Composición fotográfica: José Salcedo / DeChalaca.comCristal vuelve a Venezuela para jugar por Copa Libertadores. Y lo hace en un contexto en el que lo que más requiere es el triunfo, circunstancia que le fue afín en 1993, cuando con José Carlos Amaral como DT derrotó a Caracas FC y a Minervén en un lapso de tres días.

Más que juzgarlo por las opciones que mantiene en su grupo copero Cristal sabe que depende de sí mismo para soñar con el acceso octavos de final de la Libertadores. Y la tarea, más que utópica, bien podría estar al alcance de las manos ante el Deportivo Táchira, rival que, con menos chance, también posee las mismas posibilidades deilusionarse. Por esa razón es que para el plantel cervecero su objetivo real pasa por sacar el triunfo de tierras venezolanas, plaza en la que habitualmente se solía sonreír.

Y para los hoy dirigidos por Daniel Ahmed, pese a que las circunstancias fueron distintas, un claro ejemplo de lo que se tiene que conseguir es lo que pasó en 1993, cuando también por Copa Libertadores, Cristal certificó su acceso a la siguiente instancia tras ganar -de visita y en un lapso de tres días- al Caracas FC y al desaparecido Minervén. Esta fue la historia.

Extremo vengador

 

El martes 16 de marzo de 1993, Cristal tuvo su primer gran desafío: debía enfrentar en el estadio Brigido Iriarte al Caracas FC. Para ese entonces, tanto los celestes como su rival de turno, además del Minerven, estaban con tres unidades (recordar que aun se adjudicaban dos puntos por partido ganado). El líder del Grupo 1 era Universitario, que estaba prácticamente clasificado pese a que después tenía que ir a por la expedición en Venezuela.

Como era obvio, para el plantel de José Carlos Amaral, más allá del tema vital de pelear la clasificación, había una revancha pendiente: Caracas, en el duelo de ida en el Nacional, había conseguido un insospechado 0-1 a su favor. Había, pues, que tomar al toro por las astas.

Para aquel compromiso, que se jugó a una temperatura de 28 grados, Cristal alineó con Miguel Miranda, Jorge Soto, Martín Duffó, Luis 'Bimbo' Ávila, Octavio Vidales, Pedro Garay, Carlos Enrique Lobatón, Roberto Palacios, Marquinho, Julio Rivera y Flavio Maestri. En aquel encuentro también alternaron 'Leo' Rojas y el 'Tanque' Alberto Ramírez.

El 'Coyote' Rivera se le escurre a Ibrahim Salizú en el cotejo que Cristal le ganó 1-3 a Caracas en 1993. (Recorte: diario El Comercio) 

En Caracas, el DT Manuel Plasencia envió el siguiente once: César Baena; José Luis Jiménez, Leopoldo Paez Pumar, Zdenko Morovic, Manuel Borges; Roberto Cavallo, Nelson Carrero, José Ramón López; Juan Carlos Letelier, Andreas Vogler y Juan Manuel Mouro.Como se puede  apreciar, en dicha alineación habían dos jugadores que pasado por el fútbol peruano: el 'Pato' Letelier, ex Universitario que al año siguiente jugó en Cristal, y el uruguayo Mouro, que tuvo un paso importante por el Deportivo Pesquero a mediados de los noventa.

Para los que estuvieron aquel día en el Brigido Iriarte, Cristal era local en dicho escenario: no solo por la hinchada nacional que se trasladó al compromiso, sino también por el colorido (sobre todo banderas rojiblancas) que se pudieron apreciar en las tribunas. Adicionalmente, la gran sorpresa de aquella noche fue la presencia de Vladimir Popovic, el entonces entrenador de la selección peruana que estuvo asesorando a José Carlos Amaral y a sus dirigidos. Y desde que el árbitro colombiano John Jairo Toro inició las acciones, se pudo plasmar claramente que había un solo dominador: Sporting Cristal.

Algunos hinchas de Caracas intentando meterse al campo en el cotejo con Cristal. Nótese la bandera de apoyo a Juan Carlos Letelier, quien jugaba por el equipo venezolano. (Recorte: diario Ojo) 

No obstante, pese a lo avasallador que fue el equipo cervecero, su arranque no fue del todo color de rosa, más si Jorge Soto erró un penal avisado que fue a parar a los guantes de César Baena. Pero lo mejor vino después: a los 24', se produjo una nueva falta dentro del área contra Maestri y Marquinho fue quien tomó el balón en su poder para hacer efectiva la falta. Si bien el brasileño vio como Baena bloqueó su tiro, encontró el rebote y marcó el tranquilizador 0-1.

