Tras un éxito indiscutible en el fútbol brasileño, Tite tomó el mando de la canarinha para amoldar su estilo a los jugadores con los que cuenta el pentacampeón del mundo.
Pedro Posada | @PPosada18
Redactor

En su etapa como futbolista, Adenor Leonardo Bacchi, o simplemente Tite, nunca llegó a jugar en equipos grandes de Brasil. Como volante defensivo inició su carrera en 1978 en Caxias, club del estado de Río Grande do Sul, que actualmente juega en la Serie C. Más tarde, en 1984, pasó al Esportivo de Bento Goncalves, un equipo del mismo estado que Caxias. Su mejor temporada recién se produjo cuando militó en Guarani FC, con el que fue subcampeón del Brasileirao en 1986 y campeón en 1987. Sin embargo, una lesión en la rodilla: ligamento roto, hizo que se retire apenas los 28 años.

Por ello, en 1990 comenzó como entrenador en el Gremio Atlético Guaranyne, club en el que se mantuvo hasta 1991. En ese año dirigió al equipo que lo vio debutar como jugador, el Caixas, hasta 1992. Posteriormente pasó por equipos como Veranópolis, Ypiranga FC, Juventude, y regresó al Caixas de 1999 al 2000. La oportunidad grande para Tite llegó en el 2001 cuando dirigió a Gremio, y satisfizo las expectativas: ganó la Copa de Brasil. Desde allí se ubicó entre los técnicos top de Brasil, lo que le valió llegar por primera vez a Corinthians en las temporadas 2004 y 2005. Esto le abrió las puertas a disputar y luchar por torneos internacionales, que recién llegaron en 2008 con Internacional de Porto Alegre, equipo con el que consiguió la Copa Sudamericana. Con el Inter perdió la Recopa Sudamericana ante LDU en 2009, y partió al Al-Wahda de Emiratos Árabes Unidos en 2010. Tras ello, retornó a Corinthias y obtuvo su única Copa Libertadores en 2012, y el Mundial de Clubes del mismo año al ganarle la final al Chelsea con gol de Paolo Guerrero. Con Corinthians volvió a ganar un título más en 2012, la Recopa Sudamericana, sacándose el clave del Inter en 2008.

Durante su trayectoria, Tite se caracterizó por un estilo de juego defensivo que consiguió marcadores ajustados. Un reflejo de ello fue el Corinthians campeón de la Libertadores y que, bajo la misma fórmula, derrotó al Chelsea en el Mundial de Clubes. En 2014, sin embargo, Tite se tomó un año sabático para y allí se acercó a Carlo Ancelotti, influencia directa y clave en él, pues aprendió nuevas estrategias y conceptos del técnico italiano. Ese intercambio le permitió hacer que sus equipo adquieran más intensidad y velocidad para presionar en todos los sectores del campo. Esto junto a tener un contraataque rápido -demostrado en el último duelo entre Brasil y Argentina en que la posesión fue albiceleste- se volvieron características de su juego. Son tres equipos los que, finalmente, marcan la evolución de Tite.

Lanzado a la fama

Llegó al equipo originario de la ciudad de Porto Alegre en 2008, luego de haber dirigido al Al-Ain en 2007. A nivel nacional ganó un Campeonato Gaúcho en 2009, pero sin duda su mayor trofeo fue el de la Sudamericana de aquel año en que derrotó en la final a Estudiantes de la Plata por un marcador global de 2-1. Este fue su primer título internacional..

El camino a la final, no obstante, fue complicado para Tite: se sacó de encima a dos cuadros de peso. En cuartos, le ganó 2-0 y 1-2 a Boca Juniors. En la semifinal, mientras tanto, viajó a Guadalajara y venció a las Chivas por 0-2, mientras que en el partido de vuelta lo goleó por 4-0. Cuatro partidos y cuatro victorias. Además, tuvo a los dos goleadores del torneo, Alex y Nilmar, con cinco anotaciones.

