'Lolo' Fernández como arquero en 1950: Cañonero en sus redes
Solo en un partido amistoso se pueden permitir licencias como la que hace 65 años se tomó ‘Lolo’ Fernández: jugando con los Olímpicos de 1936, el goleador de Universitario se puso a tapar luego que se cansó de hacerle goles al equipo de un buque inglés, que pese a perder, se dio el lujo de batir al ídolo crema.
Dentro de las glorias que ostenta el fútbol peruano, una de las más respetadas es la que tuvo a la selección jugando contra Finlandia y Austria en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. A la misma altura se puede considerar a la que ganó el Sudamericano tres años después, el primero de Perú. Pues bien, jugadores de ambos grupos se reunieron en 1950 en una jornada que ante la falta de fútbol, abrigó de buena gana a los ídolos de antaño.
En mayo de aquel año la afición limeña estaba desilusionada. Un mes antes, a la selección peruana se la desembarcó sobre la hora en su intención de disputar las Eliminatorias para el Mundial en Brasil, por lo que la actividad futbolística si limitó a los partidos amistosos que los clubes pudieron pactar, en especial contra equipos de provincias. Así, cuando llegó el domingo 21, apareció como gran novedad el anuncio de un choque entre los llamados ‘Olímpicos’ y un equipo del recién llegado buque inglés Santander.
Confusión de origen
Los partidos entre jugadores del ayer siempre resultaron del agrado del público limeño. Estos venían realizándose por al menos dos décadas y en esa ocasión, al tratarse de un rival cuyo origen recordaba a los primeros años del balompié local (por ser los ingleses los difusores del llamado football), se tomó con atención el reto al creer que los marineros podían ser un rival a tomar en serio. Craso error.
Al salir al campo del estadio Nacional, las viejas glorias lo hicieron con Juan Honores, Arturo Fernández, Enrique Perales, Juan Quispe, Pablo Pasache, Carlos Portal, Adelfo Magallanes, César Socarraz, ‘Lolo’ Fernández, Jorge Alcalde y Víctor Pasache. Solo por los nombres el espectáculo estaba garantizado, más aún tomando en cuenta que de ellos tanto ‘Lolo’ como ‘Campolo’ Alcalde aún seguían en actividad.
Olímpicamente fatal
Lo de los ingleses no duró ni un minuto apenas comenzó el encuentro, pues casi desde el primer toque al balón los peruanos vieron que su oponente no ataba ni desataba en la cancha. Tan mal se veía su desempeño que incluso se barajó con la posibilidad de que para algunos fuera su estreno en una cancha de fútbol. El marcador, por supuesto, no tardó en moverse.
Pasaron siete minutos y ‘Campolo’ ya había señalado el 1-0 con golpe de cabeza. Casi de inmediato llegó el segundo mediante un autogol de Danily y dos minutos después Magallanes sumó un tercero tras eludir a los defensas y al arquero. Un zapatazo de ‘Lolo’ desde unos 30 metros sirvió para llegar al 4-0 y ahí nomás llegó el descuento inglés mediante Barkis, un gol que no hizo más que hacer enojar al combinado local.
Como heridos en su orgullo, los ‘Olímpicos’ tomaron la pelota y se pusieron a jugar con ella dentro del área, tocándola de un lado a otro pero sin patear hacia el arco. El juego se acabó solo cuando ‘Lolo’ se cansó de esperar y marcó el 5-1. Luego Magallanes y el mismo cañonero añadieron dos más antes de culminar el primer tiempo.
Redecilla entre palos
Para la segunda etapa se sucedieron una serie de cambios en los que se notó el nivel de seriedad con el que se tomó el partido. Arturo Fernández pasó de la defensa a ocupar un puesto en el ataque, mientras que Alcalde y Socarraz retrocedieron para formar la pareja de centrales que resguardaba el arco hasta entonces custodiado por Honores. Y es que al ‘Chueco’, con tan poca actividad sobre su área, se le ocurrió convocar a ‘Lolo’ -que con el reinicio había logrado su cuarto tanto- para que lo cubriera y así poder ver la pelota como delantero.
Con esa disposición fue que llegaron los últimos goles. Uno del mayor de los Fernández y tres del ingresado Orestes Jordán cerraron los tantos por parte del local, mientras que ‘Lolo’ Fernández demostró que lo suyo dentro del arco era diametralmente opuesto a lo que cumplía frente a el. Los ingleses le anotaron dos veces, primero porque se distrajo conversando con Adelfo Magallanes, de lo que se aprovechó Barkis para señalar el segundo de su cuenta personal, mientras que un autogol de Guillermo Pardo selló un inusual 12-3 final para los peruanos.
Así, los veteranos jugadores cumplieron con lo suyo: se entretuvieron ellos y al público, que se tomó con humor lo que sucedía en la cancha y disfrutó con un espectáculo en el que la calidad se manifestó pese a los años y pese al rival.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diario La Crónica
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