Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comPartió a la eternidad Roberto 'Tito' Drago, símbolo máximo del Deportivo Municipal. Uno de los redactores más jóvenes de DeChalaca, acérrimo hincha edil, intenta explicar cómo y por qué alguien de su edad puede idolatrar a alguien que nunca vio jugar.

 

Estaba almorzando cuando me enteré de la noticia. La comida, por más deliciosa que esté, no se puede disfrutar luego de enterarse de algo como esto: el estandarte de mi equipo ha partido. Porque es eterno, y siempre será el máximo ídolo de Municipal.

Mencionar a ‘Tito’ Drago es pronunciar ‘Muni’. No tuve la dicha de disfrutar de la época de los 'Tres Gatitos' ni de alguna de sus veintidós temporadas como jugador, pero por lo que me han contado mi familia y algunos amigos de tribuna, ver jugar al 'Maestro' era un maravilloso espectáculo del cual me encantaría haber sido espectador en alguna ocasión.

El fútbol es una pasión en la que cada uno escoge un equipo al que seguirá siempre, en las buenas, en las malas y en las peores. ¿Cómo, entonces, no querer a Roberto Drago Burga? El jugador, técnico e hincha que ha vivido esas tres situaciones en carne propia desde la cancha, el banco y la tribuna. Hablar de Deportivo Municipal es hablar de los años cuarenta, hablar de aquella década es hablar de los 'Tres Gatitos', y hablar de ese magnífico trío es hablar de ‘Tito’. Según todos, una persona intachable y el mejor de los mejores en los mejores años del equipo.

Foto que estremece: 'Vides' Mosquera, 'Tito' Drago y 'Caricho' Guzmán juntos. ¿Para qué más?. (Foto: revista Don Balón Perú) 

No jugó toda su carrera con la franja, pero sí el 90% de ella: 20 fueron las temporadas en que defendió los colores del club cuyos hinchas lamentan hoy su pérdida. Con Municipal consiguió el campeonato de 1943 y cinco subcampeonatos. Él explica el nacimiento del apodo ‘Academia’ del equipo por su paso por Racing de Avellaneda. Le debemos, pues, los mejores años y nuestro mote característico. ¿Es entendible lo que significa ‘Tito’ Drago para los hinchas ediles?

Esto fue lo primero que conocí de él cuando mi viejo empezaba a formarme este sentimiento hacia el ‘Muni’. Y eso es solo lo que hizo como jugador. Se retiró en 1965 con la camiseta con la que siempre se le identificará en una jornada gloriosa en la que se robó el show y abarrotó el estadio no solo de hinchas ediles, me contaba y volvió a contar hoy mi papá. Volvió a finales de la temporada de 1967, esta vez como técnico para intentar salvarnos del primer descenso, pero a pesar de no lograr el objetivo -pues llegó cuando ya estaba casi consumado-, se mantuvo en el banco hasta 1972. Durante esos años el ‘Muni’ volvió a Primera y peleó el título en las cuatro temporadas posteriores al retorno.

Mi padre tampoco tuvo la suerte de verlo jugar más que sus dos últimas temporadas. Pero sí disfrutó verlo en el banquillo, y me contaba que el estilo de juego era el mismo de Drago en sus épocas de jugador: siempre para adelante, dribleando, tocando en corto, haciendo huachitas y demás lujos. Más o menos como lo que dice nuestro himno: con pelota dominada, como los maestros. Como el 'Maestro'. Con toques, piques, pases, goles y porque siempre serás el campeón. Y aunque para mi generación hasta el momento no se haya podido dar la última parte del coro, la entonamos y la repetimos con fe ciega, a pie juntillas, porque una vez hubo un 'Tito' que nos permitió creérnosla, efectivamente, para siempre.

Junto a Pelé cuando el Santos jugó un amistoso en Lima contra 'Muni' en 1962: un grande para otro grande. (Foto: revista Ovación) 

La última experiencia de ‘Tito’ como DT del club fue en 1979, año en el que ‘Muni’ volvió a pelear el descenso y del que esa vez sí nos pudo salvar. Cuando era niño y mi papá me llevaba al Nacional antiguo a ver al equipo en Segunda y éramos un par entre los tan solo cientos de espectadores, él me decía: “Cuando al equipo lo dirigía Drago este estadio se llenaba fecha a fecha. Yo iba a esos partidos y me contaban que esto no era nada; cuando ‘Tito’ jugaba el estadio también se llenaba, pero de hinchas de la franja”. Quedé sorprendido ante ello pues creo que no éramos ni 500 los que nos habíamos acercado a presenciar ese partido en Oriente Alta, con un sentimiento que para mí era lo máximo pero que según todos los mayores no era nada comparado con las épocas de 'Tito'. ¡Cómo habrá sido, entonces, de gigante!.

Como jugador, como técnico y como símbolo, el apellido Drago nos dio alegrías. Fue protagonista de las épocas doradas, partícipe de las malas campañas y presenció la peor época de la institución. Mi papá lo considera uno de los más grandes del fútbol -estoy seguro que la peor noticia que le he podido dar en muchos años es el deceso del 'Maestro'-. Es su ídolo y el mío también, por las historias aquí contadas y algunas más. Él, nuestro ídolo y el de todos los que llevan una franja roja tatuada en el pecho blanco, ha partido para reunirse con 'Caricho' Guzmán y alentar juntos a la 'Academia', dondequiera que ellos estén y dondequiera que ella esté: en la Liga del Cercado o en la Primera División a la que, ahora sobre todo, tenemos que volver por él.

No hay palabras para agradecerte lo que hiciste por nosotros. Ni aunque todos los hinchas ediles nos organicemos para rendirte homenaje con una banderola gigante, con una canción, con un play de honor, con un estadio propio con tu nombre podremos devolverte lo que nos diste: todo lo que somos, todo lo que es este legado que dejaste llamado Centro Deportivo Municipal. Lucharemos por dedicarte el campeonato de este año y cantaremos “Echa Tito” en tu nombre en los partidos que resten. Te debemos muchísimo, a mis 18 años te debo muchísimo, Roberto Drago Burga. Gracias por todo, 'Maestro'.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
 


Comentarios ( 1)add
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escrito por pacho herrera cruz , October 23, 2015
lo vi jugar ewn las finales de su carrera,era extraordinario
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