El sistema usado por Tite en esta campaña fue el 4-2-3-1. Lauro Cruz fue el portero; como lateral derecho estuvo Bolívar, y en la banda izquierda se desempeñó Marcao. Los centrales fueron Índio y Alvaro. Metros más adelante, se ubicó una línea de tres volantes con Edinho, Magrao yPablo Guiñazú. El '10' del equipo fue el argentino Andrés D' Alessandro y los puntas fueron Alex, por derecha, y Nilmar, por izquierda.

Al timón

Por el Timao pasó en tres ocasiones. La primera el 2004 y 2005, la segunda del 2010 al 2013 y la tercera  el 2015 y 2016. Fue en su segundo paso, entre el 2010 y 2013, cuando tuvo su época más exitosa. Conquistó el Brasileirao 2011 y el Campeonato Paulista de 2013. En cuanto a campeonatos internacionales tampoco se quedó atrás; se llevó la Copa Libertadores y el Mundial de Clubes en 2012, y la Recopa Sudamericana 2013. En ese lapso, no pudo revalidar la Copa Libertadores 2013, pues fue eliminado por Boca Juniors en octavos de final de aquella edición.

La Libertadores 2012 es la gran gesta sudamericana de Tite: la dominó de principio a fin: no perdió ningún partido. Utilizó un 4-trapecio-2 con Cassio como arquero, una línea de cuatro que estuvo compuesta por Alessandro, Chicao, Leandro Castán y Fábio Santos. En primera línea, jugaron Ralf y Paulinho, el último como volante con más vocación de ataque. Danilo y Alex fueron los creativos, cada uno por una franja, y en ataque quedaron Emerson y Jorge Henrique.

Para el Mundial de Clubes mantuvo el 4-trapecio-2 con la única variante de Paolo Guerrero por Jorge Henrique, quien bajó a jugar de volante creativo al costado de Danilo. Emerson se mantuvo como delantero, con más libertad para moverse por todo el frente de ataque, mientras que Guerrero cumplió la función de centro delantero.

Afinidad instantánea

El once que ha mantenido regularmente Tite en el scratch, tiene a Alisson como titular en el arco. En el fondo forma una línea de cuatro con Dani Alves, Marquinhos, Miranda y Marcelo quien es titular sobre Filipe Luis, a comparación de lo que propuso Dunga. En la mitad del campo, Renato Augusto y Paulinho juegan en primera línea, en ocasiones han sido acompañados por Fernandinho, Casemiro y Willian para formar un trivote o trapecio. En ataque, Neymar y Gabriel Jesús son los delanteros asiduos, pero en el 4-3-3 que propone Tite con frecuencia, también se ha sumado Coutinho por derecha, para que Gabriel Jesús se ubique en el centro y Neymar siempre arranque desde la izquierda.

Para el partido frente a Perú, Tite presentará una variante obligada: entrará Filipe Luis en lugar de Marcelo quien no estará por acumulación de tarjetas amarillas. Alisson debería ser el arquero, mientras los tres que acompañen a Filipe Luis serán los mismos que completan la defensa hace cinco partidos, Dani Alves, Marquinhos y Miranda. En la volante volvería a usar una línea de tres con Paulinho por derecha, Fernandinho como volante ancla, y Renato Augusto por izquierda, para dejar en el ataque otra vez a Coutinho, Gabriel Jesus y Neymar.

Lo que más destaca en el actual ataque brasileño es la velocidad y la amplitud que le dan a sus transiciones, que pueden hacer sufrir a Perú por sus laterales. Si bien Aldo Corzo es un jugador que cumple en la marca, la velocidad de Neymar puede hacer que su espalda sea vulnerable, y ni qué decir de su talento en el uno contra uno. El mismo problema puede sufrir Pedro Aquino, posible reemplazo de Renato Tapia en la primera línea de volantes. La presión que pueden ejercer sobre él, característica clave en esta nueva versión de Tite, pueden provocar pases errados y que Brasil tome mal parado a un equipo peruano que tendrá que hilar fino y concretar siempre sus ataques.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


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