Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comCon un nuevo título perdido, esta vez en la final de la Copa del Rey, el Barcelona ha confirmado los agudos problemas que presentan su esquema táctico y once titular. Enfrentado a una sanción de un año sin contratar jugadores, el futuro culé no se ve muy auspicioso.


La reciente sanción que ha recibido el Barcelona por infringir el reglamento de contratación de menores de la FIFA ha causado revuelo en la esfera futbolística: dos períodos de transferencia sin poder realizar transacciones. En cristiano, no podrá comprar jugadores en un año. Para cualquier equipo europeo de primer nivel esta restricción sería un golpe importante para sus aspiraciones coperas pero se presumiría que, a pesar de ello, debería tener un plantel lo suficientemente poderoso como para poder sobrevivir.

Este no, sin embargo, es el caso del Barcelona, equipo que, como se ha podido ver en el último par de meses, no tiene un plantel amplio y sufre hasta con su once titular. Véase línea por línea los principales problemas que afrontará el club azulgrana de no hallarse fundado el recurso de apelación presentado ni la posterior (se presume) discusión en el TAS.

El equipo se arma desde atrás

La irregularidad de Bartra hizo que Mascherano asuma una posición donde no se acomoda: la de back central (Foto: AFP)La última línea de Barcelona ha sido el punto más flaco del equipo. Se nota una caída general en el nivel del equipo, pero la defensa es el sector que levanta más dudas no solo por su rendimiento sino por su falta de recambio. La temporada comenzó con Bartra alternando en el primer equipo pero su falta de comodidad le devolvió a Mascherano y a Piqué la titularidad casi indiscutible. El argentino es uno de los que más críticas ha recibido debido a su juego muy arriesgado y a que -casi- no hay partido en el que no cometa algún error, algunas veces fatales. Piqué bordea partidos aceptables pero sin mostrar el juego de hace algunas temporadas. Dani Alves ha ido perdiendo proyección letal; suma centros sin destino y errores en salida. Y Jordi Alba se ha mostrado como lo mejorcito de una línea que deja la sensación de no terminar de cuajar en el esquema de Martino. Aun así, a veces peca de atolondrado.

La solución tendría que ser encontrada en un cambio de aires: probar distintas duplas o dar la oportunidad a jugadores con mejor sentido de marca. Sin poder revisar la cartera internacional, Barcelona está confinado a su propia cantera, en la que en esa posición no hay alguien que resalte como reemplazante natural, ni por juego ni por edad. Bartra es la opción más probable, pero le queda pendiente despejar dudas sobre su rendimiento. Sin contarlo, la imposibilidad de reformar la última línea a pesar de la necesidad puede convertir este problema en el gran demonio del equipo en la siguiente temporada. Esta será, sin lugar a dudas, la zona más afectada por la sanción.

Es necesario agregar a la preocupación defensiva un punto de suma importancia: el arco. Valdés confirmó hace meses que se irá del Barcelona a mitad de año y, de suceder eso finalmente, Pinto será el heredero natural. La preocupación es evidente: Pinto no es un arquero de buen nivel, mucho menos del nivel que exige el equipo catalán. Los esfuerzos por retener a ‘VV’ siquiera por una temporada más tendrán que triplicarse para salvar esta situación.

Crisis de creatividad

La edad de la volante talentosa de Barcelona puede jugar una mala pasada (Foto: AFP)Otra zona que preocupa bastante es la del mediocampo. Nadie cuestionará que Busquets, Xavi e Iniesta son jugadores de primerísimo nivel y que, en un buen día, se comen a la mayoría -por no decir a todos-. El problema está en que a los últimos dos parece estar afectándoles la edad. El rendimiento de Xavi ha decaído, pasando de trascendente a intrascendente de un partido a otro. Iniesta pasa por algo similar, pero tiene el agregado que, dado su mayor recorrido en la cancha, ya no está para jugar 90’. Si a eso se suma que Busquets no tiene un reemplazante natural –lo de Song ha sido muy bajo-, no va a haber refugio para los días de tormenta que se avistan, más aun con el bajón de nivel de Fábregas, quien parece ya no encontrar cabida en un equipo que poco a poco lo va dejando atrás.

La volante será, tal vez, el lugar donde el equipo tendrá que recurrir más que nada a sus inferiores. Jugadores como Sergi Roberto tendrán que pisar el verde más que lo que les correspondería naturalmente, por encontrarse aún en etapa formativa y de crecimiento. Sin embargo, esta es la única solución que se puede deducir, lo cual no augura un futuro nada auspicioso: si bien algunos de estos chicos podrán ser diamantes en bruto, no cuentan -aún- con la entereza física y mental para afrontar y cargar parte de la mochila de un equipo como el Barcelona y menos en torneos como la Liga o, peor aún, la Champions League.

Problemas estructurales

La ofensiva es el menor de los problemas del equipo catalán. Neymar, Sánchez, Messi y Pedro son jugadores de un nivel envidiable que, si bien algunos no están jugando al nivel que han mostrado o pueden mostrar, pueden arreglárselas entre ellos.

El ataque no merece mayor discusión. Sin embargo se puede notar la Messi-dependencia (Foto: AFP)El mayor problema de esta zona radica en el esquema inmodificable que plantea –mal que, en realidad, afecta al equipo entero-. La Messi-dependencia es una enfermedad que durante los años de gloria se mostró benigna, pero que ahora empieza a demostrar síntomas. El planteamiento no solo es siempre el mismo -Messi libre y dos extremos- sino que ha llegado al punto en el que no le es posible al equipo jugar de manera distinta. Se han visto muchos partidos en los que el Barcelona se ha enfrentado a rivales que lo han complicado, sin ser necesariamente de mejor nivel, y lo han encerrado en su propio laberinto.

Lo que el equipo realmente necesita es aprender a jugar bajo un formato distinto que le permita entrarle al rival cuando el típico 4-3-3 no le funcione. Ejemplo: un ‘9’. El Barcelona no puede jugar con un delantero de área; sencillamente no sabe hacerlo. La figura de “falso 9” no se lo permite, y ante un esquema que necesita ser renovado urgentemente, se le complica mucho el panorama. En tienda blaugrana no hay un ‘9’ de raza y, con la opción de contratar fuera de la mesa, el formato actual no parece ser susceptible de variar.

En resumen, las opciones son extremadamente reducidas. Sería muy complicado renovar el esquema táctico con el mismo plantel acostumbrado a jugar de una sola manera. Las cartas del equipo se limitan al técnico que pueda contratar -en caso de seguir ese camino- y en que sus jugadores vuelvan a su nivel habitual. Si bien se requerirá una rápida maduración de los menores por la ausencia de variantes, la esencia del equipo no sufrirá mayor variación. Se avecinan tiempos difíciles en el Camp Nou, que dependerá exclusivamente de la capacidad de autosuficiencia de su plantel por una temporada más.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: AFP

 

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