Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comLa vuelta de los cuartos de final de la Champions dejó muchas historias que contar, desde la ruptura del ciclo Luis Enrique con el Barcelona hasta el hat trick de Cristiano Ronaldo, pasando por la emergencia del Mónaco y Mbappé. Sin embargo, nada suena más que las polémicas arbitrales, que presionan a la tecnología a ser parte esencial del fútbol.

    Diego Rodríguez | @diroda86
    Redactor

La clásica pichanga semanal que la mayoría de fanáticos juega no tiene los recursos económicos para contratar un árbitro o siquiera establecer reglas claras. El consenso social determina la justicia, o la culpa asumida evita que el partido se enfríe. Es cierto que los resultados al final son más abultados, por lo que gol más, gol menos, tampoco pesa tanto una u otra decisión.

Quizá esa esencia tan pura del juego del hombre es la que muchos ven expuesta ante la llegada inminente y necesaria de la tecnología al fútbol. Aclárese, igual: el fútbol de Champions, el fútbol que paraliza las redes sociales, no es el mismo que el que se juega con los vecinos. Las repercusiones económicas que tiene lo vuelven un deporte alejado del amateur.

En suma, la idea no es perder la esencia humana del juego, sino que el sentido de justicia -otro componente clave de este deporte- quede más tranquilo en la conciencia de los finalmente ganadores. La tecnología debe entrar al fútbol pero para cambiar su verdadera identidad, sino para renovarla.

Cristiano Ronaldo marca el 2-2 en tiempo suplementario.  Sin embargo, estuvo en off side y Viktor Kassai no se percató. (Foto: diario AS) 

En estos cuartos de final se produjeron en el Santiago Bernabéu varios errores arbitrales que el común denominador vio y no los designados para ello. El húngaro Viktor Kassai y su cuarteta definitivamente tuvieron una actuación para el olvido: amerita sanción o, como coloquialmente se dice, envío a la nevera. Lo suyo, de hecho, no solo favoreció al finalmente clasificado Real Madrid; en realidad erró para ambos equipos. Hubo seis jugadas para la discusión, la mayoría de ellas solucionables con la tecnología.

- Los dos fueras de juego de Cristiano Ronaldo eran potencialmente visibles si el VAR hubiera sido aplicado; quizá el segundo con más detenimiento y el de Thomas Müller en el autogol de Sergio Ramos con mucha más duda, pero anulado seguramente. Una ayuda externa también habría corregido la decisión de expulsar a Arturo Vidal, pues el chileno tocó el balón y no a Marco Asensio, como se sancionó. Así como con éxito ocurrre en el tenis o en el baloncesto, cada equipo podría tener la posibilidad de reclamar limitadamente las jugadas en las que se considera perjudicado; sin duda, Carlo Ancelotti habría gastado su carta.

No fue de todo justa la expulsión de Arturo Vidal, sobre todo por la consideración que se tuvo con Casemiro en el Real Madrid - Bayern. (Foto: diario AS)- Las más complicadas son las que dependen del criterio del juez principal, sobre todo aquellas en la que se aplica la máxima de que si hay duda, se deja seguir el juego. Se cuenta entre ellas la permanencia de Casemiro en la cancha, o la anticipada expulsión al mismo Vidal a principios del segundo tiempo. La absurda ley de compensación es un mal que no debería ser aplicable: si un árbitro tiene fama de tarjetero, debe mantener su línea; o si ve mucho juego brusco, su decisión será ser menos severo con los cortes en pos del espectáculo. Lo importante es que mantenga su filosofía. Ojo, también los jugadores deben colaborar; muchos tocan, presionan, encaran, instigan y requintan decisiones para ellos injustas. Sea como fuere, eso también es sancionable, y por ello cada capitán debería ser el único que pueda mantener diálogo.

En la ida de Múnich también hubo un penal de Dani Carvajal que no fue tal; en Dortmund, un par de goles del Mónaco que debieron ser invalidados; en el Vicente Calderón, un penal para el Atlético por falta cometida fuera del área. Nadie dice que con otros destinos para esas jugadas los clasificados a semifinales serían los otros contendientes, sino que habría una justicia más digna y se reducirían supuestos y manos negras.

Por eso, la tecnología es necesaria, y no solo porque sea trending topic o protagonista de memes. La historia está marcada por errores absurdos, y no solo por el tiro al palo de Geoff Hurst en la final de Inglaterra 1966: pregúntese a los propios ingleses, del otro lado de la orilla, sobre la mano de Dios; cuestiónese a Frank Lampard y su gol fantasma que no sumó frente a Alemania en Sudáfrica 2010 o la mano de Thierry Henry que impidió a los irlandeses ir al mismo certamen. Mayúsculamente escandalosa fue la eliminación de España por Corea del Sur de manera sinvergüenza en 2002. Y ni la Champions es ajena al error arbitral; el 6-1 del Barcelona volvió a despertar las alarmas, o el recuerdo de la victoria blaugrana ante el Chelsea en semifinales con hasta cuatro penales no cobrados a los ingleses en 2008/09, o el gol de Pedrag Mijatovic para el Real Madrid en fuera de juego a la Juventus en la final de 1998.

No vale mantener esa actitud amarillista de "a nosotros nos favorecen menos". Fuera de bolas calientes, intereses publicitarios y partidos armados, y creyendo en la buena fe, la tecnología ya no puede esperar más. En cuartos de final de las Copas Libertadores y Sudamericana se aplicará el video auxiliar, así como en la final de la Copa de Portugal. Quizá en la Confederaciones también debería mantenerse, y así sostener la máxima de que lo único que no debe mancharse en el fútbol es la pelota.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: diario AS

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