Así se fueron al descanso y, en el complemento, vino la estirada rimense. Llegó primero vía un zapatazo de Jorge Soto a los 65, y posteriormente a través del 'Bimbo' Ávila a los 75'. El alemán Andreas Vogler, a los 89', estableció el 1-3 final que puso a Cristal a un punto de la clasificación a octavos de final.

Clasificación en el último suspiro

Tres días más tarde, el viernes 19 de marzo, Cristal tuvo su segunda expedición en territorio venezolano: esta vez en la ciudad de Puerto Ordaz ante el Minerven. En el día previo al partido, había mucha preocupación en el equipo celeste, toda vez que Marquinho y Maestri estaban sentidos y era poco probable que participen en su último duelo por el grupo copero.

Entrenamiento de Cristal en el complejo Cachamaycito de Puerto Ordaz antes de su tope con Minervén. (Recorte: diario Ojo) 

Sin embargo, tras el entrenamiento desarrollado en el Cachamaycito, la cancha auxiliar del viejo Polideportivo Cachamay, se confirmó la inclusión de ambos para dicho cotejo. El DT Amaral incluso firmó un resultado: "Creo que el empate es el mejor resultado para ambos equipos", fue lo que señaló al ser abordado por la prensa peruana que estuvo presente en la práctica rimense. Un marcador que justamente le permitía oficializar su acceso a octavos de final.

Como ya se intuía en el día anterior al encuentro, Cristal repitió la misma formación con la que le ganó al Caracas, con la salvedad que sus variantes durante los 90 minutos fueron otras: en aquella ocasión ingresaron Orlando Prado y Fidel Suárez. El local, Minervén, dirigido por Nerio Hernández, salió con Luis Carrillo, Williams Pacheco, José Ortiz, Edson Tortolero, Luis Morales, David Grueso, Darío Erramuspe, José Márquez, Diony Guerra, Horacio Matuszyczk y Pedro Felipe Camacho. El árbitro en dicha oportunidad fue el también colombiano Olmedo Zúñiga.

Lo más llamativo de todo el partido, a diferencia de lo que ocurrió en Caracas, es que esta vez sí hubo más aficionados del Minervén alentando en las tribunas del Polideportivo Cachamay. No obstante, la prensa peruana tildó de "ingenua y pura" la actitud de los hinchas de Puerto Ordaz por algunos cánticos suavecitos que le lanzaban al árbitro del compromiso por aparentes yerros en contra del local.

Festejo cervecero tras el gol agónico de Flavio Maestri a Minervén. Aquella noche Cristal jugó con camiseta blanca. (Recorte: diario Ojo) 

Del compromiso en sí, hubo pocas conclusiones que sacar. Solo que Cristal esta vez sí se topó con un rival más exigente, aunque sus ataques eran desordenados y predecibles para la defensa cervecera. Y más adelante el duelo tuvo un bajón de ritmo, tanto que hacía suponer que el 0-0 ya estaba decretado. Sin embargo, a los 89' todo cambió: Flavio Maestri se elevó por encima de todos y de un cabezazo estableció el 0-1 que le otorgó a Cristal los siete puntos en la tabla y la clasificación a octavos de final, instancia en la que luego, también con bastante angustia y adrenalina, eliminó a El Nacional de Quito.

Lo que vino después fue el discurso de José Carlos Amaral, acostumbrado a caer muy bien a la prensa en general. Agradeció no solo a su plantel por el pase a la siguiente fase de la Copa Libertadores, sino también a Vladimir Popovic, quien se quedó asesorando al plantel celeste y, por esa situación, lo consideró como pieza clave para encontrar el camino a la siguiente instancia.

Así fue como Cristal cosechó dos logros esperables -para la época- en tierras venezolanas. Lares que ya no son tan generosos como antaño, pero en los que los rimenses, esta vez ante un rival más cuajado como el Táchira, tienen la esperanza de saborear la esencia de aquellos triunfos noventeros. 

Composición fotográfica: José Salcedo / DeChalaca.com

Fotos y recortes: diarios El Comercio y Ojo

Video: YouTube / Global TV


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