En 1967, Uruguay prolongó sin mayores problemas su costumbre de ganar las Copas América que organiza. Lo hizo de la mano de un efectivo goleador: Pedro Rocha, quien brilló desde el inicio mismo de la campaña al convertir el primer tanto del torneo en la goleada sobre Bolivia, apenas a los 5'.
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MONTEVIDEO, URUGUAY, 13 DE ENERO DE 1967. Sofocante calor combinado con truenos, chubascos y finalmente una copiosa tormenta en el estadio Centenario de Montevideo: extraña combinación para recibir el inicio del XXIX Campeonato Sudamericano. Lo que también es extraño es la baja convocatoria: apenas 10,800 espectadores pueblan las tribunas del monumento histórico del fútbol mundial, en parte debido a lo molesto del clima, pero también a la poca expectativa que ha despertado un torneo algo devaluado por las ausencias de algunos equipos -Brasil la más notoria- y por un muy extraño formato que había determinado semifinales clasificatorias previas, que dejaron fuera a Colombia y Paraguay.

Once base de Uruguay en el Sudamericano de 1967 con Pedro Virgilio Rocha -el penúltimo de los hincados- que fue el anotador del primer gol en el torneo. La fotografía corresponde al cotejo que la celeste le ganó a Venezuela en la segunda jornada, tras haber derrotado a Bolivia en la primera. (Foto: auf.org.uy)

En cualquier caso, el favorito es el local y así lo hace saber en el debut. El rival es Bolivia, campeón vigente, aunque con varios nombres distintos respecto de quienes lograron la hazaña cuatro años antes. Y los pesos relativos quedan claros apenas desde los 5 minutos de juego: un balón encuentra libre a Pedro Virgilio Rocha, figura excluyente del ataque de Peñarol y de su selección. El 'Verdugo' no pierde tiempo y bate sin conmiseraciones al portero Griseldo Cobo: es el 1-0 que comienza a dictar el destino que seguirá el certamen.

Más adelante, Julio Montero Castillo -la otra gran figura celeste junto con Rocha- pondría el segundo tanto de potente disparo, y ya en el complemento un autogol de Roberto Troncoso y un tanto de Jorge Oyarbide completarían cifras. El 4-0 sobre Bolivia puso desde el primer día a Uruguay como principal candidato a un título que acabó consiguiendo tras cuatro victorias en cinco partidos, incluida la de cierre de campaña frente a Argentina con tanto único y determinante de Rocha, uno de los arietes más implacables de la época en Sudamérica. El delantero nacido en Salto jugó por la celeste 52 veces entre 1961 y 1974 (incluidas tres Copas del Mundo), y marcó 17 tantos, 3 de ellos en un certamen -el último Sudamericano antes de adoptar el nombre de Copa América- sin mayores brillos pero que sí tuvo en él a una figura descollante.

Foto: auf.org.uy


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