Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.comResistido por un sector –incluido el autor de esta nota– por su irregularidad y carácter en el inicio del proceso de Ricardo Gareca, Christian Cueva demostró su capacidad de resiliencia y se constituyó como uno de los pilares de la campaña de Perú gracias a su versatilidad de juego.

    Alonso Cantuarias | @alonso_cantu
    Columnista editorial

Lunes 25 de mayo de 2015. Christian Alberto Cueva Bravo era protagonista de una de las sorpresas en la convocatoria final de Ricardo Gareca para la Copa América de Chile. Apenas unos días antes, el 17 de mayo, el volante había sido expulsado durante la derrota de Alianza Lima ante Real Garcilaso luego que le tomara la mano al árbitro Ramón Blanco e intentara detener una expulsión. Ese episodio reflejaba en parte el momento del jugador nacido en Trujillo el 23 de noviembre de 1991. Pese a su buena técnica con el balón y visión de juego- era titular indiscutible en Alianza-, el carácter le jugaba una mala pasada. Lo que 'Aladino' podía crear con los pies, era destruido, en parte, por sus cuestionables decisiones, que lo hacían ver como una de esas tantas promesas que proliferan en el fútbol pero no terminan de consolidarse.

Pero fue la confianza de Ricardo Gareca la que le sirvió de trampolín para profesionalizar su juego y enrumbar una carrera que no terminaba de despegar pese a las experiencias en la Unión Española de Chile y en el Rayo Vallecano español, club este último en el que solo alternó en el equipo B.

Durante la Eliminatoria, incluida la Copa América Centenario, Christian pasó de ser ‘Cuevita’, un mero actor de reparto, a titular indiscutido de la selección por su versatilidad en el juego. Una que permitió verlo jugar de ‘10’, detrás de Paolo Guerrero, o intercambiando lugar con Edison Flores o André Carrillo. Además, mostró sus facetas de goleador, habilitador y recuperador.

Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com 

Lejos de señalar que se trata de un crack consolidado, la de Cueva es una figura madura, que se acopla al funcionamiento del equipo y asume el protagonismo en todo momento. Podrá haber jornadas como la de Asunción (donde fue figura) o como la de Wellington (donde pasó desapercibido en el juego) pero es elogiable que el volante del Sao Paulo siempre se muestre como una opción de pase y busque elaborar juego.

A sus 26 años, Christian Cueva afrontará el Mundial de Rusia en la plenitud de su carrera, con el aliciente de que aún puede seguir superándose a sí mismo y lograr entrar a la élite del fútbol. Ahora no solo tiene la confianza del hombre que apostó por él cuando pocos lo hacían, sino que tiene atrás a un país que lo alienta. Y es que no solo es ya el hijo predilecto de Trujillo adoptado por Huamachuco, sino el del Perú y cobijado por más de 30 millones de corazones.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com


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