Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl partido entre Alianza Lima y Boca Juniors por la Libertadores marcará también el regreso de Gustavo Barros Schelotto a tierras peruanas luego de casi 13 años, cuando fichó por el cuadro blanquiazul como el mejor jale, pero con un paso poco exitoso.

 

Kenny Nagahama | @Kenny_Nagahama
Redactor

Ya casi en las últimas de su carrera futbolística, Gustavo Barros Schelotto (La Plata, Argentina, 4 de mayo de 1973), mellizo del ídolo xeneize Guillermo Barros Schelotto, fue anunciado como el flamante fichaje de Alianza Lima de cara al Apertura 2005. Tras haber ganado la Copa Libertadores, la Copa Intercontinental, dos Apertura y un Clausura en Argentina, llegó con un cartel de estrella -habiendo pasado por Gimnasia y Esgrima de La Plata, Boca Juniors, Unión, Villarreal, Racing y Rosario Central-. No obstante, pocos partidos jugados e intrascendencia fueron lo que finalmente quedó en el recuerdo de su efímero paso por el club blanquiazul.

Muy arriba, Alianza

Tras obtener el título nacional en 2003 y 2004, Gustavo Costas dejó el equipo al haber cumplido un ciclo. Alianza Lima esperaba lograr el tricampeonato y hacer un buen torneo continental, por lo que optó por traer a alguien conocido, y contrató al entrenador argentino Rubén Darío Insúa, campeón de la Sudamericana 2002 dirigiendo a San Lorenzo e ídolo en el Barcelona de Guayaquil, club con el que fue subcampeón de la Libertadores en 1998.

Junto a Barros Schelotto, el ‘Poeta’ trajo con él a dos argentinos más: el defensor central Iván Furios -que había jugado en Boca Juniors- y el centro delantero Rodrigo Astudillo -con buen curriculum y amplio recorrido en Talleres de Córdoba. Llegó también el colombiano Oswaldo Mackenzie, quien es recordado con disgusto por parte del hincha aliancista gracias a que, sumado a su conocido apodo ‘El Nene’, declaró al ser presentado que tenía cosas de César Cueto, estigma que no se pudo sacar.

Gustavo Barros Schelotto junto a Rubén Darío Insúa e Iván Furios. Poca trascendencia para los tres en Alianza Lima. (Foto: revista El Gráfico Perú) 

Aunque en un primer amistoso jugado en verano frente a Universitario Mackenzie anotó de tiro libre, el ‘Mellizo’ jugó bien y el partido terminó con una victoria por 2-0 a favor de los de La Victoria -quienes jugaron con camisetas azules aquel día-, las cosas irían de mal en peor en tienda blanquiazul, pues había demasiada expectativa por lo logrado en la era Costas y evidentemente Insúa era un técnico de diferentes características, más serio y menos empático, mientras Costas se había convertido prácticamente en un íntimo más.

(Insúa)nuaba que lo lograría

Hincha de Gimnasia y Esgrima de La Plata desde pequeño, Gustavo Barros Schelotto se fue del club muy molesto e indignado por el trato del presidente y los directivos, declarando que nunca tuvo claro qué ocurrió en realidad y que su salida en falso del equipo se debió a un tema más político.

No consideró un retroceso en su carrera el venir al fútbol peruano, y dijo ver con buenos ojos la posibilidad de pelear por un tricampeonato y pasar la fase de grupos en la Libertadores. Lamentablemente para él, su deseo de salir campeón en la primera mitad del año y cumplir el reto de lograr que los íntimos avancen en la Libertadores -cosa que no se daba desde 1995- se iría esfumando con el paso de las fechas.

La Copa Libertadores con Alianza Lima tampoco le resultó una buena experiencia a Gustavo Barros Schelotto. Sin embargo, duró menos que la agonía del Descentralizado. (Foto: revista El Gráfico Perú) 

Gustavo Barros Schelotto jugaba de ‘8’; un volante con llegada pero que no destacaba más allá de ser un pasador, pues no era ni de marca ni creativo. Llegó a ser titular desde el primer partido frente a Tigres UANL de México por el Grupo 6 la Copa (empate 0-0), pero le fue costando con el transcurso de los partidos y no fue trascendente.

