroso apoyo de los aficionados locales. La oportunidad de situarse en un lugar que semana a semana le muestra su respaldo no debería ser despreciada por los hombres del Grupo Coopsol. La segunda proyección es simple: podría repetir lo hecho el 2004. Si ese fuera el caso, muchos clubes -especialmente de Copa Perú- ya habrían de estar sondeando los teléfonos de Freddy Ames.
Fotos: Georgina Carlos / Radio Líder Chancay
escrito por Roberto M. Gando , July 17, 2009
El caso de la San MartÃn para suerte de nuestro fútbol resultó bien (al menos hasta ahora), pero hay que recordar que cuando se dió este hecho el 2004 la intención de la Universidad era muy diferente al no haber descenso. La inversión que realizaron fue muy pobre, conformando un plantel de bajo nivel que realizó una muy mala campaña en el Apertura (de 26 partidos: 2 ganados, 4 empates y 20 derrotas). Sólo a partir que la FPF cambio el reglamento de ese año y determinó que sà iba a haber baja, se vieron obligados para la segunda parte de ese año a gastar bastante para salvar la categorÃa y no perder toda la inversión que realizaron con la compra del Sport Coopsol (¿alguien recuerda o sabe cuánto pago la Universidad?). Me pregunto: ¿sin ese cambio en el reglamento, la San MartÃn hubiera crecido de la manera que lo hizo hasta llegar a lo que es ahora?.
Personalmente creo que serÃa lamentable que se vuelva a dar el caso de un equipo vendiendo la categorÃa. SerÃa alimentar una especie de cÃrculo vicioso, en el cual (teóricamente) alguien compra un equipo a bajo costo, invierte cierta cantidad de dinero (en jugadores, comando técnico y logÃstica) para obtener el ascenso, vender el equipo al mejor postor y la siguiente temporada hacer lo mismo con parte del dinero obtenido de la venta. El que sea legal no implica que sea lo correcto, por más que al fútbol se lo vea como un negocio.
Y tratando de verlo por el lado deportivo, me parece que no habrÃa igualdad de condiciones para los demas equipos participantes del ascenso que buscan ascender por el orgullo de jugar en primera, no para venderse.
Además, en el imaginario que alguna institución compre al D.Coopsol, no se puede garantizar que resulte creándose una buena institución a imagen de la San MartÃn.