Foto: Foto: Enciclopedia Mundial del Fútbol, editorial OcéanoBrasil y 1982: mítica combinación de fiesta, jolgorio y carnaval sobre el verde. Con un ícono máximo: Artur Antunes Coimbra. Zico, para mayores señas, quien sacó lustre a su botín derecho para comenzar aquella campaña con un golazo de tiro libre a Escocia.

 

La recordada y añorada selección de Tele Santana dejó varios partidos para la historia bañados de la calidad del que, quizá, fue el mejor equipo del mundo. La gama de jugadores como Sócrates, Falcao, Toninho Cerezo y Zico brilló con luz propia, aun cuando el final -ya comentado en esta sección- le haya sido infeliz debido a Paolo Rossi.

Ahora vamos unos cuantos partidos atrás. Cuando todo era jolgorio y carnaval, o casi todo, mejor dicho. Porque aquel Brasil comenzó el Mundial de España perdiendo ante Escocia, que había sorprendido con un gol de David Narey. Pero a los 33 minutos, alguien frotaría la lámpara y revertiría la situación con un tiro libre magistral: un tal Artur Antunes Coimbra. ¿Ya adivinó cómo decirlo más corto?

Minuto 33

El 18 de junio de 1982, en el estadio Benito Villamarín de Sevilla, Brasil y Escocia debutaron en la fase de grupos del Mundial hispano. Unos 47,000 espectadores  presenciarían cómo el equipo dirigido por Tele Santana le daría vuelta a un marcador adverso con buen fútbol y más buen fútbol.

El primer tiempo fue luchado y sufrido tras el gol de Narey. Esa fue la sorpresa hasta los 33’, cuando vendría un verdadero golazo por parte del ‘Scratch’ tras una falta cometida a Toninho Cerezo cerca del borde del área. El ejecutor sería el especialista: el ‘Pelé Blanco’ o tan solo Zico. El diez de ese equipo mandó la pelota al ángulo izquierdo superior y le dejó a Alan Rough tan solo la dicha de mirar la trayectoria. Se sentenció el empate antes de que terminara el primer tiempo.

Para la segunda etapa los brasileños saldrían a la cancha más confiados en sí mismos y más agresivos. Óscar de cabeza, un sombrerito de Eder y un tiro esquinado de Falcao sellaron la tarde verdeamarelha. Pero el que destacó nítidamente por su gol fue Zico. El hombre del Flamengo estaba en su momento cumbre en ese Mundial y lo hizo notar con aquella sublime pegada. Con la selección tuvo historia viva, aunque, si bien disputó tres Mundiales (1978, 1982 y 1986), jamás alcanzaría el éxito de coronarse campeón. Igual, en total disputó 72 partidos y convirtió la friolera de 52 goles: cosecha impresionante de quien, dicen, es el número dos de la historia de cierta camiseta amarilla detrás de Pelé.

Foto: Enciclopedia Mundial del Fútbol, editorial Océano

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