Foto: Kenny Romero / DeChalaca.comUruguay venía de perder la final del Sudamericano de 1919 frente a Brasil y, un año después, se desquitó de manera furiosa: le ganó 6-0 y le infligió al 'Scratch' la peor derrota de su historia. El zaguero Antonio Urdinarán marcó el punto de quiebre en la goleada.

 

En el Sudamericano de 1919, Uruguay cayó en la final por la mínima diferencia ante Brasil, que era el anfitrión de dicho certamen. Los uruguayos quedaron bastante dolidos con el resultado y, así, al año siguiente, llegaron a Chile para disputar el torneo organizado por la Conmebol y tratar de reivindicarse.

La competición se dio solo en un escenario -el estadio Valparaíso Sporting Club de Viña del Mar, hoy hipódromo de esa ciudad- y se dio inicio un 11 de setiembre con un partido del anfitrión, Chile, que cayó por 1-0 ante el ya respetado Brasil que trajo consigo a figuras de la talla de Alvariza o Castelhano; resultado un tanto decepcionante para las 15 mil personas que se dieron cita al coloso chileno. Un día después, en un partido que también generó expectativa, debutó la selección uruguaya frente a la argentina con un empate 1-1.

Tuvieron que pasar, pues, seis días para presenciar un encuentro con sabor a revancha: el Brasil - Uruguay. La cantidad de espectadores bajó a 9 mil, pero los que no fueron, acaso, se perdieron un partido histórico; los charrúas se cobraron una asombrosa revancha frente a Brasil, cuya magnitud excedió cualquier expectativa.

Minuto 26

Ofensiva caricatura publicada en el diario 'Crítica' de Buenos Aires en 1920 ante el paso del seleccionado brasileño por esa ciudad a su retorno de Viña del Mar, Chile, tras disputar el Sudamericano de 1920. (Imagen: la-redó.net)Uruguayos y brasileños empezaron el juego tras el pitazo inicial del chileno Carlos Fanta -curioso personaje que antes había sido arquero de varios clubes y entrenador de la selección chilena y luego fungiría de dirigente y periodista deportivo-. Desde que Ángel Romano abrió el marcador a los 23 minutos, solo existió un equipo en el campo. Las salidas de Uruguay empezaban con las eficaces proyecciones del zaguero Antonio Urdinarán, además de la entrega y picardía de Piendibene, Somma y Ravera. Los ataques eran tan incisivos que a los 26’, tras una falta dentro del área, Urdinarán puso el segundo de tiro penal y dio así la piedra de toque para la goleada.  

Tres minutos luego, Pérez puso el 3-0. Así se fueron al descanso, tras el cual surgió una luz de esperanza para los brasileños: Urdinarán tuvo que retirarse del campo ni bien iniciado el complemento por una lesión y se quedaron con diez hombres, ya que en ese entonces no había variantes. No obstante, a los 48’ Antonio Campolo puso el cuarto de los charrúas y sentenció el trámite, resuelto con nuevos goles de Romano y Pérez. Fue un 6-0 que no solo significó la mayor goleada del certamen; es también la mayor derrota encajada por la selección brasileña a lo largo de su historia.

El duro golpe de los uruguayos a los brasileños, no obstante, no quedó allí. En su camino de regreso de Viña del Mar a Brasil, el 'Scratch' debió pasar por Buenos Aires, cosa que se aprovechó para pactar un amistoso frente a Argentina el 3 de octubre de 1920. Dado ello, un mordaz periodista del diario Crítica, Antonio Palacio Zino, no tuvo reparos en escribir un ofensivo artículo titulado Monos en Buenos Aires para burlarse del color de la piel de algunos jugadores brasileños, para colmo ilustrado con un dibujo en el que ridiculizaba a los visitantes. Lo que faltó mencionar es que Palacio Zino era... un uruguayo radicado en la capital argentina. El hecho es que, según cuenta un excelente artículo de la página La Redó!, ese hecho suscitó que los brasileños Telefone, Rodrigo, Japonés, Junqueira, Fortes y Zezé, los más morenos del grupo, se negaran a jugar el amistoso, por lo que Brasil se presentó solo con siete jugadores en la cancha de Sportivo Barracas. Al final, no hubo mejor idea que completar la oncena visitante con jugadores argentinos de tez oscura, hecho que fue detectado por el público, que desató un escándalo de proporciones en protesta por lo que consideró una estafa.

En cualquier caso, más que una anécdota de ínfulas racistoides que hoy serían inaceptables, aquí vale más destacar la figura de Urdinarán, quien fue un zaguero formado en Defensor Sporting y se había convertido, en 1915, en el primer jugador de ese club en ser convocado a la selección uruguaya. Había sido campeón sudamericano también en 1916 y 1917, año este último en el que pasó a formar parte de las filas de Nacional, en el que también fue referente. Posteriormente,  integró el plantel uruguayo que campeonó en los Juegos Olímpicos de París 1924. Pero nada en su palmarés como haber dado inicio a una goleada sin parangones sobre el equipo más temido del mundo a lo largo de la historia.

Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.com

Foto: la-redó.net

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