Argentina - Perú 1969: Hormazábal, el defensa colosal
En el aniversario de la mítica hazaña de 'La Bombonera', vale preguntarse qué habría pasado si en el último minuto una jugada alteraba el resultado. Aquel gol -bien- anulado a Brindisi por el árbitro chileno Rafael Hormazábal, que podría haber cambiado lo que hoy entendemos como fútbol peruano.
'La Bombonera' es, qué duda cabe, sinónimo de gloria. Seguirán pasando 40 años más y los -a veces aburridos y repetitivos- reportajes de los canales y las fotos a página entera de los diarios continuarán evocando los goles de 'Cachito', el pelotazo de Chale en la cabeza de Rulli, la rotura del pantalón de 'Perico'. Páginas imborrables que definen mucho de lo que los que nacimos luego del 31 de agosto de 1969 hemos aprendido a entender bajo el concepto de "fútbol peruano".
'La Bombonera' es, pues, qué duda cabe, un hito. Un hito para los que jugaron y ganaron fama a partir de ella; un hito para los que pese a no haber jugado aparecen en cada foto u homenaje que se hace, y hasta viven exigiendo que el Estado se acuerde de ellos por la hazaña; un hito para los que la vivieron y disfrutaron el partido de sus vidas; un hito para los que no lo vivimos y hemos nacido con la tremenda carga de tener que procurar que algún día el logro de eliminar a Argentina de un Mundial en su propia cancha se repita.
Pero entre toda la parafernalia, se pierde una jugada clave que podría haber, sin mayor concurso del azar, alterado totalmente el curso de las cosas. Casi fue la última acción del partido, y fue la que pudo dejar a Perú sin clasificación a México '70. Se jugaba el cuarto minuto de tiempo adicional cuando Carlos Pachamé recogió en el borde del área un balón rechazado por la zaga peruana. Se la bajó a Silvio Marzolini, y el lateral pegó el centro con la derecha al corazón del área. El golero Rubiños salió, y se enredó con la carga de dos hombres argentinos. Llegó a manotear el balón y uno de los rivales, Miguel Ángel Brindisi, consiguió ganarle la espalda para cabecear el balón hacia el gol. Pero casi no tuvo tiempo de celebrar: sin titubear, el árbitro chileno Rafael Hormazábal anuló el tanto. Tras las protestas gauchas, Chumpitaz reanudó el juego con un patadón largo buscando la carrera de 'Cachito', y con las mismas el juez pitó el final del partido.
Más de 60,000 enardecidos hinchas argentinos en las tribunas y, sobre todo, millones de televidentes peruanos no lo podían creer: el árbitro se había atrevido a anularle un gol absolutamente decisivo a Argentina en la última jugada del partido. Véase por qué.
Razones y sinrazones
En la exhaustiva revisión biblio, hemero y videográfica hecha para este artículo, DeChalaca.com ha encontrado hasta tres motivos que circulan en el imaginario como supuestas infracciones en torno del gol argentino.
1. Un supuesto offside tras el centro de Marzolini: DISCUTIBLE. Como se aprecia en la captura de televisión anexa, en el momento en que Marzolini echa el centro al área peruana, hay un jugador argentino detrás de toda la zaga peruana. Se trata del capitán argentino Roberto Perfumo, lanzado al ataque, quien sin embargo no interviene directamente en la acción posterior: apenas gira sobre su propio eje y ni siquiera llega a saltar puesto que el centro lo sobra totalmente. Hoy en día, sería un offside pasivo a todas luces. Sin embargo, hay que recordar que solo desde 1990 la International Board dio instrucciones detalladas a los árbitros -acentuadas en esta década- sobre cuándo y cómo interpretar como pasiva una posición adelantada. Antaño, ello estaba más libre a la interpretación de los jueces. No obstante, en el caso puntual de esta jugada, el juez de línea no alza el banderín en el momento en que el centro se envía.
2. La carga sobre el golero Rubiños: INDISCUTIBLE. Lo sugiere el video y lo confirman las fotos. Al saltar en búsqueda del cabezazo, José Yazalde toca a Rubiños y hasta termina cayendo agarrado del brazo de él, con lo cual obstaculizaba la acción del meta peruano. Fue falta clara, y fue la falta que Hormazábal cobró correctamente para anular el gol.
3. Una supuesta salida del balón del campo antes del cabezazo de Brindisi: INEXISTENTE. La pelota no traspuso la raya de fondo antes de que Brindisi cabeceara, como se aprecia en la segunda captura mediante una línea roja paralela.
El atacante albiceleste tuvo la cabeza íntegramente dentro del campo en todo momento, por lo que sería físicamente imposible que hubiera podido cabecear hacia el gol una pelota que estaba fuera.
