Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl 14 de febrero fue el día del amor, pero también es una fecha importante para uno de los jugadores de apelativo curioso que llegó al Perú: Luiz Roberto Magalhaes da Silva, ‘Pingo’, volante que defendió la camiseta de Sporting Cristal y que celebró su cumpleaños número 50 en 2018.

Daniel Orrego | @dorrego1411
Redactor

Con 34 años encima, y una carrera por distintos clubes de su país, Luiz Roberto Magalhaes da Silva (Joinville, Brasil, 14 de febrero de 1968), más conocido como Pingo, tuvo su primera experiencia en el extranjero de la mano de Paulo Autuori, técnico de Sporting Cristal en ese entonces. Fue parte del plantel que se coronó campeón en el año de su arribo al equipo tras superar una crisis que generó la llegada del mediocampista al Perú.

La autuoridad de la casa

En un recordado episodio de la historia de este milenio en el balompié nacional, Autuori tomó una drástica decisión tras ver a su equipo caer por 5-1 ante Alianza Lima en abril de 2002 por el Apertura: separó a jugadores importantes como Miguel Miranda, Jorge Huamán, Jorge Soto -quien luego sería perdonado y anotaría el gol del título nacional de ese año en un empate 1-1 ante Universitario-, Manuel Marengo y Jean Ferrari.

Para el resto del campeonato promovió a algunos jugadores y se reforzó con tres compatriotas del entrenador: Denis, defensor recordado por marcar en su debut ante el cuadro crema; Pingo, volante  de contención que llegó del América de Río de Janeiro; y Sergio Junior, quien luego pasaría por Sport Boys y Cienciano.


Pingo debutó con pocas horas de entrenamiento con el cuadro rimense y fue en un escenario difícil para muchos de los extranjeros que llegan al Perú: el estadio Garcilaso de la Vega. Cusco fue la ciudad que vio los primeros minutos del brasileño en el Descentralizado en una derrota por 1-0 de Cienciano sobre Cristal con gol de Ramón Rodríguez.

Experiencia medular

Si bien fue reconocido por el buen control del balón que tenía, mostró escasa movilidad en ese partido; sin embargo, su experiencia era un factor considerable dentro de lo que podía aportar al joven equipo cervecero que se sostenía en jóvenes nombres como los de Erick Delgado, Alberto Rodríguez, José Moisela o Renzo Sheput.

El volante carioca no soltó el puesto de titular desde esa fecha hasta el final del certamen. Completó once partidos y recibió tres tarjetas amarillas en una campaña que dejó al cuadro rimense en el tercer lugar lejos de los compadres, quienes disputaron el título en un partido extra.

Sin embargo, en el Clausura, Sporting Cristal terminó en la primera posición con una ventaja de cuatro puntos sobre el cuadro blanquiazul y, debido a la reglamentación del campeonato, fue coronado como campeón nacional ya que la ‘U’ quedó fuera de los ocho primeros lugares de ese torneo. Pingo jugó 21 de 22 partidos desde el inicio y fue el tercer jugador con más minutos detrás de Soto y Delgado.

Pum, pam, Pingo…l

Tras coronarse campeón nacional, Pingo se quedó un año más para participar del Descentralizado 2003. Para seguir con la racha triunfal, los bajopontinos se alzaron con el trofeo del Apertura, esta vez bajo el mando de Wilmar Valencia. Hacia el final del torneo, y en medio de una lucha palmo a palmo con Alianza Lima por el primer puesto, se dio el único gol que marcó el garoto en el Perú.

Por la fecha 21, Cristal visitó a Deportivo Wanka en la ciudad de Huancayo con la intención de mantener la ventaja de tres puntos que tenía sobre los íntimos. En la segunda mitad de ese duelo, el gol llegó desde los pies de uno que no estaba acostumbrado a marcar de esa forma: Pingo venció a Joel Pinto con un potente derechazo a los 61’ y abrió el camino para el triunfo visitante por 0-3.

 

Con esta victoria, el conjunto rimense mantuvo la diferencia frente a Alianza Lima y con 1-0 sobre Alianza Atlético, gracias al gol de Alberto Rodríguez, en la fecha final obtuvo su segundo trofeo consecutivo en estos torneos cortos. Para el Clausura, sin embargo, la tendencia se rompería pues la huelga de jugadores hizo que el campeonato se suspenda y se le otorgó el título a los de La Victoria, quienes eran los líderes al momento de la paralización.  

Más allá del apelativo

En su paso por el Perú el mediocampista acumuló 64 partidos en las dos temporadas en las que defendió la camiseta de los del Rímac, con dieciséis tarjetas amarillas y dos rojas. Fue un buen complemento en la mitad del campo para Erick ‘El Charapa’ Torres y su experiencia fue muy importante para sacar adelante a un plantel de bajo promedio de edad tras la purga realizada en el Apertura 2002.

En 2004 volvió a su país para jugar por el Londrina, club del interior del estado de Paraná. Sus últimos años se repartieron entre equipos de ascenso pues también fue parte del Marcílio Dias y del Atlético de Ibirama, antes de su retiro en 2006 a la edad de 38 años. Fuera de su curioso apelativo, que generó muchas bromas en el Perú, fue un jugador cuyo aporte todavía es recordado pues fue de los mejores volantes de contención que pasaron por Sporting Cristal en los últimos veinte años.  

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


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