¿Lo mejor es que no jueguen juntos? En el 'U' - Melgar, nuevamente, quedó demostrado que el equipo crema gana más posesión y fútbol con la presencia de Diego Guastavino y Diego Manicero. Ambos dieron la talla hasta que salieron del campo por sendas lesiones. De allí en más, los de Ate perdieron el control.
    Kenny Romero | @kenny_romero
    Director Periodístico

Si uno revisa las estadísticas de Universitario en 2016, hasta lo que va del torneo, es decir los 45 partidos jugados entre Apertura, Clausura, etapa de Series y la primera semifinal, solo en 18 partidos han coincidido en el terreno de juego tanto Diego Guastavino como Diego Manicero. Es más, de esos encuentros, en solo siete oportunidades han iniciado las acciones. Por lo demás, siempre uno ha sido relevo del otro o, en su defecto, les tocó ingresar en los arranque de las etapas complementarias.

Dicha estadística, como salta a la vista, tiene una interpretación muy obvia: pese a ser los más criteriosos con el balón en los pies en Ate, no son precisamente los más indicados para tejer los hilos de la 'U' en un once estelar. O es uno o es el otro. Pero los dos juntos, ni hablar. Todo lo dicho, claro está, es desde la óptica del comando técnico, la misma que tuvo, durante toda la temporada, un efecto rebote en el aficionado. Ocurre que si se entraba a hablar de táctica o espacio de alguno de ellos en el equipo titular, la negación para que alineen juntos era un pedido casi unánime.

Pues bien, tal premisa volvió a desmoronarse. Acaso por necesidad, la 'U' de Roberto Chale mandó desde el vamos tanto a Guastavino como a Manicero, y ambos se convirtieron en el estandarte crema del 4-1-4-1 que se plasmó en el gramado del estadio Nacional. Apoyados por el soporte de Balbín, la participación del uruguayo y del argentino fue muy activa, no solo en las sociedades que se armaron con los carrileros Polo y Gómez, sino también en las articulaciones para encontrar en correcta posición al 'Charapa' Rengifo. En suma, con el aporte de los dos la 'U' recuperó el buen pie y se vio un equipo más consistente.

La lesión de Guastavino perjudicó las chances de la 'U' ante Melgar. (Foto: Raúl Chávarry / DeChalaca.com) 

No obstante, algo tuvo que fallar. Y en este caso el percance no estuvo ligado a algún movimiento esquemático, sino más bien a situaciones fortuitas. Cuando mejor jugaba el equipo merengue, sufrió justamente la lesión de ambos -de manera progresiva-, por lo que tuvieron que dejar sus lugares a Mendoza y Ugarriza, respectivamente. Allí, de manera negativa para los intereses cremas, quedó en evidencia que, en este plantel, realmente no hay otro jugador con ese grado de jerarquía que sea capaz de sostener el hilo conductor.

Con Trauco como único hombre técnicamente lúcido, la 'U' sencillamente se desmoronó, cayó en una serie de errores (su defensa quedó más expuesta) y vio como Melgar, con mayor eficacia, le remontó el marcador y quedó bien parado de cara al duelo de revancha. Ahora, en los días previos al duelo en Arequipa, la pregunta cae de maduro siempre que estén recuperados: ¿el banquillo merengue habrá entendido, por fin, que el funcionamiento de este equipo depende mucho del juego de Guastavino y Manicero, pero como titulares y piezas irremplazables en el once estelar?

Foto: Raúl Chávarry / DeChalaca.com


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La crónica del Universitario 1 - Melgar 2

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