San Martín tuvo su partido más difícil en lo que va del año ante un rival que mereció el aplauso de los reunidos en el estadio Monumental por haber trajinado más de la cuenta. La Universidad Católica puso énfasis en que ni por asomo es el más débil del Grupo 5 de la Libertadores.

Fotos: EFE, Abelardo Delgado / DeChalaca.com

Darío Bottinnelli ejecutó un magistral remate que terminó por revelar que el equipo chileno tiene genialidades (Foto: EFE)

Suponer que el choque de este martes se podría haber definido para la Universidad San Martín con una goleada o un triunfo contundente resultaba absurdo antes del cotejo y risible luego de él. El equipo de Santa Anita quizá estaba volviéndose una máquina imparable tras su auspicioso debut en Copa ante River y el buen arranque del campeonato. Y los resultados lo avalaban, pero vaya que se topó con el primer bache de todo el año al perder con un respetado rival.

Al frente estaba un equipo chileno que desde hacía bastantes años en tierras peruanas no afrontaba un partido tan bien planteado como el de esta noche. En su debut contra el América manejó y controló los ataques para inquietarlo más de una vez. Solo que al final el conjunto azteca fue salvado por un derechazo del argentino Higuaín sobre la hora.

Ailton fue un dolor de cabeza para Guillermo Salas, quien jugó por derecha (Foto: EFE)

Lo de esta noche también fue con poco de aquello, pero con una diferencia: se llevaron los tres puntos. Y mucho tuvo que ver fue el aporte de sus principales referentes, y el peso de un plantel nada neófito en estas lides. Empezando con la experiencia del golero argentino (ex Rosario Central y River Plate), José María Buljubasich, quien se convirtió en la gran figura del cotejo por la seguridad que aportó al arco cruzado en los momentos más difíciles, esos minutos finales en los que San Martín se volcó con todo al arco de los de (esta noche) rojos.

Lugar aparte merece la destacada actuación de los defensores Marcos González y Facundo Imboden (este útimo también argentino y formado en Boca Juniors, donde debutó en 1999), quienes no dejaron espacios e hicieron bien los relevos en los momentos justos para despejar todo lo que estaba al frente de ellos. Y de los volantes tapones Gary Medel y Jorge Ormeño, ambos con pasado de selección, quienes hicieron un cerrojo imposible de pasar para Roberto Ovelar y Pedro García.

Luis Núñez, quien dijo sentirse "en su casa", se fue celebrando del Monumental (Foto: Abelardo Delgado / DeChalaca.com)También apelaron a la sorpresa y a pegar en el momento justo. Por ello hubo una genialidad: el gol del ex jugador de San Lorenzo de Almagro y Racing Club de Avellaneda (y hermano de Jonathan, aún en el cuadro de Boedo) Darío Bottinnelli asombró a todo el público habido en el Monumental, tras sacarse la marca de Hinostroza y metiendo un disparó fuerte y con efecto para que Butrón recoja la pelota en las redes.

Y más adelante, Católica se jactó de ser incisivo y molestoso. El buen trajín tanto del localmente conocido Luis Núñez como del brasileño Ailton da Silva (ex Pumas de México y Corinthians, no confundir con  Ailton Goncalves da Silva, ex compañero de Claudio Pizarro en el Werder Bremen y hoy en el Grasshopper suizo) colmaron la paciencia de más de uno en el Monumenta al dar una pelota por perdida. Bruno Bianchi y Orlando Contreras la pasaron complicada más de una vez.

El 'Chino' Rivera seguramente sacará conclusiones y echará manos de su amplia baraja de opciones para los siguientes partidos de un grupo complicado. Por ahora tiene algo claro: la Católica no es Sporting Cristal, ni tampoco es cualquiera. Ni por asomo.

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