Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comDaniel Peredo demostró ser un profesional en cada momento de su carrera. El único miembro de DeChalaca que compartió un centro de labores diario con él da inicio al tributo de nuestra marca al querido amigo que nos dejó con el relato de las experiencias diarias con él y lo que pudo conocerlo detrás de cámaras.

Permítame, estimado lector, escribir estas líneas en primera persona ya que las experiencias y vivencias que voy a contar salen desde un lado muy personal. Entre febrero de 2012 y mayo de 2013 trabajé como practicante en la producción de Partido Aparte, programa que conducía Daniel Peredo de lunes a viernes. No voy a embelesar mi historia contando que Daniel y yo forjamos una amistad que duró años y que hasta hoy influye sobre mi vida. La verdad es que a Daniel yo lo veía poco y nuestros cruces de palabras tenían que ver más con temas referentes a la producción del programa.

Lo que si pude observar en mis 15 meses de experiencia en lo que entonces era CMD era una persona que desayunaba, almorzaba y cenaba fútbol. Daniel nunca fue a algún programa sin prepararse o estar absolutamente empapado del tema del que iba a hablar. Cualquier partido que salía en alguna conversación venía acompañado del análisis de Daniel si él estaba cerca. Su pasión por el fútbol era real y era algo que transmitía a todos quienes trabajábamos ahí.

Daniel era un ferviente apasionado del fútbol peruano. Por más Champions, Premier, Bundesliga o Serie A que se pueda consumir, soy testigo de que Daniel era el fan número 1 del Descentralizado y que la pasión que se escuchaba en sus narraciones provenía de un lugar absolutamente auténtico. Y aunque nunca nos negó que creció siendo hincha de Universitario, lo vi más de una vez gritar goles de Alianza y Cristal en la Libertadores. Su verdadera camiseta era la blanquirroja.

 

A pesar de que comencé este artículo mencionando que no tuvimos muchos momentos para conocernos individualmente, yo sí pude ser espectador de primera fila de su interminable lista de grandes anécdotas. Una vez que comenzaba a contarlas, era difícil no quedarse atrapado por esa facilidad que tenía para dibujarte y pintarte la situación. Viajes con su amigo Pedro García, conversaciones con entrenadores, momentos a ras de cancha. Todo seguía fresco en la memoria de Daniel y así nos lo hacía llegar.

Quiero terminar este pequeño homenaje afirmando que probablemente nos cueste volver a encontrar un periodista como él que sabía jugar en todas las canchas de su profesión y transmitía una autenticidad que lo acercaba a la gente. Daniel era así: chacotero, bromista, apasionado y analítico. Nunca tuvo que ponerse una máscara ni recurrir a métodos cuestionables para conseguir exposición. No lo recordaremos insultando entrenadores, minimizando colegas ni peleándose en vivo con futbolistas recurriendo a bajezas. Dejó que su trabajo hablara por él y lo llevara hasta donde llegó. Quedémonos con esa lección. Seamos tan profesionales como él.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: Facebook


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