Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comLa costa norte del Perú se quedó sin equipos de Primera División, ya que tanto Juan Aurich de Chiclayo como Alianza Atlético de Sullana descendieron. ¿Qué similitudes hubo entre las campañas de ambos?

Mariano Elías | @marianoeliasfut
Redactor

El descenso de Juan Aurich y Alianza Atlético no fue ninguna sorpresa. Desde inicios de año, sus perspectivas no fueron alentadoras debido a una suma de distintos factores que parecían ser un sólido augurio de lo que finalmente ocurrió. En ambos casos, se erró mucho en la conformación de sus planteles, se contrató a técnicos de perfiles similares y se repitió la tendencia fatídica de la imposibilidad de jugar como local en la localidad de donde proviene el equipo.

Los planteles

Ambos equipos apostaron por una mezcla entre (mucha) experiencia y juventud, pero en los dos casos los llamados a ser los referentes nunca aparecieron o no se mantuvieron en el equipo hasta el final, y fueron los más jóvenes los que tuvieron que ponerse al hombro una situación con la que no podrían solos. En Juan Aurich, ni el argentino Mauricio Mazzetti ni Ronald Quinteros ni Renzo Sheput ni Víctor Rossel fueron constantes y todos dejaron el club a mitad de temporada. Sus futbolistas más regulares fueron, además de Jesús Cisneros, los chicos: hablamos de Elsar Rodas, Jean Pierre Archimbaud y Rick Campodónico, por citar tres ejemplos. El caso de Alianza Atlético fue similar, ya que se prescindió en plena temporada de los colombianos Jhon Valencia y Renato Zapata, además del arquero Diego Carranza y el volante Mario Soto. Quienes más destacaron fueron, por su parte, Steven Rivadeneyra, Tarek Carranza o Jorge Bazán.

Los dos equipos norteños trataron, sobre el final, de reforzarse en ofensiva para obtener mejores resultados y pudieron conseguir delanteros veteranos que los llevaron a salir de las últimas posiciones del Clausura, pero que no pudieron causar el mismo impacto en la tabla acumulada. Para los chiclayanos fue Wilmer Aguirre, quien anotó siete goles desde su llegada, mientras que para los sullanenses hizo lo propio Antonio Meza-Cuadra con cuatro goles, ambos casi sin participación este año en FBC Melgar y Sport Huancayo respectivamente.

Los técnicos

Alianza Atlético empezó la temporada 2017 con Nahuel Martínez. ¿Y cómo le fue? No muy bien. (Foto: prensa Alianza Atlético) 

Aunque en diferente orden en el año, ambos contrataron a entrenadores con perfiles similares. Alianza Atlético inició el año con Nahuel Martínez en el banco, quien hasta ese entonces sólo había dirigido a equipos de divisiones no profesionales en Argentina, como el Sportivo Belgrano de San Francisco en la B Nacional o el Belgrano de la Quinta División de la AFA. En el Aurich, Christian Lovrincevich tenía experiencia con equipos juveniles, pero esta era casi nula a nivel profesional. Apenas había dirigido al Deportivo San Jorge del Torneo Federal A y a Unión La Calera y Unión San Felipe, ambos de la Segunda División chilena.

Ambos confiaron, también, en darles el puesto a conocedores del medio en la recta final del campeonato. Los sullanenses levantaron de la mano de Walter Aristizábal y los chiclayanos hicieron lo propio con Julio César Uribe, pero fue demasiado tarde para revertir una situación insostenible. Cabe recalcar que los dos norteños fueron los que más técnicos tuvieron a lo largo de la temporada, ya que además de los mencionados, Wilmar Valencia comenzó la campaña con Aurich y Miguel Miranda hizo lo propio con Alianza Atlético. Como interinos dirigieron Carlos Díaz y Luis Guadalupe por un lado, y Teddy Cardama Gallardo y Jorge Arteaga por el otro. No sólo contrataron, entonces, técnicos de perfiles diferentes, sino que cortaron rápido los procesos en los que parecían creer en un inicio.

La localía

Ambos equipos se vieron, además, muy afectados para poder jugar como locales en el lugar de donde realmente provenían. El caso de Juan Aurich es el más grave, ya que si bien debería ser local en Chiclayo, la inhabilitación del Estadio Elias Aguirre llevó a que tuvieran que recibir a sus rivales en las provincias de Olmos y Guadalupe. DeChalaca ya hizo referencia a este tema a inicios de temporada, en donde recalcaba la escalofriante tendencia de que los clubes que no jugaban en su región, descendían. Alianza Atlético tuvo problemas en el inicio del torneo también, ya que fue local en Sechura, y si bien después se movió al Melanio Coloma de Bellavista (distrito dentro de la provincia de Sullana), no pudo jugar jamás en el estadio que le correspondía, que es el Campeones del 36, cerrado hace unos años también.

Aurich versus Alianza Atlético en uno de los estadios que, en el final de la temporada, albergó a Juan Aurich: el Francisco Mendoza Pizarro de Olmos. (Foto: prensa Juan Aurich) 

Hay que señalar, además, un último punto: el Fenómeno del Niño que azotó con gran magnitud la costa norte del país a inicios de temporada y que llevó a que ambos equipos tuvieran que ser locales en el Alejandro Villanueva en la fecha 8 del Torneo de Verano. Aurich lo hizo precisamente ante Alianza Lima, mientras que Alianza Atlético recibió ahí a la Universidad San Martín. Los problemas climatológicos también fueron influyentes para ambos a inicios de temporada, ya que las canchas estaban inundadas y pasaron muchas dificultades para poder entrenar todos los días.

No será gratuito que, precisamente el año en el que la costa norte fue afectada tanto social como económicamente, también se vio duramente golpeada en el ámbito futbolístico con los descensos de sus principales representantes en Primera División en las últimas temporadas. Hubo muchísimas similitudes entre los dos coleros de la tabla en 2017 y su fracaso se entiende por diversos factores que permiten entender que los descensos no se dan por casualidad y que hay tendencias que, si se repiten constantemente, guían hacia el mismo camino.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: prensa Alianza Atlético y prensa Juan Aurich


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