Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl mal planteamiento de Perú y la falta de replanteo terminó con un resultado malo para los intereses de la bicolor de cara a la clasificación a Rusia. Si bien se debe reconocer el mérito del planteamiento neozelandés, su éxito se debió en buena medida a las limitaciones del cuadro de Ricardo Gareca.


Manolo Núñez | @Manolonf
Columnista Editorial


Reconocer que el contexto de un repechaje mundialista es complicado está bien. Más si se toma en cuenta que el contexto es nuevo para todos -hinchas, dirigentes, comando técnico y jugadores- a diferencia del rival que más experiencia tiene en estas lides. Pero si bien hay que reconocer méritos a Nueva Zelanda, no se puede escudar en eso para defender algo que a todas luces ha sido un mal partido y un mal resultado para Perú.

En la previa existía la disyuntiva de si Nueva Zelanda iba a salir a buscar el encuentro o si iba a preferir cerrarse atrás en busca de mantener el cero -y con eso tener la ventaja de no tener goles de visita en contra- como finalmente sucedió. Lejos de adaptarse a este nuevo contexto no sudamericano, Ricardo Gareca apostó por lo de siempre. Insistió con un lateral derecho que no tiene juego ofensivo. Los méritos de Aldo Corzo son varios, pero el partido en Wellington no era un partido para él, y si en un inicio pudo pensar Gareca que sí, el paso de los minutos debió mostrarle que estaba equivocado.

Las limitaciones del rival se dieron a ver rápidamente en el partido, y es ahí quizás que la crítica más se ha enseñado entre los hinchas. Pero si bien técnica no le sobra a ningún neozelandés, sí les sobra orden táctico para defender. Claro que defender se hace más sencillo cuando tienes de ocho a diez jugadores en un espacio de 25 metros cerca al arco. El problema no fue que Perú cayó en la enredadera de Anthony Hudson, sino que nunca mostró capacidad para superarlo ni en la cancha ni en el banquillo. Criticar eso no es ser mezquino, es apuntar a un problema serio que se va a volver a tener el miércoles en el Nacional.

André Carrillo no tuvo su mejor desempeño en Wellington. Sus desbordes se hicieron extrañar. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com, enviado especial a Wellington) 

Perú generó solo dos jugadas de gol: una por un error defensivo en el inicio del partido y luego un cabezazo de Corzo a la salida de un tiro de esquina. ¿Cómo se puede pretender ir al Mundial si en un partido en el que tienes la posesión de balón no puedas llevar eso a un control real del juego? Jugadores como Edison Flores, Christian Cueva, Jefferson Farfán y André Carrillo fueron controlados con facilidad por el planteamiento local y Gareca no se animó a cambiar aquello con un ingreso disruptor -como podría haber sido Luis Advíncula- o la apuesta a empujar todavía más al rival a su arco con un cambio de esquema y otro delantero como Raúl Ruidíaz.

Los cambios se hicieron faltando menos de 15' y ya cuando la desesperación de los jugadores peruanos era evidente. El 0-0 es el mejor de los peores resultados para la selección y ahora toca pensar para poder superar el mismo problema en unos días. Dejar este problema para el último partido es un arma de doble filo que Perú debió evitar -y tenía todas las posibilidades para hacerlo- por lo cargado que estará el ambiente en el Nacional. Ahora toca ser inteligente y mostrar que la superioridad que hay sobre el papel también puede existir dentro del campo.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com, enviado especial a Wellington


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La crónica del Nueva Zelanda 0 - Perú 0: No es para tomarse la cabeza

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