En suma, lo descrito en el punto 2 basta y sobra para que el juez Hormazábal haya cobrado correctamente desde un punto de vista objetivo. Pero yendo al plano subjetivo, sigue resultando admirable que un árbitro haya tenido el coraje de decidir con resolución en una circunstancia polémica en el contexto en que se encontraba. Es cierto que la carga a Rubiños parece evidente desde el mismo primer vistazo del gol en video, pero seamos sinceros: ¿cuántos árbitros ayer, hoy y siempre le anularían un gol a Argentina en tiempo de descuento, en su propio campo, en un estadio que tiene las tribunas pegadas al campo y de modo de eliminarlo de un Mundial?
Lejos de proponer que el nombre de Rafael Hormazábal reciba los laureles deportivos junto a Kina Malpartida o se sume a la afamada polka de Félix Figueroa, conviene repasar algunos detalles que podrían haber condicionado la decisión del árbitro chileno.
La previa y el post
De hecho, el papel de Rafael Hormazábal Díaz (Santiago, 13 de octubre de 1929) fue determinante no solo en el gol anulado a Brindisi, sino en jugadas previas del partido. Y sin poderse decir que haya inclinado la balanza hacia algún lado en especial, su actuación en 'La Bombonera' podría resumirse del siguiente modo: salvó con su acierto final una serie de errores que habían resultado claves para el trámite.
Por ejemplo, Hormazábal favoreció visiblemente a Perú al no expulsar a Roberto Chale. Porque amén de la famosa jugada en la que el 'Niño Terrible' le puso la pelota en la cabeza a Rulli al final del primer tiempo -aunque las cámaras no lo confirman del todo, al parecer la acción no estaba en el campo visual del juez-, hubo otras dos en las que Chale tuvo inconducta visible. A los 35', pateó el balón lejos cuando iba a ejecutarse un tiro libre en las narices del juez, quien lo reconvino. Y a los 44', repitió la acción con mayor descaro al retrasar la reanudación del juego con un remate aún más fuerte cuando la pelota aún no estaba en juego, provocando la ira de los argentinos. Ciertamente, muchos peruanos recuerdan estas jugadas con el morbo producto de que un peruano se haya atrevido a hacérselas a Argentina en su propia cancha; tan cierto como que si la circunstancia hubiera sido al revés, todos los hinchas peruanos pedirían expulsión.
A la vez, el réferi chileno favoreció a Argentina en algunas acciones decisivas del complemento. A los 68', pudo expulsar a Pachamé por una violenta entrada sobre Cubillas -"a Basile lo expulsaron por menos en el partido Lima", decía don Eduardo San Román en la transmisión del cotejo"-. Pero la jugada determinante llegó a los 79': Rendo pisó el área peruana y, luego de eludir a La Torre, se cruzó con Campos, quien sutilmente lo tocó con el hombro derecho. Se cobró el penal, que para la prensa escrita de la época no fue tal -'Pocho' Rospigliosi cita en La Crónica una supuesta frase del recordado 'Gordo' José María Muñoz diciendo "no se puede ganar así" en dicho momento-, pero que en la transmisión televisiva San Román sí reconoce, como también parece quedar claro en las imágenes que muestran que sí hubo contacto. El escándalo, no obstante, llega en la ejecución posterior de Rafael Albrecht: el zaguero argentino se demoró una eternidad y hasta bailoteó sobre la pelota antes de vencer a Rubiños: el tiro debió ser repetido, y ese grueso error del árbitro permitió a Argentina ponerse en ventaja.
Posteriormente, hacia los '90, llegó la expulsión de La Torre por amagar que iba a patear un tiro libre y luego dejarle su lugar a Fernández, con visible propósito de hacer tiempo. Quizá vista solo en el contexto de la jugada, la expulsión parezca exagerada; pero la verdad es que a lo largo del partido 'Chito' ya había sido reconvenido varias veces por juego brusco, por lo cual su jugada fue la gota que derramó el vaso. Igualmente, queda claro que cuando Hormazábal anuló el gol argentino, ya llevaba en sus espaldas un gol mal convalidado y una expulsión que directa e indirectamente habían favorecido a los gauchos, por lo que un tercer fallo discutido podía ser demasiado desequilibrante para juzgar su actuación. De algún modo, estaba condicionado a anular el gol.
Hormazábal -quien luego dirigió en el Mundial de México '70 y también arbitró la final de la Libertadores en 1971-, igualmente, tuvo su "reivindicación" con Argentina una Eliminatoria más tarde. En la mismísima 'Bombonera', Argentina se jugaba la clasificación a Alemania 1974 contra Paraguay, y el árbitro chileno fue nuevamente designado. El partido iba 1-1, y Hormazábal cobró un dudosísimo penal a favor de la albiceleste que capitalizó Rubén Ayala para comenzar a decantar el partido hacia los gauchos, que lograron con el 3-1 final su regreso a los mundiales -la igualdad nuevamente los habría dejado fuera-. Tal fue el escándalo que la Liga Paraguaya de Fútbol reclamó ante la FIFA oficialmente los puntos del partido, pedido que fue desestimado.
