La delirante salida de Duilio Cisneros de Real Garcilaso lo convirtió en el tercer técnico despedido en solo cinco fechas disputadas en el Torneo de Verano. Cada una de las salidas es reflejo directo de algún vicio imperante en las dirigencias del medio para elegir y luego echar entrenadores.

 

Jair Villanueva | @Jair_Villanueva
Editor

Uno de los mejores equipos del Descentralizado es Real Garcilaso. De hecho, en los números que tanto obsesionan a los dirigentes de la 'Máquina', el club tiene el mismo puntaje (10 puntos) que el exageradamente aclamado Cristal de José del Solar, y tiene tantos goles a favor como el mejor equipo del torneo, Melgar. Además, antes de la sorprendente goleada de UTC, era la segunda defensa menos batida detrás de la rojinegra.

Sin embargo, el 1-4 ante el equipo cajamarquino en Sicuani dejó a Real Garcilaso sin entrenador, aunque no es el único club en la misma situación cumplida la quinta fecha. Alianza Atlético dejó de contar con Nahuel Martínez luego de cuatro partidos y Comerciantes Unidos cesó a Jorge Aravena tras el mismo lapso. Los tres son casos que reflejan distintos vicios existentes en las dirigencias del fútbol peruano para tratar a los técnicos como fusibles: los eligen sin pensarlo demasiado, los usan y los reemplazan por el siguiente.

VICIO 1: LA TERMOCEFALIA. La salida de Cisneros es una nueva decisión hilarante de un club como Real Garcilaso que cada cierto tiempo apela al sinsentido en materia de planificación futbolística. En esa línea, el caso actual se suma a los de Mariano Soso y Jorge Espejo, otros técnicos con una salida intempestiva de un club que, por lo visto, mide sus directivas futbolísticas con criterios basados en reacciones propias de hinchas de tribuna.

Duilio Cisneros fue cesado de Real Garcilaso luego de caer 1-4 ante UTC (Foto: prensa Real Garcilaso) 

Ni el rendimiento promisorio del equipo celeste pudo salvar a Cisneros de la termocefalia que ronda hace años en el club cusqueño: algo que parece estar inoculado en su ADN y que no se percibe exista disposición a cambiar ni a escuchar a terceros. Quien llegue a Real Garcilaso, en el futuro, parece tendrá que estar listo para saber dónde se mete.

VICIO 2: LA DESCONFIANZA. Teddy Cardama siempre fue la apuesta vieja y confiable de Alianza Atlético para suplir, en momentos críticos o no, al técnico -víctima del cortoplacismo- de turno. Así como él fue el sucesor de Vito Andrés Bártoli -el anterior fusible del 'Vendaval'- en los noventa, su hijo Teddy Cardama Gallardo tomó ahora las riendas del 'Vendaval' tras la salida de Nahuel Martínez, un técnico sin experiencia alguna en Primera División y que venía de trabajar casi exclusivamente con menores.

Hasta un niño podría haber previsto que lo de Martínez era una apuesta arriesgada que, para madurar en un medio que le era desconocido, requeriría tiempo de labor y adaptación. Sin embargo, el argentino no duró ni dos meses al frente del cuadro churre. ¿Para qué, entonces, se lo trajo? Lánder Alemán es dueño de hacer con su dinero lo que le plazca, pero no puede escapar de la crítica por someter al medio a una imagen de subdesarrollo con decisiones como esta.

El argentino Nahuel Martínez tuvo que dejar su cargo tras acumular tres derrotas consecutivas con Alianza Atlético (Foto: prensa Alianza Atlético) 

VICIO 3: EL DESCONOCIMIENTO. ¿En Comerciantes Unidos sabían que Jorge Aravena no dirigía desde 2011? El técnico chileno llegó a Cutervo para desempolvarse de una para extraordinariamente prolongada y en cuatro fechas volvió a la inactividad. Denunció amenazas y se fue en una situación bastante extraña.

Si bien Aravena fue un gran futbolista, ello no significaba per se que pudiera trasladar sus conocimientos, encima tras un tiempo tan largo dirigir, a la dirección técnica de un equipo, con todo lo que ello implica en el fútbol contemporáneo. Llegar con todo ese background a una ciudad como Cutervo, que por sus particularidades climatológicas y de vías de comunicación requiere adaptación, era otra apuesta descabellada. Acabó como se preveía.

Lo especial del caso

En todo el mundo, el fútbol es un deporte sujeto a resultados, y por tanto el puesto de entrenador siempre será el menos estable. Casos como el muy reciente de Claudio Ranieri y su abrupta salida del Leicester City demuestran, de hecho, que el despido menos pensado siempre es factible para un entrenador.

El chileno Jorge Aravena dejó sorpresivamente su cargo en Comerciantes Unidos tras la derrota en casa con Alianza Lima (Foto: prensa Comerciantes Unidos) 

El problema del caso peruano, sin embargo, es que los vicios descritos son marcados, recurrentes y repetitivos. Como los de borrachitos que tropiezan con la misma piedra cada vez que salen del mismo bar a la misma hora. Una que, año a año, resulta muy temprana en el calendario.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: prensa Alianza Atlético, prensa Real Garcilaso, prensa Sport Boys


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