Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.comEn el Sudamericano de 1956, Enrique 'Cua-Cuá' Hormazábal fue el principal artífice de la primera victoria chilena de la historia sobre Brasil al anotar dos goles. Uno de ellos, el que abrió la histórica goleada sobre los 10'.

 

Para 1956, la Confederación Sudamericana de Fútbol dispuso la realización de una edición extraordinaria de la Copa América. La particularidad de esa XXIV edición fue que, por primera vez, desde 1945, se encontraban las auténticas potencias futbolísticas sudamericanas de ese entonces. Los multicampeones Argentina y Uruguay; Brasil y sus tres títulos, Paraguay con su corona del '53; y Perú con su cetro de 1939, además del subcampeón del '55 Chile, vaticinaban un torneo continental en el que rival chico no había. Aquel torneo sería, una vez más, para el anfitrión Uruguay que se quedaba con el noveno título de su historial.

La decepción mayor fue sin duda Brasil. La verdeamarelha prácticamente había sido obligada a participar por los directivos del fútbol brasileño. Pero si habría que señalar a una revelación, esa sería sin duda la selección de Chile. Un meritorio segundo lugar en 1955, volvió a revalidarlo un año después; pero lo más destacado fue la victoria del debut ante la canarinha. Un 4-1 que tiene en el recuerdo de la afición del 'mapocho' el sabor especial de haber sido la primera de la data histórica que refiere el enfrentamiento entre ambos desde 1916. Para los periodistas de esa época, bien valió esperar cuarenta años para disfrutar un triunfo. Esa memorable tarde en el Centenario de Montevideo, el héroe fue Enrique 'Cua-Cuá' Hormazabal al marcar dos tantos. El primero, el de mayor importancia pues abriría el camino de la inolvidable victoria roja.

Minuto 19

Selección chilena que disputó el Sudamericano de 1956. Patricio Hormazábal es el segundo de los hincados (Foto: memoriachilena.cl)Luis Tirado, DT chileno que luego habría de dirigir a Cristal, había sorprendido a la prensa y afición chilena ordenando, en las semanas previas al inicio del Sudamericano, una concentración atípica en la que los jugadores fueron acompañados por sus esposas. Esa convivencia favoreció la unión del grupo. Y aunque el último amistoso ante Austria Viena, derrota por 0-1, menguó la espectativa de la afición, todo ello quedó en el olvido con el auspicioso debut ante Brasil.

El 24 de enero, Chile rompió -según narra el libro 'La roja de todos'- no sólo una superioridad, sino un complejo. Ese día, ni Jair ni Djalma Santos pudieron apuntalar a Brasil que se iba al descalabro pronto, precisamente con el tanto de Enrique Hormazábal, que a los 10' vencía a Gylmar para establecer el 1-0. La paridad lograda por Maurinho a siete minutos para el final del primer tiempo fue sólo un destello porque, el segundo tiempo, sería todo de los rojos que avasallaron a su rival con tantos de René Meléndez, Leonel Sánchez y el segundo personal, y definitivo 4-1 puesto nuevamente por 'Cua-Cuá'. Lamentablemente para ellos, las derrotas con Argentina y Uruguay los alejarían del sueño del título, pese a que luego se recuperaron a costa de Paraguay y Perú.

Probablemente, a Hormazábal, la ausencia en el mundial organizado por su país en 1962 le restó el reconocimiento que en tierras mapochas se le tributa. Sin embargo, ha tenido otros logros en su palmarés que tampoco soslayan una trayectoria que lo ubica en el once ideal de todos los tiempos del fútbol chileno. Fue goleador en ese Sudamericano, además de anotar el gol 1000 en el del '55. Ello al margen de ser el uno de los mayores ídolos del emblemático club chileno Colo Colo.

Composición fotográfica: Kenny Romero / DeChalaca.com

Foto: memoriachilena.cl

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