Jamás se sabrá si Hormazábal -en 1969 o en 1973- compensó algo o no. Sí se sabe, en cambio, que su decisión transformó para siempre el fútbol peruano.
Lo que fue y lo que no fue
Evidentemente, el primer efecto del gol argentino habría sido la eliminación peruana de México 1970. Habría sido un golpe duro, por haber nadado tanto en el mismo partido para morir en la orilla y por la enorme ilusión que aquel equipo había despertado en la afición. Sin embargo, quizá no habría tardado demasiado en superarse y ni siquiera habría llegado a ser un trauma histórico, puesto que antes del 31 de agosto de 1969, el fútbol peruano jamás había conseguido llegar a un Mundial por sus propios medios.
La generación brillante que dio nombradía al fútbol peruano en los '70 tampoco habría alterado sustancialmente su destino. De los referentes que actuaron en 'La Bombonera', solo 'Perico' León y Cruzado habrían andado en tramo descendente de su carrera hacia la siguiente Eliminatoria, si Perú hubiera tenido que buscar su primera clasificación rumbo a Alemania 1974. Otros en similar etapa de sus trayectorias, como Fuentes o Gallardo, curiosamente no habían sido de la partida en Buenos Aires, aunque posiblemente tampoco habrían llegado al siguiente Mundial.
Por lo demás, Chumpitaz, Chale, Cubillas, Baylón y el propio Oswaldo Ramírez habrían estado incluso con mucha mayor madurez para pelear una clasificación cuatro años después, con injertos de la clase de Percy Rojas, Muñante u Oblitas. Eso sí, quizá algunos efectos puntuales se habrían sufrido: a lo mejor el 'Nene' no estaría entre los máximos goleadores de los mundiales, aunque él ha sabido afirmar que si jugaba en Alemania 1974 se sentía en capacidad de pelear el récord que por años ostentó Gerd Müller. Y seguramente 'Cachito' Ramírez, a pesar de sus dos goles, no se habría sacudido del todo del estigma de goleador doméstico que lo supo perseguir luego, ni mucho menos labrado la figura de héroe que, en buena cuenta, le permitió en 1985 ser el primer ex jugador de fútbol en convertirse en presidente de su Federación Nacional en todo el mundo.
Respecto de la dirigencia y la planificación, hay que notar que aun luego de haber clasificado en 'La Bombonera', la directiva de la FPF, encabezada por el comandante Gustavo Escudero, puso su cargo a disposición debido a que así lo tenía planificado -fuera de que en la interna había algunas incomodidades por las críticas que algunos cambios impuestos, sobre todo los relacionados con la creación de la Copa Perú en 1967, habían despertado de ciertos sectores, según la prensa de la época-. Como se sabe, Escudero se mantuvo hasta el Mundial de México, al cabo del cual dejó su cargo a José Salom. En este sentido, es casi obvio que de no haber habido clasificación, la renuncia sí le habría sido aceptada. Aunque periodistas de la época, como el historiador deportivo Teodoro 'Lolo' Salazar, opinan que el cambio habría sido mínimo, ya que el estilo predominante de hacer gestión en el fútbol era uno solo, muy distinto de lo que se vive en estos tiempos: 
armonía y camaradería con la prensa ante todo, y hasta consulta directa con ella para buscar su aval en temas sensibles, como la designación de los técnicos -así lo hizo Salom, por ejemplo, con la designación de Roberto Scarone para las Eliminatorias de 1973-.
Así, los principales efectos de una eliminación en 'La Bombonera' habrían sido más bien colaterales, de corte fundamentalmente anímico y de mediano a largo plazo. Partiendo por la sensación colectiva de euforia que la clasificación despertó en la afición, haciendo que el ego de la blanquirroja -y su posición relativa en el tablero del fútbol sudamericano- aumentaran de golpe, lo cual se reforzó con el sétimo lugar obtenido en México. Con la CSF ya dirigida por un peruano -Teófilo Salinas-, es posible que igualmente los clubes habrían alcanzado el respeto internacional que consiguieron en los '70, aunque a lo mejor la explosión se habría retrasado un poco. Quizá Universitario no habría tenido tanta convicción para acometer una campaña como la de la Libertadores en 1972, por ejemplo. Y ciertamente, la industria del fútbol como un todo no se habría desarrollado en el país con el furor que cobró desde 1970, con multiplicidad de anuncios y aparición de revistas -entre ellas la emblemática Ovación en 1973- y álbumes por doquier.