Frente al equipo mexicano, el juego de Alianza pasó principalmente por sus pies en los primeros minutos del encuentro, pero finalmente no terminó pesando al igual que sus compañeros. El partido por la segunda fecha ante Banfield en el Florencio Sola, los blanquiazules lo empataban luego de ir dos goles abajo gracias a un doblete de Aldo Olcese, pero el gol del ingreso Diego Ceballos sobre la hora dejó los dejó con las manos vacías. A partir de esto, las cosas se tornaron negativas.

Barros Schelotto no jugó con los íntimos frente a Caracas en Matute (2-1) ni en el debut en el Apertura ante FBC Melgar como local (0-1), lo hizo recién en el empate con Sporting Cristal en la siguiente jornada (1-1). Cumplió un partido aceptable y estuvo ubicado por la banda derecha, siendo sustituido casi sobre el final por Wilmer Aguirre. Alianza obtendría sus tres primeros puntos ante Alianza Atlético (5-0) en la fecha 3, pero a pesar de jugar todo el encuentro, el ‘Mellizo’ no trascendió en la goleada de su equipo.

Un clásico ante Universitario le permitió a Gustavo Barros Schelotto jugar como volante central, aunque tampoco pudo destacar. (Foto: revista El Gráfico Perú) 

En los dos próximos partidos, el 'Mellizo' jugó más al medio en la línea de volantes, pero tampoco pudo pesar en el juego: fue cambiado al medio tiempo contra Universitario (2-2) y el punto más bajo de los blanquiazules en la auspiciosa goleada que le dieron a Cienciano (6-2) con un póker del ‘Lobo’ Juan Diego Gonzales Vigil.

Hundido en el barro

Alianza Lima había sido irregular en el arranque de temporada, y en lo personal, las cosas iban aún peor para Barros Schelotto. Pero su situación y la de los extranjeros –a excepción de Furios- seguiría hundiéndose aún más luego de la reanudación de la Copa Libertadores: los íntimos cayeron ante Caracas en Venezuela (2-0) en un partido de bajo nivel y que los dejaría en el fondo de la tabla junto a su rival, aunque lo que más transcendió finalmente fue una mecha en el vestuario aliancista entre Insúa y Juan Jayo Legario, lo cual desencadenó en un grupo partido, con los extranjeros del lado de su entrenador.

La derrota como local ante Banfield (0-1) no hizo más que prolongar el mal momento, y tras no aparecer ante Atlético Universidad (1-1) y Coronel Bolognesi (2-2), Gustavo jugaría sus últimos tres partidos con casaquilla blanquiazul antes de la desgracia: ingresó a los 83’ por Aldo Olcese en la victoria frente a la César Vallejo (3-1) cuando el encuentro ya estaba resuelto, estuvo neutralizado en el empate sin valor ante Tigres UANL (0-0) para cerrar la triste participación internacional y finalmente fue de lo más bajo junto a su compatriota Astudillo en la dura caída contra el recién ascendido Sport Áncash (4-1).

Gustavo Barros Schelotto vuelve al Perú, esta vez al lado de su hermano, para el Alianza Lima - Boca. ¿Acaso el destino se encargará de darle una alegría a los blanquiazules con la presencia -ahora al frente- del 'Mellizo'? (Foto: Diario Xeneize) 

Aquella derrota del 11 de mayo fue el clímax de la triste historia entre Gustavo Barros Schelotto y Alianza Lima, pues, en pleno receso de tres semanas por las Eliminatorias, se dio la salida de Rubén Darío Insúa, del propio ‘Mellizo’ (quien tenía contrato solamente hasta junio) y de los demás extranjeros, salvo por Furios, quien si completó la temporada. Los blanquiazules terminarían el Apertura 2005 en la tercera ubicación, a trece puntos del campeón Cienciano.

Barros Schelotto dejaba el club con un saldo de 11 partidos jugados (6 por el torneo local y 5 por Copa Libertadores), sin ningún gol anotado o asistencia. Tras ello, jugaría sus dos últimos años de fútbol profesional defendiendo al hoy desaparecido Puerto Rico Islanders, para más adelante cumplir su deseo que tenía desde joven: dirigir junto a su hermano, oportunidad que le llegó en Lanús, y que sigue disfrutando en el banquillo de Boca, próximo rival de los íntimos.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Recortes: revista El Gráfico Perú


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