Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.comEn la Copa América de 1983, Uruguay tenía varios referentes en el plantel. Uno de ellos era Fernando Morena, quien amenazó con ser el goleador del certamen hasta que, luego de marcarle a Venezuela en el segundo partido, una grave lesión lo sacó del torneo.

 

Uruguay comenzó su exitoso periplo en la Copa América de 1983 -la última de las tres que se jugaron sin sede fija- recibiendo a Chile el 1 de setiembre en el estadio Centenario y derrotándolo por 2-1 con goles de Eduardo Acevedo y Fernando Morena. Este último, ariete estrella de Peñarol, pintaba para ser una de las grandes figuras del certamen. Apenas tres días después, el  4 de setiembre, Uruguay recibió a Venezuela y si bien sumó su segundo triunfo, sufrió una gran baja que no podría recuperar el resto del certamen.

Minuto 56

En el partido ante Chile llegaron 30 mil personas al Centenario. Sin embargo, para el encuentro frente a Venezuela, la hinchada se duplicó y llegaron casi 60 mil almas al coloso principal de Montevideo: un marco impresionante. Tras el pitazo inicial del paraguayo Gabriel González, los charrúas salieron volcados al ataque, mostrando su agresividad característica. Así, a falta de diez minutos para el fin de la primera mitad llegó el primero para los locales por medio de Wilmar Cabrera. Uruguay se fue al descanso con un gol a su favor y con el dominio absoluto del encuentro.

 

El trámite siguió igual en la segunda mitad y, al minuto 56, el réferi paraguayo cobró un penal a favor de los celestes. Fernando Morena no tuvo problemas en romper las redes y, prácticamente, liquidó el partido con un zurdazo bien colocado a la izquierda del golero César Baena. Sin embargo, cinco minutos después, cuando todo era algarabía en el Centenario, el zaguero René Torres cometió una fuerte falta a Morena, quien quedó tendido en el gramado con lágrimas en los ojos producto del dolor. El árbitro González tuvo que esperar a que Morena se retorciera de dolor para mostrarle la cartulina roja al zaguero venezolano, quien por poco no fue linchado por la afición local. De pronto, como para caldear más los ánimos, los encargados del estadio no se molestaron en colocar en el tablero electrónico una frase que decía: “Morena: fractura de tibia”.

El partido acabó 3-0. El último gol lo hizo Arsenio Luzardo, pero la victoria tuvo un sabor a derrota. Los jugadores uruguayos no se cansaron de buscar a René Torres para cobrar justicia con sus propias manos, mientras que el cuadro venezolano se tuvo que quedar un buen rato en el estadio para evitar alguna agresión. Aunque usted no lo crea, el encargado de poner fin a esta guerra fue el mismo Fernando Morena, quien después de su operación dijo que no le guardaba rencor al jugador venezolano.

Fernando Morena, pues, se perdió todo el campeonato. Sin embargo sus compañeros decidieron  dedicarle cada partido jugado. El resultado fue positivo, ya que los uruguayos se quedaron con el título de 1983 y ‘Nando’ Morena, por su parte, fue consciente de que su lesión fue parte de los gajes del oficio. “Lo que pasó en la cancha, quedó en la cancha”, dijo alguna vez. Al año siguiente, casi como premio, fue transferido a Boca Juniors, y cerraría su magnífica carrera una temporada después en su queridísimo Peñarol.

Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com

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