Foto: charlatecnica.clEn Chile 1962, Brasil se encumbró como bicampeón. Y uno de los principales artífices fue Garrincha, quien en la semifinal ante Chile abrió el camino de la victoria verdeamarelha y celebró doble al ser luego expulsado... pero no suspendido.

 

Como ya se ha narrado en este conteo regresivo, Brasil afrontó en su segundo partido del Mundial de 1962 una dura noticia: un severo esguince inguinal dejaba prácticamente fuera del campeonato a Pelé. Ante la lesión de 'O Rei', creció la figura de Manuel Francisco Dos Santos, o simplemente Garrincha. El menudo jugador tomó el rol protagónico en el ataque verdeamarelho, y junto a Amarildo, el reemplazante del '10', el equipo de Aymoré Moreira reacomodó su sistema ofensivo.

No obstante, lo mejor de este jugador surgido del Botafogo -y considerado una de las mayores glorias en la historia del 'Fogao'- aún estaba por verse: en las semifinales, la 'Canarinha' debía verse las caras con los dueños de casa. Por aquellos días, los aficionados sureños se encontraban totalmente ilusionados con ver a su selección en lo más alto. Y razones para soñar les sobraban: a la épica jornada en la cual eliminaron a Italia en la fase de grupos, se había sumado el rotulante triunfo sobre la Unión Soviética -vigente campeón europeo- en cuartos de final. Así, la 'Roja' llegaba cargada de confianza al duelo con los brasileños.

Minuto 9

Santiago de Chile, 13 de junio de 1962. Un marco espectacular de aproximadamente 77,000 espectadores se dio cita en el estadio Nacional. El enorme apoyo para el combinado local se hizo incesante desde el principio. Empero, en una de las primeras incursiones del 'Scratch', Zagallo envió un centro desde la derecha y Vavá intentó conectarla de chalaca; no lo consiguió, pero atento, en el borde del área, estuvo Garrincha para tomar el balón con zurda, de volea, e inaugurar el  marcador sobre los 9' haciendo estéril el vuelo del golero Escutti.

Aquel tempranero golpe sirvió para llenar de moral al conjunto verdeamarelho, que empezaba a imponer su hegemonía en el campo. Luego Garrincha ampliaría la diferencia, pero los anfitriones llegaron al descuento por intermedio de Jorge Toro al filo del descanso. A poco de la reanudación, Vavá estiró nuevamente la cuenta para la 'Canarinha' con un cabezazo, y Leonel Sánchez volvió a descontar. Finalmente, en un veloz contragolpe, Vavá se encargó de establecer el 4-2 definitivo para Brasil.

Reportes de la época señalan que el periodismo sureño reconoció en todo momento a Garrincha como aquel genio que acabó con el sueño chileno. Quedará para la anécdota la expulsión del propio Garrincha a falta de 7 minutos por parte del juez peruano Arturo Yamasaki, debido a una agresión al golero chileno Rojas; por alguna extraña razón, que en el propio Brasil despierta versiones controversiales, el informe del réferi no llegó a la FIFA hasta después de la final. Y dado que en la época aún no existían las tarjetas y las suspensiones no eran automáticas, el desequilibrante atacante pudo participar en la final ante Checoslovaquia, la cual Brasil ganó.

Al menos, el fútbol no se perdió de la magia del hombre de la finta fácil y las piernas chuecas, ese que, aunque cueste creerlo, solo anotó 12 veces con su selección en 50 partidos. Ese que lo suyo era el desborde; y vaya qué desbordes.

Foto: charlatecnica.cl

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