Yendo a un plano más macro, no resulta muy difícil imaginar los efectos políticos. Es innegable que el gobierno del general Juan Velasco Alvarado utilizó al fútbol como caballito de batalla para reafirmar el espíritu nacionalista que subyacía a su proyecto revolucionario, y el arribo al Mundial le resultó el anillo al dedo perfecto para legitimarlo caso desde el arranque mismo de su gobierno. Incluso en la misma competencia, el devastador terremoto de 1970 se pudo enfrentar, desde lo anímico, con las alegrías que en paralelo regalaba la selección en México. Por lo cual queda claro cuál habría sido la línea si Hormazábal decidía anular el gol: habrían abundado las cartas de protesta, pedidos a FIFA de repetición del partido, amenazas de desafiliación unilateral y muchos, pero muchos discursos de protesta. Y por supuesto, eso ni dudarlo, los reclamos se habrían centrado en el origen chileno del réferi; aunque dado que el golpe militar de Augusto Pinochet a Salvador Allende se produjo recién en 1973, hay que quedarnos tranquilos: la llamada "guerra del fútbol" que tuvo lugar entre Honduras y El Salvador en aquel mismo 1969 no habría tenido, al menos en ese mismo año, una réplica un poco más al sur de América.
Lo cierto es que Hormazábal anuló el gol, y por ello su apellido se salvó de convertirse en lisura -como por años lo fue en el país el calificativo "Chechelev"- en el diccionario de peruanismos. Y sobre todo, hizo que el fútbol peruano cambiara como horizonte de quiebre a 1936 y como ciudad de referencia de todos los males a Berlín y a la cantaleta -ya ampliamente rebatida en investigaciones serias sobre el tema- de que Adolf Hitler no quiso ver a un equipo de jugadores de raza negra y mestiza vencer a uno de raza aria. Si Hormazábal no anulaba el gol, en cambio, los héroes de 'La Bombonera' habrían sido tan mártires como los de Berlín: a lo mejor habrían tenido un gran recibimiento, a lo mejor habrían ganado gran pompa. Pero como la generación de los '70 igualmente habría logrado una clasificación en el Mundial siguiente o subsiguiente, su imagen habría quedado rezagada a la vera de otros rostros que sí habrían logrado la hazaña.
Lo más concreto, por último, es que sin 'Bombonera' de por medio, el famoso estribillo de que Perú les complica la vida a los argentinos (a los que, vale decirlo, les hemos ganado solo 5 de 46 partidos disputados) jamás habría sido recitado con seriedad. Como para recordarles a los que estrechamente piensan que el fútbol peruano comenzó y terminó en Buenos Aires, en 1969 y 1985 respectivamente, que en el fútbol hay muchas cosas que pueden cambiar con solo una decisión, con una casualidad. Con Hormazábal en el campo.
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com
Fotos, recortes y capturas: diarios La Crónica y La Prensa; revista Ovación; CMD
Video: CMD
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lo que significa Argentina en la FIFA. y no debemos vender suposiciones como que hubiera cambiado la historia
del Futbol,
Restandole meritos a esos jugadores que tecnicamente eran superiores a los argentinos de esa epoca
pese a que jugaban algunos como Yasalde. Marcos, Tarabini. en Europa.
Cuanto valdria Cubillas,Challe,Perico,un central como Chito La Torre, ala Juventud debemos decirles que si
podemos,debemos creer en Nosotros y que los sueños de grandeza debe estar latente en cada corazon peruano
no nos despreciemos ya que tenemos tanto talento, y a Uds Lideres de Opinion le queda la parte mas importante
para trasladar todos esos Sueños que pueden alcanzar la Juventud.
Disculpen, no púede ser que al Sr.Claudio Pizarro, siendo un triunfador en Europa,todos los dias lo maltratan
solo por que es diferente en su calidad futbolistica a muchos. a veces me cuesta creer por que somos asi.
Gracias por darnos un espacio para poder opinar lo que sentimos y nos parece, pero sigo Creyendo y Soñando,Creyendo y soñando,en nuestro estadio nacional ver jugadores A-1. Saludos LAM.
Si es que algo de esa fortaleza psicológica hubiese quedado con el último partido contra Argentina por las eliminatorias al juez boliviano René Ortubé, Perú podrÃa haber empatado con los gauchos cobrando el penal y toda Argentina hubiese sido un ataque de nervios masivo.
En el peor de los casos hubieramos jugado partidos extras con Argentina o Bolivia que serÃa otra historia, en todo caso es incorrecto afirmar como lo hicieron que el gol que se pudo convalidar hubiera significado nuestra eliminación.
" Tras las protestas gauchas,
ChumpitazCubillas reanudó el juego con un patadón largo buscando la carrera de 'Cachito', y con las mismas el juez pitó el final del partido."Fué el Nene el que recibió ese balonazo, que acabó en lateral y con ello el partido.