Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEn un partido difícil para la Roma, apareció Edin Dzeko para anotar el único gol del encuentro y derrotar 1-0 a un Shakthar complicado. Gracias al gol marcado en la ida, los giallorossi pudieron clasificarse y estarán en cuartos de final de Champions luego de una década.

    Eduardo Tirado | @EduardoTL
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¿Qué cambió la Roma para poder hacerle daño al Shakhtar?

La actitud, pues hubo una forma distinta de enfrentar en el encuentro en ambos tiempos. En la primera mitad, se notaba que los dos cuadros jugaban a especular con el resultado y eso le convenía más a la visita, dado el 2-1 conseguido en la ida. De hecho, se pudo observar a un Shakhtar mucho más asentado en el Olímpico y que manejaba, incluso, la posesión del balón. Mientras, los anfitriones la pasaban mal en su intento de querer superar la propuesta defensiva ucraniana y no poder hacerlo.

La frustración, pues, de no poder dañar al rival, llevó a la Roma a hundirse en imprecisiones, aquellas que gobernaron la primera mitad para el equipo de Eusebio Di Francesco. Los embates por izquierda, con un Diego Perotti prácticamente asolado en la tarea de ataque, eran fácilmente absorbidos por los zagueros visitantes, quienes despejaban todo lo que llegaba a su área. Por ahí, Dzeko tuvo una media oportunidad antes del primer minuto, pero había llegado mal acomodado y no pudo capitalizar la oportunidad. Después, lo de los italianos solo fue empuje y desesperación para encontrar el gol que les daría la clasificación soñada; aquel gol que no llegaba.

Tenía que pasar algo que rompiera la comodidad del partido, pues Shakthar se había asentado bien en el mediocampo y dominaba el ritmo del juego, escondía el balón y le generaba silencios incómodos a un encuentro que rugía por tener intensidad: una que la Roma solo aportaba a cuentagotas ante la incertidumbre de no encontrar fórmulas posibles para cambiar la historia. Entonces, tuvo que darse una jugada de otro partido -de esas que dependen a veces de la inspiración y otras de la desconcentración- para que la balanza se inclinara hacia el local y la actitud cambiara.

Diego Perotti volvió a demostrar su buen nivel. ¿Acaso estará en la mirada de Sampaoli? (Foto: AFP) 

A los 52’, llegó. Los ucranianos se encontraban presionando en el medio, como durante todo el partido, cuando Kevin Strootman sacó un as bajo la manga: un servicio desde la línea de la mitad del campo, de media vuelta y casi de espaldas, para poner con la zurda un poema de pase gol a Dzeko. El bosnio estaba habilitado por la distracción del lateral izquierdo Ismaily, quien se había quedado ligeramente enganchado en la jugada. Como le correspondía, el goleador giallorosso puso la cereza del pastel a aquella majestuosa jugada y definió de modo exquisito para decretar el 1-0 definitivo con un suave toque entre las piernas del portero visitante.

Lo que vino después fue un concierto de errores, puesto que el Shakhtar perdió el timón del encuentro tras el gol recibido y toda la parsimonia conseguida se perdió. Obligado a anotar para desequilibrar la serie con un posible empate que dejara fuera a los giallorossi, se desordenó defensivamente y dejó casi servido el encuentro a una Roma que se sintió más tranquilo teniendo que jugar a la contra y esperando atrás a los de Paulo Fonseca. De esta manera, se dio otra ocasión para Dzeko, quien casi amplió la cuenta con un disparo colocado desde fuera del área. También se originó la expulsión de Ivan Ordets, central que tuvo que derribar al goleador de la Roma para evitar que enfilara solo rumbo al arco, a los 79’.

El suspenso del final lo colocó el mismo conjunto local pues, tras la expulsión rival, se decidió a esperar que terminara el encuentro y a cerrar filas con una formación que aguantara el resultado. No obstante, los de Fonseca regalaron unos 15 minutos finales de infarto y pusieron en aprietos a los romanos a punta de corazón. Serán recordadas, eso sí, las postales de los ucranianos atacando en masa el área rival y los de Di Francesco reventando el balón; jugadas aplaudidas como otrora en el Coliseo Romano se celebraban las grandes gestas de los luchadores tras imponerse ante sus contrincantes en aquellos duelos de vida o muerte. Así. con el Olímpico en su efervescencia máxima, el ganador fue la Roma: le bastó un solo golpe mortal para derrotar a su contendiente, el cual, aun sangrando, no dejó de dar pelea hasta el final y fue digno rival hasta el último aliento.

El Gol

Fotos: AFP


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La ficha del Roma 1 - Shakhtar 0

 

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