A un solo round
A partir de la edición de 2005 de la Copa Libertadores, la Confederación Sudamericana de Fútbol decidió comenzar a aplicar la denominada "regla del gol de visitante" que hasta ese momento se aplicaba en otras competiciones futbolísticas, principalmente en Europa. Si bien existen distintas maneras de aplicar esta regla, la CSF lo adaptó tomando como referencia la aplicación de la UEFA. Así, en caso de empate en el marcador tras dos partidos de una eliminatoria se toma en cuenta como factor de desempate los goles de visita. Esto evita que en este caso la llave se vaya a penales. Esta regla -que también se comenzó a aplicar en la Copa Sudamericana- tiene una sola excepción: los partidos de las finales de Copa. Esta medida ha caído bien en las competiciones sudamericanas, ya que favorece que el partido no se vaya a penales -donde varios factores externos al juego pueden ser determinantes-. Siguiendo esta línea, y estando a puertas de la primera final de la edición 2011 de la Copa, vale la pena cuestionarse si, al igual como sucede en Europa, sería mejor que la final de la Libertadores se juegue a un solo partido en cancha neutral en lugar de dos partidos ida y vuelta.
El factor deportivo
Objetivamente un partido entre los dos mejores equipos en una cancha neutral es la mejor manera de comprobar cual es superior al otro en un partido a 90'. Sin mayores apoyos de sus respectivas hinchadas, sin conocimientos mayores del terreno y dejando todo en un solo enfrentamiento que demuestre la tenacidad, concentración y capacidad futbolística de cada equipo. Esto es algo que se pierde en una final a dos partidos, ya que cada uno jugará ante su público y las ventajas por conocer su terreno de juego. Aparte de ello no favorece al espectáculo, ya que lo más usual es que el equipo que juegue de visita salga a defenderse y se olvide del arco de enfrente, más aún porque no existe el factor de los goles de visita y, finalmente lo más importante, existe un tema de seguridad. En Sudamérica sigue siendo común que los partidos acaben en grescas entre jugadores y aficionados del equipo local, algo que sería más fácil de evitar si se juega en una cancha neutral, con un número reducido de hinchas de cada equipo.
El factor comercial
El fútbol es un negocio y como tal depende mucho de la expectativa que genere el producto para que este resulte rentable. ¿Cuántos de ustedes amables lectores, aprovechó la final de la Champions para reunirse con amigos a almorzar y tomarse algunas cervezas? Si lo hizo es por la expectativa que le generó ese partido. Usted sabía que a partido único, ese día de todas maneras se iba a conocer a un ganador, que ambos equipos saldrían a darse al 110% y que las emociones estaban aseguradas. Exceptuando las semifinales entre el Barcelona y el Madrid, lo usual es que las eliminatorias a doble partido no generen la misma expectativa que un partido único en el que el ganador se lleva la copa a casa.
Por otro lado, la final de la Champions sirvió también para presentar a la sociedad europea el nuevo Wembley. Ahora, imagínese que en la final del 2012 de la Libertadores, el escenario del partido único sea el renovado Estadio Nacional de Lima. Todos los ojos del mundo volteados mirando la ciudad que recibirá la final. Piense en los aficiones de ambos equipos viajando a Lima, a las máximas autoridades de la CSF haciendo lo mismo. Pero no solo ellos, reconocidas figuras mundiales, ya sean del deporte o el espectáculo, suelen asistir a estos eventos deportivos. Pero también imagine que usted pueda asistir al partido que define al campeón de América en el querido José Díaz. Que en vivo pueda percibir a las hinchadas de dos equipos que pugnan por ser campeones. Ese es el producto que el fútbol vende hoy en día, la expectativa y la posibilidad de vender no sólo los 90' de partido, sino información durante días de la ciudad, del estadio, etc. América se voltearía por días a mirar a Lima, dándole una exposición mediática importante a la capital del país.
La organización involucraría no solo a las autoridades deportivas sino también a las de la ciudad. En vista que la ciudad será expuesta, habría razones para que las autoridades den todas las facilidades del caso para que se guarde la seguridad que se necesita. Y este es otro factor a favor, jugar en una cancha neutral permite que se tomen medidas de seguridad más efectivas ya que los ciudadanos no estarán apoyando a un equipo determinado, lo que evita que puedan haber desmanes de grandes proporciones. También ganaría la industria hotelera, ya que podrían ofrecer paquetes por más de un día para que los aficionados visiten la ciudad, la conozcan y consuman en los distintos comercios. Asimismo, la evaluación crítica de los medios, autoridades y aficionados forzarían a que los organizadores se esfuercen en mantener todo a la perfección. Esto favorece al fútbol local, ya que las instalaciones se mantendrían renovadas, las medidas de seguridad estarían sometidas a pruebas y habría una inversión constante en el deporte. Y claro que las sedes de las finales no tendrían necesariamente que ser capitales de la región, ciudades con estadios grandes como Cusco, Arequipa o Trujillo podrían albergar finales, aumentando su exposición y aumentando el turismo.
Así, la idea de que la final de la Libertadores se juegue a un solo partido tiene potencial y podría ser considerada por la CSF hacia el futuro. Con sedes elegidas con años de anticipación, lo que permitiría que no haya beneficios para ningún equipo y haya un tiempo prudencial para preparse para recibir el evento. Claro que si no hay compromiso por parte de las autoridades de las ciudades elegidas, la idea podría no generar los beneficios que potencialmente tiene. En todo caso, la posibilidad existe y es un tema de opiniones el decidir si se varia hacia ella o se mantiene el sistema actual.
Fotos: AP, Mexsports, Reuters
Mostrar/Ocultar comentarios
