Foto: wikipedia.orgLa proeza de Croacia en Francia 1998 no se habría podido materializar sin los goles del letal Davor Suker, máximo anotador de aquel Mundial y quien ante Holanda logró, a los 35', sellar su sexto tanto en el torneo y situar a los vatreni en el podio con la medalla de bronce.

 

En Francia 1998 se dio una sorpresa mayúscula al formar parte del podio la selección de Croacia. Dicho país tenía ocho años de haberse desligado de Yugoslavia, aunque en realidad, ya había existido un estado independiente croata cuyo representativo nacional jugó un total de tres partidos entre 1940 y 1942.

Como fuere, aquella nación en proceso de afianzamiento de una identidad tuvo un tremendo espaldarazo con el campañón en tierras galas del equipo dirigido por Miroslav Blazevic. Aquel equipo, entre otros referentes como Dario Simic y Robert Prosinecki -quien ya había jugado el Mundial de 1990 para Yugoslavia-, tenía uno mayúsculo en el corazón del área. Un goleador letal que en el Perú se había dado a conocer gracias a las transmisiones de fútbol español que hacía América Televisión, y que hizo popular el estribillo que repetía Raúl Maraví cada vez que el goleador anotaba. Ese depredador se llamaba Davor Suker, quien con 6 goles se proclamó como el máximo artillero del torneo, llevando a Croacia a la cúspide de su historia. A la cual se metió del todo en un minuto 35 que fue un salto a la gloria.

Minuto 35

Tras haber dado uno de los grandes golpes del torneo eliminando en cuartos de final a Alemania y caído ajustadamente en semifinales ante Francia, Croacia se daba cita el 11 de julio, en el Parc des Princes en Parií, frente a 63 mil espectadores. con el arbitraje del paraguayo Epifanio González -el hermano del 'Loco', aquel volante que jugara en Universitario-, se jugaba el tercer puesto ante Holanda. Los croatas se adelantaron temprano en el marcador tras una gran jugada por izquierda de su número '17' Robert Jarni, quien le permitió a Prosinecki batir a Edwin Van der Sar. Pero al poco rato, los holandeses pusieron las cosas iguales con un golazo de Boudewijn Zenden. El partido era bastante dinámico, a diferencia de los típicos cotejos aburridos por terceros y cuartos puestos que abundan en los mundiales.

Hasta que llegó el minuto 35. Una gran jugada de contraataque por derecha de los croatas encabezada por Aljosa Asanovic permitió que este encontrara pausa con aquel gran volante llamado Zvonimir Boban, que tantas alegrías le diera al Milan. El cerebro croata se la pasó a Suker, quien sin mucha potencia pero con mucha inteligencia pateó raso y esquinado, desde el borde del área y lejos de Van der Sar, para marcar el segundo tanto. Con dicho gol, el ariete se convertía en el goleador del mundial con 6 dianas.

En los dos mundiales posteriores, Croacia fue un fiasco, por lo que la tradición futbolística de los vatreni vive del recuerdo de aquel Mundial de 1998, que tanto sirvió para afianzar su nacionalidad. Davor Suker, por supuesto, se convirtió en el emblema de su selección: con 45 goles en 69 partidos disputados con la camiseta ajedrezada, su nombre quedo grabado en la memoria de toda la afición croata y hasta del propio Pelé, quien lo nombró en 2004 entre los 125 mejores futbolistas de la historia. Un lugar merecido para un brillante goleador, quien además anotó 199 tantos más en su carrera en clubes, la mayoría de los cuales podría haberse multiplicado por tres: Suker, Suker, ¡Suker!

Foto: wikipedia.org

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