Sucre peruano, Sucre
A propósito del ida y vuelta contra Bolivia, DeChalaca.com recuerda los primeros amistosos disputados por Perú ante los altiplánicos. Sucedieron en 1973, en el marco de la Copa Mariscal Sucre, en la que también se sufrió para celebrar.
Los años setenta compusieron la que probablemente fue la mejor década del fútbol peruano en la historia. Se les debe sumar un par de años más antes y después, que fueron en los que se lograron las clasificaciones a los Mundiales de 1970 y de 1982. Se contaba con jugadores de alto nivel internacional como Teófilo Cubillas, Hugo Sotil, Héctor Chumpitaz y Roberto Chale, entre otros. En medio de esos años de gloria, Perú se enfrentó a Bolivia por primera vez en partidos amistosos -antes de ello todos los choques entre ambos habían sido oficiales- que, como hoy, le servieron para afrontar la eliminatoria al Mundial de 1974 que estaba por empezar a jugarse. Se conoce que aquella fue la única mancha en ese lapso laureado de nuestro fútbol pues no se consiguió el pase a la Copa del Mundo, pero también se sufrió en la Copa Mariscal Sucre, la que se disputó en los mentados partidos de ida y vuelta contra la selección del altiplano.
Primero aquí y luego allá
Igual, también, a como se está haciendo estos días, se disputó el primer partido en Lima. Roberto Scarone, técnico de la blanquirroja que tuvo mejor fortuna dirigiendo a más de un equipo del medio, alineó a ‘Chicho’ Uribe el arco; Navarro, La Fuente, Manzo y Trigueros en la defensa; en la volante a Roberto Chale, Mayorga y al ‘Flaco’ Quesada; y a Percy Rojas, Muñante y al ‘Cholo’ Sotil en el ataque. Aquel partido se ganó 2-0 con goles de Iriondo (en contra) a los 20’ y de Sotil a los 34’. Debe recordarse que Perú acababa de ser sensación del Mundial de 1970 y los clubes nacionales tenían roles protagónicos en las Copas Libertadores de aquellos años. Se logro aquel triunfo, sí, pero se decepcionó a la afición que esperaba una actuación muy por encima de la que se ofreció.
De las notas escritas acerca de dicho partido en el diario La Crónica se sacó que solo Roberto Chale fue capaz de cumplir con las expectativas generadas en torno a él. El ‘Niño Terrible’ fue capitán de Perú por primera vez ante los bolivianos y se convirtió en el eje del mediocampo blanquirrojo. Su trabajo fue destacado positivamente por ‘Lolo’ Salazar quien señaló que fue “ejemplo en todo (…) además de jugar bien, mostró pundonor y corrección”. El inolvidable ‘Pocho’ Rospigliosi dedicó su columna a celebrar la actuación de Chale y reconoció que a pesar de ser un jugador díscolo con reciente pasado turbulento, en dicho encuentro se mostró casi en su mejor nivel.
Pero más fueron los aspectos negativos que dejó aquel partido, pues se dijo que el portero Uribe se mostró nervioso, que Muñante fue anulado, que a Sotil le faltó clase para anotar “un par de goles más” (así de pedigüeña era la prensa), entre otras flacas actuaciones individuales que sumaron una colectiva decepcionante ante un rival que no se presentaba como peligroso.
Perú no tiene altura
Nunca se ha podido ganar en la altura de La Paz. Solo se ha empatado en dos ocasiones (Copa América de 1983 y Eliminatorias de 1996) y es claramente una de las plazas que se presenta como más difícil para la selección nacional. A pesar de contar con esos maestros de la pelota, no se pudo conseguir un triunfo. Para el partido de vuelta, jugado el 15 de julio, Scarone dispuso el siguiente once titular: Otorino Sartor, Soria, Chumpitaz, Manzo, Trigueros, Mayorga, Ramón Mifflin, Teófilo Cubillas, ‘JJ’ Muñante, Rivero y el ‘Ciego’ Oblitas. A Perú le chocó la altura y también el frío. Llama la atención que la crónica de la revista Ovación se centrara tanto en el detalle climático y de hecho debió ser fulminante, pues hasta granizo cayó en dicha ocasión.
Del fútbol se puede destacar la buena actuación del ‘Nene’ Cubillas, quien dio la contra a quienes le acusaban una supuesta falta de entrega a partir de su llegada a Europa (algunos osados lo llamaban irreverentemente 'El Suizo'). Pero tal como sucedió en el partido de Lima no se logró hacer un buen juego, a pesar de que la prensa boliviana destacó la mejoría que asomaba en el cuadro peruano. Se extrañó de más a Hugo Sotil y el partido se perdió 2-0 -Ovidio Mesa marcó dos veces, a los 71’ y a los 73’-. Ante la igualdad de puntos y goles recibidos y marcados, el título de la Copa Mariscal Sucre fue compartido, aunque el trofeo lo recibió el capitán Chumpitaz y Perú se quedó con el trofeo por su condición de visitante en ese partido de vuelta. Y se lo quedó para siempre, pues no volvió a disputarse esta Copa.
Despacio se llega lejos
Aquella Bolivia se parece a esta (y casi que a cualquier otra, en realidad). Se trata de un equipo que se muestra con menor poder que cualquier otro rival y, a priori, debe derrotársele con comodidad, holgura de goles y buen juego. No lo pudieron hacer los capos de hace 40 años, menos se debe esperar que lo hagan los buenos que tenemos ahora. La ansiedad no debe ganarle al público, pues esta se transmite a los jugadores y así todos dejamos de ganar. Existe una actitud destacable en el grupo actual; se nota que busca hacer las cosas de la mejor manera que esté a su alcance, pero no siempre lo conseguirá.
No se pudo vencer a Bolivia en el remozado Nacional y probablemente no se le pueda ganar en La Paz, como sostiene la historia. Eso no debe traer abajo los ánimos, pues se está trabajando bien de cara a la Eliminatoria que está a punto de empezar. Se sabía antes de la Copa América que el camino sería duro y el amistoso del viernes y el que se sostendrá este lunes son una muestra de las piedras que se van a encontrar en él. No deja de ser cierto que Bolivia es de los oponentes más débiles que hay, lo cual aclara aún más que el viaje será durísimo. Es imprescindible tener paciencia y estar dispuestos a apoyar cuando ocurran los reveses (que se van a dar).
La selección tiene potencial pero no se ha llegado al nivel de “favorito” (eso dejémoselo a otros que viven más al sur). La humildad debe ser bandera peruana, imprescindible en la maleta que se arma para este viaje que se espera acabe en Brasil. Véase como perjudicó “sobrar” un poco a los bolivianos. Por suerte pasó en un amistoso, será bueno que nos curemos en salud. El sufrimiento, indefectiblemente, estará presente en cada jornada.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: diario La Crónica, revista Ovación
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La historia nos narra del club Sucre "Los Dinamiteros" que en cualquier año de la dècada de los 40 pasò por Colombia y dejò huella.
En nòmina el gran arquero Gustavo Tarrillo "Tarro de leche" y el mago de la gambeta Marcial Hurtado.
Tarrillo en partido frente al Dim en 1943 le atajò 2 penales a Josè "Mico" Zapata,juego que terminò empatado a un gol.
Lo lindo del asunto se refiere al General venezolano Francisco Josè de Sucre, uno de los grandes visionarios en la independencia de nuestros paises hermanos de Amèrica.
Gloria , gloria al General nacido en Cumanà .
Un abrazo mi hermano. Chao.
