La goleada al terror
Luego de un clásico, una mitad del país queda con el corazón vibrando y la otra mitad con el alma destruida; en casos de empates, los latidos suelen ser neutros. Pero pocas veces, como el 12 de septiembre de 1992, el resultado de un partido de fútbol fue tan secundario para justificar la alegría colectiva: esa tarde, Universitario le ganó 0-2 a Alianza Lima en Matute, pero eso quedó de lado horas después, cuando un flash televisivo anunció la noticia más importante para el Perú en las últimas décadas: la captura del líder de Sendero Luminoso, del mayor asesino de nuestra historia, Abimael Guzmán.
A las 3 y media de aquel sábado, las 35 mil personas que asistieron a Matute no sabían que en la Urbanización Los Sauces, en Surquillo, el GEIN ultimaba los detalles del operativo. En La Victoria, la preocupación de los cremas era conservar el primer lugar, y la de los aliancistas -que venían en recuperación tras una desastrosa primera rueda- tentar un lugar en la liguilla. El dirigente crema, Alfredo González, ya empezaba a hacer gala de sus majaderías y protestó airadamente porque la Policía decomisó unas banderas en Tribuna Norte.
El clásico despertó tal interés que, después de casi dos años, volvió a transmitirse por televisión un encuentro del torneo local. América Televisión (Canal 4) y Global Satélite (Canal 13) pugnaron por los derechos del clásico; la oferta económica del 13 fue superior y el equipo de Alberto Beingolea transmitió el encuentro, pero con la condición de hacerlo en diferido: a las siete de la noche, recién los televisores peruanos sintonizaron el clásico, con los comentarios de Beingolea y los relatos de un Toño Vargas que, por entonces, narraba los goles con sobriedad británica.
En la ‘U’, Iván Brzic mandó a tres delanteros en punta (Tomás Silva-Juan Carlos Letelier-Ronald Baroni) y se la jugó por dos novedades: hizo reaparecer a Juan Carlos Bazalar, varios meses lesionado, y ubicó a César Charún como lateral izquierdo ante la suspensión de Octavio Vidales. Pese al esquema ofensivo del serbio, fue Alianza el que tomó la iniciativa: con Marco Valencia apagado, Juan Reynoso (quien alineaba en la contención) asumió las funciones creativas como enganche retrasado: las proyecciones de ‘Mágico’ Gonzales por la zona del improvisado Charún causaron zozobra en área crema durante los primeros minutos.
Pero la ‘U’ capeó rápidamente el temporal: a los 24’, tras pase del reivindicado Charún, el chileno Juan Carlos Letelier superó al arquero uruguayo Pablo Fuentes con un remate a rastrón. Veinte minutos más tarde, los cremas liquidaron el clásico: Roberto Martínez sirvió un tiro libre y Álvaro Barco conectó de cabeza para poner el 0-2 que fue definitivo.
Alianza no tuvo otra reacción que el desorden; la mala suerte también aportó su cuota, pues el delantero búlgaro Jordan Petrov, tras un choque, salió desmayado en una ambulancia y fue reemplazado por el ‘Gato’ Carlos Basombrío. Sobre el final, el técnico aliancista, Miguel Ángel Arrué, se agarró ‘de boquilla’ con un hincha de Occidente (seguramente, uno de los futuros ‘Caseritos de Ospina’) que comenzó a increparle la derrota: “¿Por qué no bajas a entrenar?”, desafió el chileno.
Lo trascendental ocurrió horas después: promediando las ocho y media de la noche, Abimael Guzmán fue capturado. Algunas versiones policiales recuerdan que el televisor de Guzmán estaba sintonizando el canal 13; aunque se sabe que Guzmán no tenía interés por el fútbol, sí tenía afición por el boxeo, por lo cual es probable que estuviera aguardando el match entre Julio César Chávez y Héctor ‘El Macho’ Camacho, que Global iba a transmitir luego del clásico. Paradójicamente, una hora más tarde, durante la transmisión de la pelea, un cintillo “en la parte de las pantallas” (Toño Vargas dixit) confirmó el rumor que ya invadía medio Lima: Abimael, por fin, había sido capturado.
Marco Miyashiro, uno de los gestores de la captura, contó que cuando trasladaban a Guzmán al local de la DINCOTE, en la Avenida España, la caravana policial comenzó a dar bocinazos, con la doble misión de despejar el tránsito y de celebrar. Algunos hinchas de la ‘U’, que recién se enteraban del triunfo de su equipo por la transmisión diferida, levantaron los brazos, pues pensaban que los patrulleros festejaban el resultado del clásico.
Era, ciertamente, la caravana del triunfo: el Perú había ganado por goleada.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: revista Estadio
escrito por Daleucampeon , September 14, 2012
escrito por Bunnyper , September 14, 2012
escrito por Mario Alberto , September 15, 2012
escrito por giavide , September 15, 2012
escrito por Max , September 05, 2022