Foto: APPocas veces un futbolista fue tan protagonista en un partido en lo positivo y lo negativo como Salif Diao en Corea/Japón 2002. Con la camiseta de la eléctrica pero inocente Senegal, cometió un penal, anotó el empate y se fue expulsado para robarse toda la atención.

 

Ante Dinamarca, Senegal tenía esa difícil de tarea de refrendar lo conseguido ante Francia. Ya no eran David esperando a Goliat. Los dirigidos por Bruno Metsu habían batido al campeón del mundo en el partido inaugural y los demás equipos los observaban ya con otros ojos. No de desprecio ni de curiosidad. De respeto. Pese a lo que decía la teoría, Dinamarca demostró ser un rival mucho más complicado que la soberbia Francia que creía que el bicampeonato se conseguía solo con los nombres. Cerca del cuarto de hora, Salif Diao tuvo su primer momento de protagonismo. El ‘15’ senegalés demostró el lado torpe del cuadro africano y le convirtió un penal tontísimo a John Dal Tomasson cuando esté le ganó una pelota que venía de un lateral. El propio Tomasson se encargó de transformarlo en gol.

 

 

El siguiente momento estelar de Diao revelaría la faceta positiva de Senegal: velocidad, frescura y electricidad. A pesar de llevar la ventaja, Dinamarca no cedió espacio y siguió buscando el arco de Tony Silva. Intentando salir de un córner en contra, Henri Camara robó una pelota de manera esplendida y cedió a El Hadji Diouf. El ‘11’ jugó de primera con un sensacional taco Salif Diao y este encontró un poco más allá a Khalilou Fadiga. Comenzó la carrera y los senegaleses sacaron ventaja. Fadiga cedía conduciendo el balón y se encontró con tres opciones de pase. Al medio le picó Diao y ahí fue la pelota. El que era villano hasta el momento se encontró con el balón en el punto de penal y de manera inteligente la colocó a un lado de Thomas Sorensen. Golazo.

Haber encontrado ese gol tan importante sirvió para que los africanos cogieran confianza y cercaran a los daneses en busca del empate. En medio del asedio senegalés, Diao mostró otra faceta negativa de su equipo. En una jugada intrascendente en la media le dejó la marca de los chimpunes en la canillera a Rene Henriksen. Una acción imprudente que pudo haber acabado de manera más trágica. Carlos Alberto Batres, referí del encuentro, no se molestó en sacarle la segunda amarilla –ya estaba amonestado- y de frente le mostró la tarjeta roja. El encuentro acabó 1-1 y ambos equipos prácticamente aseguraron su pase a la siguiente ronda. Los dos, gracias a Diao.

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El otro minuto 52: el gol de Michael Laudrup (Dinamarca) a Uruguay en 1986

Foto: AP; Video: Youtube / Usuario: Rrroooaaarrrr

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