Ricardo Ortiz: El hombre violeta
Llegó al Perú a inicios de 2003, contratado por un Universitario quebrado por la mano gorda de los noventa y la inoperante gestión de Javier Aspauza. En el peor de los escenarios, Ricardo ‘El Tato’ Ortiz, ídolo de Defensor Sporting, no rozó siquiera un milagrito: le fue mal de principio a fin.
De sello violeta
Ricardo Alberto Ortiz Pérez nació en Montevideo el 6 de febrero de 1959. Su posición era volante de marca: fue formado en las divisiones menores de Defensor Sporting e integró varios seleccionados juveniles de Uruguay. En el cuadro violeta se convirtió en referente: jugó nueve años y consiguió, en 1976, el primer título profesional en la historia del club.
Peñarol lo compró en 1981 y estuvo allí dos años, en los que saboreó el éxito por partida doble: fue bicampeón uruguayo (1981 y 1982) y campeón de la Libertadores y la Intercontinental de 1982. En 1983 fichó por el Deportes Tolima de Colombia, pero la suerte lo abandonó: después de dos años en Ibagué, una lesión en 1985 terminó su carrera de futbolista de manera temprana.
Fue, entonces, tiempo de ponerse el buzo. A fines de los ochenta, inició su trayectoria como DT, logrando el ascenso con El Tanque Sisley. En 1991, Peñarol le echó el ojo y lo contrató como sustituto de César Luis Menotti; se mantuvo por cerca de un año.
El éxito mayor, sin embargo, lo alcanzó con el cuadro de toda su vida: en 1997, fue campeón del Clausura con Defensor Sporting, de la mano de figuras como Nicolás Olivera, Jorge ‘El Polilla’ Da Silva, Gustavo Biscayzacú y su hoy caudillo Andrés Fleurquín. Los años siguientes, los pasó en Chile: condujo a Cobresal en 1999 y a Santiago Morning en 2001. Volvió a su país para conducir a River Plate de Montevideo en 2001 y a su querido ‘Viola’ en 2002, con el cual fue finalista de una liguilla pre-Libertadores. En 2003 llegó la hora de su aventura peruana.
Una crema muy agria
Ortiz llegó a Lima en enero de 2003, con la doble misión de disputar el Apertura y la Libertadores. Cuatro compatriotas suyos lo siguieron: Jorge Artigas, Bruno Piano, Fabián Pumar y Álvaro Pintos. Salvo el primero, único aprobado, el fiasco de los jales fue mayúsculo. El ‘Tato’ tuvo, además, que lidiar con un plantel impago y desmotivado, con el cual tuvo desencuentros. Durante la pretemporada, sacó de una práctica, por la escasa actitud que mostraban, a Artigas, Pumar, John Galliquio, Juan Manuel Vargas, Jean Ferrari, Jorge Huamán, Alan Rodríguez y Edson ‘El Cheta’ Domínguez.
En la Copa, el equipo crema no empezó tan mal: en casa, empató 1-1 contra Racing (merced a un autogol/blooper de Pumar) y venció 2-0 a Oriente Petrolero. En el Apertura, fue todo lo contrario: arrancó con dos derrotas (1-3 contra Cienciano y 1-0 contra Alianza Lima) y apenas arañó un empate (1-1) en Sullana contra Alianza Atlético.
Solo perdió un encuentro de aquella Libertadores: 2-0 contra Nacional en Montevideo. Los siguientes tres empates sellaron su eliminación: uno fue el 1-1 contra Racing en Avellaneda, en el día del Centenario albiceleste, gracias al gol de Wilder Galliquio.
A nivel local, no logró reflotar: el equipo fue muy irregular. Una breve buena racha al final de la primera rueda fue liquidada con una derrota 2-0 en Cusco y una aún más dolorosa caída 2-4 ante Alianza en el Nacional. El 28 de mayo, por la fecha 16, Ortiz tuvo que decir adiós: un empate 1-1 contra Deportivo Wanka en el Monumental apuró su renuncia. Iba séptimo en el Apertura: su saldo con buzo crema fue de cinco triunfos, seis empates y cinco derrotas.
Aventuras centroamericanas
La carrera de Ortiz tomó nuevos rumbos: Centroamérica se convirtió en un destino habitual. En 2004, fue contratado por el Municipal Limeño de El Salvador.Entre 2005 y 2006, condujo a Real España de Honduras. Tras un brevísimo lapso de un mes en el Sportivo Cerrito de su país, volvió a Honduras para conducir a Deportivo Vida. Entre 2007 y 2008 regresó a Chile, para ser DT del Arturo Fernández Vial, de la Segunda División. Volvió a Honduras en 2008, para entrenar por casi dos años a Deportivo Victoria. En 2011 regresó a Uruguay: lo fichó el Atlético Cerro, donde se mantuvo hasta diciembre y volvió en julio de 2012 hasta su cese definitivo, en febrero de 2013, diez años después de que aquella tarde en que llegó al Perú.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: footballjourney.com, tenfield.com.uy; Recortes: revista El Gráfico Perú
escrito por Ãngel , February 20, 2014