Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com Cuando la Copa de Campeones pintaba siempre de blanco, por la supremacía del Real Madrid, un equipo del país vecino puso fin a ese imperio y dejó Europa al rojo vivo. Fue el Benfica de Guttman y Eusebio, que puso nuevos vientos en 1960 con un bicampeonato continental.

 

Cuando, en la temporada 1959-60, Benfica obtuvo con solo dos puntos de ventaja sobre el Sporting de Lisboa de Juan Seminario el título de liga de Portugal, pocos se imaginaban que la generación más brillante del fútbol portugués estaba naciendo. Costa Pereira, José Augusto, Mario Coluna, José Aguas y Cavem eran los pilares del 4-2-4 que empleaba el húngaro Bela Guttman (imitando el equema de Brasil en el Mundial de 1958). Los lusitanos empezaron deslumbrando al Viejo Continente con un show de Aguas y José Augusto, quienes, con cinco goles en los cotejos de ida y vuelta, despacharon a los escoceses del Hearts of Midlothian (1-2 y 3-0).

El gurú Guttman

Guttman, el hombre que lanzó una maldición en el estadio Da Luz que hasta hoy sigue cumpliéndose (Foto: fourfourtwo.com)Benfica se deshizo también del Ujpest, un viejo antagonista del entrenador Guttman en tierras magiares, no sin inclinar la rodilla como visitante, sufriendo su única derrota del torneo por 2-1. Para los cuartos de final, el grupo estaba muy motivado y cohesionado: la eliminación de Real Madrid, a manos de Barcelona, fue bien recibida. El monarca había sido derrocado, y el trono debían disputarlo con los catalanes. Ante los daneses del AGF no se complicaron: nuevamente Aguas y José Augusto se encargaron de firmar la doble victoria, en tierra propia y ajena.

Alguien que no hacía muchos goles, pero que, cuando los hacía, valían doble fue ‘El Monstruo Sagrado’ Mario Coluna, que abrió el marcador en las semifinales contra los austríacos del Rapid Viena. Mientras tanto, en la otra semifinal, Barcelona seguía barriendo obstáculos difíciles imponiéndose al Hamburgo en un repechaje jugado en Bruselas.

Ambos equipos llegaban en sus mejores condiciones a la final. Barcelona, con Ramallets, Gracia, ‘Luisito’ Suárez, Evaristo, Kubala y los ex pupilos de Guttman, Kocsis y Czibor, estaba dispuestos a lograr lo que su rival de siempre había conseguido en las cinco ediciones anteriores. No lo conseguiría.

Fútbol gitano

'Cabeza de Oro' Kocsis fue, precisamente, quien, con golpe de testa, abrió la cuenta. Minutos después, un contragolpe lusitano dejó a tiro de gol a Aguas, que no desaprovechó y marcó el empate. El punto de quiebre se desató cuando un despeje de cabeza de un defensa culé llegó peligrosamente hacia el arquero Ramallets, quien, en su intento por rechazarlo, introdujo el balón. En el segundo tiempo, Mario Coluna (el de los goles providenciales), con un remate de volea desde fuera del área, puso en agonía al Barça al dejarlo abajo por 3-1. La reacción blaugrana asomó con ataques furibundos que solamente encontraron un segundo descuento. El Benfica era el segundo equipo en ganar la Copa de Europa (ver video 1).

El flamante campeón disputó su primera Intercontinental ante el Peñarol de Juan Joya. La victoria en casa por 1-0, con gol de Coluna, abrió esperanzas para los rojos; sin embargo, la visita a Montevideo fue catastrófica, comiéndose un contundente 5-0 que obligó a un repechaje en el mismo Centenario. Peñarol venció nuevamente al Benfica, esta vez por 2-1, tarde en la que Eusebio anotó su primer gol internacional.

Benfica perdió el campeonato portugués a manos de su clásico rival, el Sporting (cuyo plantel ya no integraba el peruano Seminario), que fue solo un desliz frente a su objetivo mayor: la siguiente copa internacional. Como campeón, Benfica evitó jugar la ronda preliminar, así que en la siguiente ronda cotejó frente al Austria Viena, y presentó un nuevo show. En los cuartos de final y semifinales venció al Nüremberg alemán y al Tottenham inglés, respectivamente, para acceder a una nueva final, esta vez ante el viejo monarca herido, el Real Madrid.

Enfureciendo a la furia

Como predestinados a superar a los españoles, los rojos de Lisboa salieron confiados en la victoria. No obstante, el Madrid se puso adelante rapidamente por 2-0 con goles de Puskas. Eusebio fue la gran figura que firmó el bicampeonato del cuadro luso (Foto: skynet.com)Pero, antes de finalizar el primer tiempo, llegaron el descuento y el empate de Aguas y Cavem, aunque Puskas se encargó de poner nuevamente en ventaja a los albos. Coluna, una vez más providencial, empató el marcador 3-3. Minutos después, llegó el espectáculo de Eusebio: en tres minutos puso el cuarto y quinto gol que sellaron el score. Fue un contundente 5-3 y un bicampeonato inesperado, a costas de los dos más populares equipos españoles (ver video 2).

Las finales intercontinentales, sin embargo, no fueron un terreno conquistado por los portugueses. La Intercontinental de 1962 la perdieron ante el monstruoso Santos de Pelé y compañía (con derrotas de visita y en casa por 3-2 y 2-5).

Tras la obtención del bicampeonato europeo, Bela Guttman solicitó a los directivos del club un aumento. El club desechó la propuesta del húngaro, dejando partir al hombre que le otorgó los más preciados trofeos de sus vitrinas. Guttman, antes de irse, dejó una maldición: “Sin mi, el Benfica no volverá a ganar una copa europea”, sentencia que, hasta hoy, casi cincuenta años después, se sigue cumpliendo.

Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com

Videos: YouTube / Usuarios: brgs, benfiquistaportugues

Fotos: fourfourtwo.com, skynet.com

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