Foto: Miguel Koo Vargas / DeChalaca.comEl Alianza de Sanguinetti sigue ganando según la pragmática idea de su DT. Con un gol a balón parado y otro de cabezazo de su '6', venció 2-0 a un San Simón tan romántico como su community manager: fue a Matute con tres delanteros y un solo volante de contención.

 

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Dícese que Alianza juega feo. Pero gana. Así lo entiende cada vez más marcadamente el equipo que lidera la tabla del Grupo A del Torneo del Inca y que está interpretando lo que su técnico, señor Sanguinetti, propone: trajín intenso y denodado en el mediocampo, centros en búsqueda de un hombre de área y apertura del juego hacia los costados sí y solo sí es para que el balón retorne rápidamente al medio. Así es esta versión blanquiazul 2014: la que propone sin resquemores un 4-3-2-1 en teoría defensivo pero lo suficientemente contundente para el medio en la práctica. Una pragmática.

Dícese que San Simón juega bonito. Pero pierde. Así lo entiende cada vez más marcadamente la tabla de posiciones, esa que cruelmente lo condenaría, si hoy acabara el Torneo del Inca, a ser el único equipo que comience el Apertura con tres puntos menos, salvo que a alguien se le ocurra cambiar esa norma también en unos días porque estamos en el país donde las bases de los torneos se modifican sobre la marcha. Es un equipo que también interpreta lo que su técnico, señor Vidales, propone: fútbol ofensivo y de espacios abiertos, tridente delante con falso '9' y circuitos cortos para llegar al área rival no con pelotazos sino con balón dominado. Así es la versión 2014 del último campeón de la Copa Perú: la que propone sin ponerse más colorada que su propia camiseta un 4-1-2-3 ofensivísimo en la primera presentación de su historia en Matute. Una romántica.
Aunque el marcador solo arrojó dos goles a favor de Alianza, Federico Nicosia tuvo una ardua labor en Matute cada vez que los íntimos se acercaron a su área (Foto: Miguel Koo Vargas / DeChalaca.com)
Trujillo a balón parado, gol. Puede que con complicidades a veces pero lo concreto es que cada vez que 'Talara' se para frente a la pelota en tiros libres, Alianza se está acostumbrando a celebrar. Era el 1-0. Míguez llegando desde atrás, al cabezazo, gol. No es fruto de casualidades: el '6' aliancista es la pieza táctica más valiosa de su equipo pues hace el ida y vuelta sin cansarse y hasta apoya a Guevgeozián como segundo hombre de área. Volantes modernos, catalogan a esa especie. Un todoterreno muy útil que está varios escalones arriba en rendimiento que su compatriota Costa, que entró y anduvo una vez más enredado con la pelota. Como fuere, había sido el 2-0.

Acasiete llegando desde atrás al cabezazo, casi gol. Tapó Forsyth a la primera, atajó también en el rebote. Bien podría haber entrado en una u otra para significar el empate parcial, pero no ocurrió. Como tampoco en otros contragolpes en los que o Rey, o Fernández Dávila o Ferreira, el tridente ofensivo visitante, buscaban construir juego para inquietar. Ganó control San Simón cuando entraron Zegarra y Chávarri a aquietar pelota al medio y, sobre todo, apoyar a 'Tierra' Mendoza en labores de recuperación. Bien podrían haber ingresado al campo antes, pero nuevamente no ocurrió. El partido ya estaba 2-0.

En los cuentos, generalmente el final feliz es siempre romántico. En la vida, y en el fútbol como parte de ella, el final obedece varias veces a medidas pragmáticas.

Fotos: Miguel Koo Vargas / DeChalaca.com

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