Foto: Radio Uno de TacnaJugada la cuarta parte de la temporada, Bolognesi es inequívocamente el equipo con andar más discreto. ¿Tendrá conciencia la dirigencia escarlata de que el sistema de torneo cambió y ya no hay un Clausura que salve las desgracias del primer semestre?

 

La campaña de Coronel Bolognesi en lo que va de 2009 es, sin tapujos, lamentable. Solo tres puntos en el haber, producto de tres empates en once partidos jugados. De triunfos, nada. Jugado el 25% del campeonato (11 fechas de 44), es colero absoluto y principal candidato a la baja, amén de conclusiones prematuras.

No es novedad, dirán muchos, puesto que los malos arranques ya se han presentado en Tacna en temporadas anteriores. En el Apertura 2004, bajo la batuta de Roberto Mosquera, 'Bolo' perdió sus primeros cinco partidos y el técnico fue cesado. Asumió Jorge Sampaoli, quien consiguió ganar por primera vez en la fecha 10. Al final de la primera rueda (o sea, jugada la cuarta parte de la temporada, como ahora) tenía 10 puntos sobre 39 posibles, lo que le daba un 25.6% de efectividad. La directiva respaldó al técnico, el equipo levantó cabeza y acabó octavo en el Apertura y undécimo en la tabla de fin de año, lejos del descenso.

En el Apertura 2005, con Jorge Sampaoli, la figura fue aun peor. 'Bolo' logró su primer triunfo luego de 10 fechas sin victorias. Jugados 13 partidos (la cuarta parte de la temporada), tenía 9 puntos sobre 39 posibles: 23.1% de efectividad. Pero se respaldó al técnico, el equipo ingresó en racha positiva, quedó quinto en el Apertura y en la tabla final y logró clasificar a la Copa Sudamericana, donde al año siguiente llegara a enfrentar al Colo-Colo chileno.

Finalmente, en el Apertura 2007 el equipo pasó por su trance más curioso. El técnico Raúl Márcovich renunció el día anterior al inicio del certamen luego de haber llevado a cabo la pretemporada, y quedó a cargo de modo interino Freddy García. Con 'Petróleo' en el banco, 'Bolo' se demoró ocho jornadas en conseguir su primer triunfo. Pero después encontró el rumbo y ganó dos partidos más hasta acabar la primera rueda (cuarta parte de la temporada) con 11 puntos de 33 posibles: 33.3% de efectividad. Luego de un triunfo más, la dirigencia decidió sorpresivamente acabar con el interinato y darle el equipo a Juan Reynoso, con quien 'Bolo' no ganó durante toda la segunda rueda y acabó refundido en la cola del certamen. Lo que ocurrió después es conocido: el 'Cabezón' le cambió la cara al equipo en el Clausura y lo sacó campeón luego de haber peleado en paralelo la baja hasta la penúltima fecha, por esas locuras que tenía el -felizmente- fenecido sistema de Aperturas y Clausuras.

Hoy, 'Bolo' tiene solo tres puntos de 33 posibles: un misérrimo 7.7% de efectividad. Roberto Mosquera, a diferencia de 2004, parece tener respaldo pleno, lo cual siempre resulta para aplaudir; sobre todo considerando que contrariamente de las tres campañas descritas, el problema de 'Bolo' hoy es a todas luces de plantel. Y la 'Mosca' no tiene la culpa de contar con un listado tan precario.

Dicen en Tacna que en las oficinas de los Martorell se comenta que se esperará al final de la primera rueda para pensar en refuerzos. Pero puede que entonces sea muy tarde para reaccionar. Los jales se necesitan a gritos: apenas el paraguayo Gamarra, con pasado en Cerro Porteño de su país, aporta hoy algo de jerarquía. Y como los argentinos Ramírez y Esteban deben ser titulares cuando se quiere garantizar algo de presencia en el fondo, termina siendo sacrificado Gustavo Rodas, acaso el único que puede desequilibrar con una jugada distinta.

Fuera de los que ocupan plaza de extranjeros, hay poco que decir: en este 'Bolo', el nacionalizado Barros, con menos de 20 años de edad, es un experimentado. Por ello, la diferencia sustancial de esta realidad escarlata con la de los malos arranques anteriores es que cuando un plantel tiene figuras dormidas, estas pueden despertar y cambiar las historias. Pero cuando no se tiene esas figuras, no hay cómo levantarse.

La otra diferencia sustancial, por si nadie se percató, tiene que ver con el sistema de torneo. Un Clausura con puntajes desde cero siempre es mejor acicate para levantar que una tabla con la última casilla ocupada por el nombre de tu equipo -pregúntenle a Reynoso-. Señores de Bolognesi: este año no hay más Clausura, ya no existe, se acabó, adiós, good bye, arrivederci. Díganle adiós al sistema antiguo antes de el nuevo se los diga a ustedes.

Sería una pena que un equipo institucionalmente bien conducido, con un interesante desarrollo de menores y que ni por asomo se relaciona con el gamonal manejo de clubes como Sport Áncash o Alianza Atlético -que son a la sazón sus competidores por la baja y que lo miran hoy desde arriba en la tabla- se acabe yendo de Primera por no reforzar filas a tiempo. Ya llegó mayo y no hay más pan que guardar: es momento de que Bolognesi ponga barbas en remojo para no encontrarse con su propia clausura, con minúscula.

Foto: Radio Uno de Tacna

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