Foto: Historia Mundial del Fútbol, Editorial OcéanoEn el Mundial de 1934, el checoslovaco Oldrich Nejedly se consolidó como el goleador del torneo... Setenta y dos años después, cuando le fue recién reconocido el hat-trick que inició frente a Alemania en el minuto 21.

 

Dieciséis selecciones habían llegado al segundo Mundial de la historia tras haber sostenido una fase eliminatoria previa. Entre ellas, no se encontraba el campeón Uruguay, que a manera de venganza por la ausencia europea en el Mundial anterior, renunció a defender su título.

Así, tras una primera ronda de eliminación simple, quedaron vivos puro europeos: Alemania, Suecia, Checoslovaquia, Suiza, Austria, Hungría, Italia y España. En este piquete ya se podían rescatar performances individuales como la de Oldrich Nejedly, que no dejaba de anotar en cada partido de la selección checa por lo que muchos juzgan que fue uno de los responsables para que Checoslovaquia llegara a la final del torneo.

Minuto 21

Nejedly: la estampa de un gran goleador de los años '30 (Foto: profubal.sk)Nejedly fue un jugador atípico para su época: estaba dotado de calidad técnica y, sobre todo, de una muy buena disposición física, combinación poco común por esos años. Hizo gala de su olfato goleador y oportunismo en cada partido que le tocó disputar con su selección, excepto en la final. Se hizo presente en el 2-1 sobre Rumania y en el 3-2 contra Suiza. Hasta que llegó su gran tarde contra Alemania en semifinales. En el Stadio Nazionale del Partito Nazionale Fascista -hoy Stadio Flaminio-, ante 15,000 espectadores, Oldrich se mandó con tres goles. O al menos eso se creía.

Tras un inicio parejo en el que ambos equipos no ejercían presión sobre los arcos, llegaría la apertura del marcador. Una serie de pases de los checoslovacos fue culminada por Frantisek Junek, cuyo potente disparo fue bloqueado a medias por el portero alemán Willibald Kress. Entonces, cuando no, el oportunismo de Nejedly diría presente para, con lo justo, poner el pie sobre los 21' para añadirla y vencer por primera vez la resistencia del arco alemán.

Pese al dominio checo, el marcador no se ampliaría en la primera parte. De hecho, los germanos pudieron emparejar transitoriamente en el complemento a través de Rudolf Noack; no obstante, Nejedly sellaría el triunfo de su selección con dos tantos suyos más. Pero versiones periodísticas señalaron que el segundo tanto había sido anotado por Rudolf Krcil, lo que por décadas condujo a la polémica de si Nejedly debía ser considerado máximo goleador del Mundial de 1934 con cinco tantos o si había igualado, con cuatro, el cetro con el alemán Edmund Conen y el italiano Angelo Schiavio. Solo en noviembre de 2006, la FIFA daría su veredicto oficial: el gol fue de Nejedly, y por tanto él fue el capocannoniere del primer Mundial italiano.

El pequeño detalle es que el goleador había fallecido en 1990, a la edad de 80 años, sin saber la resolución final al respecto. Pero al menos dejó en el recuerdo el haberse constituido como el mejor jugador de la historia futbolera de Checoslovaquia. En su trayectoria, anotó 29 goles con su selección, además de 162 tantos en la Liga de su país, en la que vistió la camiseta del Sparta Praga. Su paso por los Mundiales culminó en 1938, con dos tantos más en la justa de Francia. Esos, por cierto, nadie se atrevió a discutírselos.

Fotos: Historia Mundial del Fútbol, Editorial Océano; profubal.sk

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