Foto: elmundo.esEn el encuentro con más tarjetas en la historia de los Mundiales, el portugués Maniche fue el único que encendió una luz: le marcó al holandés Edwin van der Sar en Alemania 2006 y dio un suspiro de buen juego a una jornada más pugilística que futbolística.

 

Quizá en la historia de los Mundiales hubo partidos más violentos como el Chile - Italia en 1962,  Brasil - Bulgaria en 1966 o Uruguay - Brasil en México 1970. Pero ninguno registró tantas tarjetas como el Portugal - Holanda por los Octavos de Final de Alemania 2006: 16 en total.

La cifra anterior excluye, por cierto, las innumerables faltas que el ruso Valentin Ivanov había dejado pasar y que inclusive merecían expulsión, como la terrible plancha que le propino el portugués Nuno Valente a Arjen Robben. Un concierto de patadas altamente olvidable para cualquier aficionado al buen fútbol. Que como único buen trago, encontró consuelo en un golazo del volante Maniche, que disipó el transcurrir del partido.

Minuto 23

El 25 de junio del 2006, en el Easy Credit-Stadion de Nüremberg, ante alrededor de 41,000 espectadores, Portugal y Holanda chocaban en el que a priori debía ser uno de los encuentros más atractivos de Octavos de Final del Mundial de Alemania. El partido había arrancado muy friccionado y sin pocas luces hasta que en el minuto 23, Portugal se puso adelante vía Maniche. Deco recibió el balón de Cristiano Ronaldo y con un centro rasante habilitó a Pedro Pauleta, quien con un simple toque le dejó el esférico a Maniche; este se sacó a Andre Ooijer con un amague y puso el primero, que a la postre sería el único gol del partido y el de la clasificación para el cuadro luso.

El juego se fue tornando más violento y al réferi Ivanov se le iba cada vez más de las manos. Así, el partido terminó siendo emotivo  por la tensión que terminó carcomiendo a ambos conjuntos, la que en cada choque producía una riña. Finalmente, Portugal avanzó a Cuartos y luego hasta semifinales, cuando se quedó afuera ante Francia.

El portugués Maniche, el único lúcido de la noche a la postre, marcó esa noche su segundo gol en los Mundiales y se convirtió nuevamente en el verdugo de Holanda. En la Eurocopa de 2004 celebrada en Portugal, ‘O’Motor’ había anotado el gol de la clasificación para su selección a la final, también ante Edwin van der Sar. Después de la buena Copa del Mundo realizada por Maniche, sería fichado por Atlético de Madrid y pasaría un periodo corto en el Inter, sin mucho éxito individual. Últimamente no era un asiduo convocado por Carlos Queiroz, y mucho menos se encuentra en la lista de los 24 preseleccionados para Sudáfrica 2010. El lisboeta, con 32 años de edad, está en el último tramo de su carrera y sin el mismo nivel que mostró en su selección hace unos cuantos años.

Foto: elmundo.es

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