Recorte: revista Once Japón sería invitado de manera inédita para la Copa América de 1999.El brasileño naturalizado japonés Wagner Lopes marcó el primer gol del torneo. Lo sufrió Perú a los 6' en aquella edición disputada en Paraguay.

 

La Copa América de 1999 contó la inclusión de un invitado inusual y que hasta hoy genera controversia. Japón sería invitado de manera inédita, rompiendo la naturaleza que sugiere el nombre del torneo. Los nipones serían los encargados de abrir la XXXIX edición enfrentando nada menos que a Perú. En esa ocasión, los dirigidos por Juan Carlos Oblitas vencerían en un disputado encuentro. Pero quedará para la posteridad que el primer tanto de esa Copa América sería puesto por un jugador de la selección asiática. Wagner Lopes -brasileño nacionalizado japonés- abría la cuenta aquella noche del 29 de julio en Asunción.

Perú llegaba a esa Copa América aún con la espina atravesada de la eliminación al Mundial de Francia '98 tras aquel trágico 4-0 en Santiago sufrido a manos de Chile. La figura de Oblitas al mando de la selección ya había sufrido un desgaste mediático y evidenciaba el inicio del fin de su ciclo al mando de la blanquirroja. Pese a todo había expectativa por hacer un buen papel en ese torneo y de alguna manera lavarse la cara. Por su parte, para la selección de Japón era una ocasión propicia para continuar con el proyecto que había iniciado algunos años atrás y que derivaría en la organización de la Copa del Mundo de 2002. Ambos ya se habían enfrentado previamente en la Copa Kirin de ese mismo año y habían igualado 0-0. Ese antecedente podía vaticinar una paridad de fuerzas en el duelo inaugural de esa Copa América, aunque ciertamente había un favoritismo hacia el lado peruano.

Minuto 6

 

El encuentro se disputó en el Defensores del Chaco de Asunción. Una vez dado el pitazo inicial por parte del colombiano Byron Moreno, peruanos y nipones se echaron a jugar. Pero, contrario a lo que se preveía, los dirigidos por Philippe Troussier tomaron la iniciativa ante un Perú que inició el encuentro con cierto letargo. Así, en una jugada de balón detenido, Japón cobraría un tiro libre desde la banda derecha que iría directo a la cabeza del centrodelantero Wagner Lopes quien se anticipó a Jorge Soto para cambiar la trayectoria del balón y vencer a Oscar Ibañez. De ahi en más, la figura de ese primer tiempo terminaría siendo el arquero nipón Seigo Narazaki quien evitó el empate peruano ante remates de Maestri, Solano, Palacios. Para la segunda parte, el ingreso de Roberto Holsen terminaría siendo providencial para la vuelta del resultado a favor de Perú. Jorge Soto se reivindicó del error cometido en el tanto japonés y marcó el empate. Más tarde, Holsen aplicaba el 2-1 y, aunque Japón igualaba momentáneamente con tanto de Atsuhiro Miura, nuevamente Holsen se hacía presente en el score para el 3-2 final.

Perú terminaría segundo en su grupo y clasificaría a cuartos de final donde sería eliminado por los mexicanos; en cambio Japón quedó fuera del torneo con apenas un empate ante Bolivia en la última fecha de su grupo. No obstante, cuando haya que recordar las estadísticas de aquel torneo, siempre se dirá que el primer tanto fue japonés a través de su jugador nacionalizado Wagner Lopes quien sólo jugaría en 20 ocasones con la selección nipona y marcaría cinco tantos. Ya su veteranía jugó en contra para no verlo nuevamente en el Mundial que organizó el país que lo cobijó luego de haber actuado en el de Francia 1998. Hoy, a sus 42 años, se desempeña como DT del Paulista FC que milita en el campeonato Paulista brasileño.

Recorte: revista Once

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