Foto: easyweb.comEl fútbol da revanchas, reza un viejo dicho. Eso lo sabe bien el holandés Ernie Brandts, quien en la fase semifinal del Mundial Argentina 1978 había puesto en ventaja a Italia con un gol en propia puerta. Sin embargo, él mismo empataría el cotejo.

 

El Mundial de Argentina 1978, uno de los más polémicos de la historia por el contexto político en el que se jugó, traía de vuelta la máxima fiesta futbolística a Sudamérica tras 16 años de ausencia. Las flagrantes violaciones a los derechos humanos por parte de la dictadura militar que gobernaba la Argentina de aquellos años generó una serie de protestas, entre ellas las de las selecciones participantes como la holandesa, que debió prescindir de su máxima figura, Johan Cruyff quien había mostrado su descontento con esas situaciones, además de haber sufrido una amenaza de secuestro que apuró su decisión.

Pese a todo, la justa siguió adelante con el apoyo de la FIFA. Y para ceñirse a lo meramente futbolístico, debiera recordarse -al margen del primer título gaucho- a selecciones que volvieron a confirmar su gran momento, caso Holanda con su fútbol total. Lamentablemente, como hacía cuatro años, volvería a quedarse en la puerta al caer nuevamente en la final. Holanda había sido encasillada en el Grupo D, junto a Perú, Irán y Escocia, en el que terminó segunda, detras de la blanquirroja. La segunda fase, en la que se formaron dos grupos, fue mejor para los Países Bajos. Allí arrancarían con un contundente 5-1 a Austria, luego empatarían con Alemania 2-2 y llegaría el encuentro decisivo ante Italia que definiría el primer lugar del grupo, vital para disputar la final. De ese encuentro proviene el recuerdo de Ernie Brandts, autor de dos goles, uno más feliz que el otro.

Minuto 50

Holanda e Italia disputaron un encuentro bastante cerrado en el que prevaleció la marca. Pese a todo, el dominio mostró una hegemonía alterna: si el primer tiempo fue azzurri, el segundo sería tulipán. Bettega, Rossi, Benetti y Cabrini generaron durante esa primera fracción ocasiones de gol que no pudieron concretarse en goles. Hasta que a los 19', Bettega recibió un balón y ganó las espaldas de los zagueros holandeses. Y cuando se alistaba para rematar, un apurado Brandts -en su afán de rechazar- terminó por vencer su propio arco y de paso lesionó a su arquero Piet Schrijvers, el cual debió ser reemplazado por Jan Jongbloed a los 22'.

El control seguiría siendo italiano, pero la diferencia no sería ampliada. Más bien, en la segunda parte, los holandeses -dirigidos por el austriaco Ernst Happel- mostrarían un carácter distinto. Y la prueba de ello es que a los 50', el propio Ernie Brandts, que se había sumado al ataque buscando la reivindicación, encontró un balón tras una serie de rebotes ideal para su pierna derecha. Sin pensarlo, sacó un potente latigazo que ingresó sobre el parante derecho de Dino Zoff y estableció así el empate transitorio y la redención para la desafortunada acción que había tenido el defensor en el primer tiempo.

El partido se tornó brusco, pero la supremacía de Holanda volvería a hacerse presente con el tanto de Arie Hann, el cual le dio la clasificación a la final con el seleccionado argentino, la cual, como ya es conocido, perdería. Entre todos los recuerdos que esa campaña deja, tal vez el nombre de Brandts -hasta hace poco DT del Rah Ahan de Irán, por entonces zaguero del PSV Eindhoven y quien llegara a jugar 28 partidos y anotar 5 goles por su selección- no sea muy evocado al cabo de 32 años. Sin embargo, es todo un histórico: el único jugador que ha anotado un autogol y un gol en el mismo partido a lo largo de 80 años de Copa del Mundo.

Foto: easyweb.com

Comentarios ( 0)add
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy