Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEn silencio y con perfil bajo pero mucho carisma, Edison Flores se convirtió en pieza clave de la clasificación peruana a Rusia 2018. El 'Orejas', que supo pulir falencias en sus primeras apariciones de rigor, se ganó el cariño de la afición y es un indiscutible en el Mundial.

    Kenny Romero | @kenny_romero
    Director Periodístico

¿Quién no quiere al 'Orejas'? Luego de la clasificación a Rusia 2018, Edison Michael Flores Peralta (Lima, 14 de mayo de 1994) reafirmó su posición de indiscutido en la selección peruana. Pero no solo por lo que hizo en la cancha, sino también por su carácter sencillo y carisma excepcional, el cual siempre asumió desde su aparición con Universitario, que lo convirtieron en acaso el personaje más querido de la blanquirroja por toda la afición.

Y si de alguna manera el 'Orejas' Flores, tipo de poco hablar pero que, por el contrario, tiene mucha predisposición para el diálogo con los medios o hasta para tomarse una selfie con un hincha, es un jugador muy abordado, mucho tiene que ver su rendimiento eficiente con la casaquilla bicolor. Desde que asumió ese fierro caliente cuando ingresó ante Venezuela en Lima y, de alguna manera, se convirtió -junto con Raúl Ruidíaz- en la imagen de la renovación.

Es cierto: Edison Flores, acaso por la cantidad de relevos en su posición, no era desde el saque un posible titular en la oncena de Ricardo Gareca. Pero la confianza que el 'Tigre' le otorgó fue indispensable para explotar todo su potencial. Y también para pulir defectos, algunos muy marcados y que en su momento recibieron la crítica -constructiva- de parte de DeChalaca: le costaba rematar al arco cuando tenía ángulo para hacerlo y prefería dar el pase. Es decir, acaso por presión o temor al error, desechaba situaciones de gol que bien pudieron cambiar el rumbo de diversos partidos de Perú, como ante Argentina en el Nacional.

Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com 

Pero de un tiempo a esta parte se animó a creer en sí y disparar. Y así empezaron a llegar los goles del 'Orejas'.  Ante Chile, Paraguay y sobre todo ante Uruguay, el duelo del punto de quiebre en las Eliminatorias. Y a partir de allí sí fue un inamovible en el equipo de todos. Los tantos ante Bolivia y el recordado zurdazo en Quito que regaló esa imagen premonitoria en el abrazo con André Carrillo lo terminaron catapultando como un jugador que, a punta de grandes actuaciones y muchísima disciplina táctica, fue muy útil para el retorno peruano a un Mundial tras 36 años. Se lo tiene bien ganado el joven surgido del barrio de Collique y hecho suyo por los cuatro suyos.

Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com


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