Universidad de Lima
Universitario era puntero del Grupo y aguardaba que Alianza no goleara a la Universidad de Chile ni que esta hiciera lo propio con los íntimos. Cualquiera de estos dos resultados complicaba a los cremas de cara a su clasificación, aunque claro, todo dependía de ellos pues definían el grupo dos días después ante la misma 'U' de Chile. Alianza, por su parte, era claro favorito: ganándole a la 'U' chilena mantendría los dos puntos de ventaja que tendría y aseguraría su clasificación a los grupos semifinales.
Viernes 24 de marzo. El estadio Nacional se mostraba lleno en un 85% y la afición aliancista esperaba con ansias la repetición de la gran victoria en Santiago, donde el arquero Ponce, el ‘Nene’ Cubillas, Rivero y ‘Pitín’ Zegarra se lucieron para un justo y valedero triunfo. De los chilenos no se esperaba mucho, pues habían ganado con las justas sus últimos dos partidos ante Universitario y el Unión San Felipe, por lo que los blanquiazules se mostraban como claros favorito, más aún si se tiene en cuenta que estaban invictos en sus últimos cuatro partidos.
Empezó el sufrimiento
Se iniciaba el partido y rápidamente los aficionados peruanos en las tribunas empezaron a preguntarse si el equipo que estaba sobre el gramado del Nacional era el mismo que vieron por televisión a principios de marzo. Tenía que tratarse de un error. Este equipo chileno sí marcaba y jugaba bien, sofocaba a los delanteros aliancistas y llega con mucha profundidad a la valla de Ponce.
Todo empezó a parecer una ilusión óptica o una broma de muy mal gusto cuando ni Teófilo Cubillas ni ‘Pitín’ Zegarra podían dar un buen pase o controlar el balón. La histeria sí fue total cuando la gran figura de aquella noche en Santiago, sí, el portero Ponce, no pudo controlar un balón que pasó por entre sus piernas y casi se mete al arco.
Rápidamente los hinchas de Alianza dejaron de hacer especulaciones de cuántos goles metería su equipo y pasaron a rezar para que no los goleen. Los íntimos no podían pasar la media cancha y la defensa hacia agua. Sobre los 11’ un tiro de esquina bien servido por Barrera fue aprovechado por Spadaletti ante la inocencia de Ponce, quien en vez de salir a cortar la jugada, la esperó clavado sobre la línea del arco: 0-1.
Los aficionados peruanos empezaron a alentar a sus jugadores en busca de un respuesta positiva, pero fue en vano. Alianza no jugaba a nada y la ‘U’ chilena jugaba a mucho. Los blanquiazules no podían dar más de tres toques sin que los azules interceptaran el balón. Nuevamente los visitantes se fueron al ataque y esta vez fue Las Heras quien sobre los 42’ puso el segundo y silenció aun más las gradas del Nacional. En cierta forma la gente agradecía que "solo" fuera un 0-2, pues la superioridad mapocha había sido total.
Reacción de corazón
Para la segunda etapa el comando técnico aliancista decidió arriesgar e hizo ingresar a un lesionado Manuel Mayorga, quien sin estar al 100% rindió lo suficiente como para que Alianza mejorase y empezara a llevar peligro. No habían pasado ni 2 minutos de reiniciadas las acciones cuando ‘Pitín’ puso el descuento tras un muy buen tiro libre, y la hinchada se llenaba de fe y se levantaba para empujar a su equipo. Pero todos se volvían a sentar cada vez que atacaban los chilenos, ya que ningún defensa era capaz de pararlos, y claro está, mucho menos Ponce.
Además, el ingreso de Mayorga había servido para ganar peso en ofensiva, pero su pobre estado físico le impedía volver a marcar, por lo que la ‘U’ encontraba mucho más espacios cuando atacaba. Alianza solo tenía como arma el empuje y coraje de Julio Baylón, quien esa noche se jugó el que hasta ese momento era su mejor partido en la Copa Libertadores. Sus constantes filtraciones por la banda derecha le permitían a Alianza seguir con vida en el partido y pugnar por el empate. Así, a los 72', Baylón sirvió para Rivero y este puso el empate. La gente blanquiazul se abrazaba y no podía creer que ante tantas cosas negativas Baylón hubiera podido ponerse al equipo al hombro y levantarlo.
La maldición de siempre
La gente alentaba y pedía el segundo, Alianza hacía lo que podía en el campo pero había una cosa clara: el resultado era injusto y la ‘U’ de Chile merecía más. Por eso, a los 32’ volvió a aparecer Spadaletti para poner en ventaja nuevamente a los visitantes. Una nueva e infantil falla del portero aliancista en complicidad con la defensa les permitía a los chilenos lograr el 2-3.
¿Pero quién mejor que un aliancista sabe lo que es sufrir? Cuatro minutos más tarde volvía a aparecer Baylón para meter todo el "camión" que cargaba consigo y ganar la posición por derecha. Sacó otro centro endemoniado y esta vez apareció por primera vez en toda la noche el ‘Nene’ Cubillas para poner el 3-3 que dejaba a Alianza Lima clasificado junto a Universitario.
Al final la victoria estaba destinada para irse a Santiago y cuando apenas quedaban 30’’ de juego apareció Juan Carlos Sarnari para poner el 3-4 final. Adivine, ¿quién cree que falló? Sí, el mismo que se lució en Santiago fue el causante directo de la derrota de Alianza Lima: Ponce. Además, el gaucho Sarnari fue especialista en darle victorias sobre el final a 'La de Chile' durante esa Copa, pues también le dio el triunfo por 1-0 frente a Universitario y el 2-1 frente a Unión San Felipe.Ahora,
La prensa nacional tomó con relativa tranquilidad la derrota blanquiazul y aceptó totalmente la superioridad chilena. Aunque, claro está, lavó, exprimió y tendió al arquero Ponce, quien pasó de héroe a villano y llenó de nervios a sus compañeros. Él esgrimió, posteriormente, haberse lesionado en el hombro a poco de iniciado el cotejo, aunque las excusas nunca valen en el fútbol, y menos cuando como en ese caso significaron una eliminación inesperada de la Libertadores. Para tenerlo en cuenta estas dos semanas que vienen.
Recorte: diario La Crónica
escrito por cesar , May 01, 2010