Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comLa visita de Ricardo Gareca a Gianluca Lapadula obliga a Embajadores Criollos, como parte de DeChalaca, a sentar posición sobre argumentos muy cuestionables que se destilan en los medios sobre el delantero del Pescara, así como respecto del trabajo de búsqueda y reclutamiento de jugadores con raíz peruana.

 

LA PROPUESTA. Suceda lo que suceda con Gianluca Lapadula, el trabajo hecho por la FPF y por Ricardo Gareca ha sido impecable. Si un jugador puede sumar, debe irse a buscarlo. Si se espera a que él se manifieste, se corre el riesgo de que te lo ganen porque este tipo de futbolistas usualmente tiene más de una opción para elegir.

No se trata de rogarle a nadie: se trata de hacer la gestión por un jugador que te puede interesar. Lapadula podría decirle sí o no a Perú, pero eso no debe manchar el hecho de que la FPF por fin se ha comportado como una federación moderna en el ámbito de la búsqueda y reclutamiento de jugadores con raíz peruana.

EL AMOR. Es cierto que Gianluca Lapadula no habla español, pero eso es lo de menos. Tampoco interesa si no sabe cantar el himno. Esas son cosas que se aprenden -sí, muchachos, se puede estudiar un idioma-. Lo que interesa es que pueda sumar y que deje todo en la cancha. El compromiso no tiene que ver con patrioterismos absurdos.

Lo importante para la selección es que el futbolista se sienta comprometido y quiera sumar. (Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com) 

Hoy los jugadores con más de una nacionalidad no eligen a cual defender en el nivel de selección basados en el amor por determinado país o determinada camiseta. Eligen según lo que les conviene a sus carreras. ¿Alguien cree realmente que Cristian Benavente eligió defender a Perú por amor? No: eligió a Perú porque le convenía, porque en España nunca lo habían convocado a pesar de jugar en las fuerzas básicas del Real Madrid. Benavente se siente español, y eso está bien porque ha vivido toda su vida allá; pero nadie puede cuestionar que ha dejado todo por la selección cada vez que jugó. ¿Por qué no puede pasar lo mismo en el caso de Lapadula?

LA INFLUENCIA. Se ha señalado que un posible llamado de Gianluca Lapadula puede fragmentar la selección, e incluso puede afectar a los jugadores del medio local. ¿Se dijo lo mismo cuando se llamó por primera vez a Cristian Benavente a la Sub-17?

El del hoy jugador del Charleroi es un caso idéntico al de Lapadula; solo cambia el idioma nativo. Ambos tienen raíz peruana por el lado materno y los dos fueron criados en un país distinto del Perú. Si la llegada de Benavente se dio exactamente igual, por un trabajo de reclutamiento, ¿por qué él no fragmentó la selección y sí lo tendría que hacer el ítalo-peruano?

La eventual presencia de Benavente en el Perú se dio en una situación parecida. (Foto: Andina) 

EL TRABAJO. El trabajo de seguimiento y reclutamiento de jugadores es algo que ejecutan las principales selecciones del mundo. Lo hace desde Alemania hasta Estados Unidos. No es que se busque forzar una situación, como en su momento se especuló con una posible nacionalización de Pablo Vitti, quien no tenía ningún vínculo con el país más que haber cumplido una buena temporada con la Universidad San Martín. Y tampoco se trata de hurgar en las maternidades de todos los hospitales europeos, como se ha querido parodiar. Se trata de establecer una búsqueda global de jugadores que tengan alguna raíz peruana y que puedan ayudar a incrementar el universo de futbolistas seleccionables. En un futuro no muy lejano varias selecciones estarán integradas en buena parte por jugadores que tiene raíces y que han nacido o crecido en otro país. Es parte de la globalización.

Otro punto importante es el de la percepción. Que se lleve a cabo el trabajo de búsqueda y reclutamiento de jugadores no quiere decir que se deba desviar la mirada sobre uno de los principales problemas del fútbol peruano: la formación. Una cosa no es incompatible con la otra. Para el trabajo a largo plazo se ha contratado a Daniel Ahmed. Para el trabajo a corto plazo está Ricardo Gareca. Es simple.

LA POSICIÓN. Una crítica habitual a la visita de Ricardo Gareca a Gianluca Lapadula es que con esto lo que se busca es un salvador del fútbol peruano. Lo que hay que dejar claro es que Lapadula no es salvador de nada. El ítalo-peruano es un jugador interesante que puede sumar en una posición en la que lamentablemente las opciones del torneo local no han podido dar la talla a nivel internacional. No es nada más que eso: un jugador interesante que puede sumar a una selección en la que no hay cracks y en la que todos deberían fungir como obreros.

La FPF dio un paso importante al contactarse con Lapadula. (Foto: Twitter) 

En realidad, si alguien busca salvadores para el fútbol peruano, suele ser más bien un sector del periodismo que vive de ensalzar figuras y, de la noche a la mañana, pasa a denostarlas y condenarlas a shows de farándula. Si Lapadula decide jugar por Perú, es presumible lo que ocurrirá: se reventarán cohetes a su llegada y, luego de su primer partido se pasará a un escenario dual. Si anota y es figura, luego de presentar a su familia e inventarle una nueva novia, se pasará a decir que debe sentarse a Guerrero, a Pizarro y a cualquier otro en búsqueda de crear polémica y enfrentamiento. Si más bien su primer gol tarda en llegar, se dirá que su llamado fue una estafa, se fustigará a Gareca por hacer turismo en Europa -allá donde algunos de los que escriben esos titulares quisieran tomarse una selfie con dos pulgares arriba algún día- y se pedirá que nunca más se llame a futbolistas que no tengan al cebiche como plato preferido.

LAS OPCIONES. Un tópico que se ha repetido considerablemente en las últimas semanas es que se quiere intentar llenar a la selección con jugadores que poseen dos o tres nacionalidades. La realidad indica que en ese universo, solo Gianluca Lapadula está hoy en nivel como para ser convocado a una selección. No solo por su presente en la Serie B italiana, sino también porque juega en una posición en la que a Perú no le sobran opciones.

Ni Alexei Ríos, ni Frank Romero, ni Jean-Pierre Rhyner, ni Collin Fernández o alguno de los otros muchachos que se parten el alma para hacerse de un nombre en el exterior están actualmente en un nivel  para ser llamados, al menos por ahora, por distintos motivos. Está en ellos y su rendimiento futuro intentar ganarse al menos una visita de Ricardo Gareca.

Composición fotográfica: Junior Chuquillanqui / DeChalaca.com
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com, Andina, Twitter


Comentarios ( 2)add
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escrito por Alonso Puente , February 10, 2016
Excelente redacción. Estoy muy de acuerdo con los puntos en que, por ejemplo, Lapadula no debe ser considerado salvador. No hagamos caso a esos periódicos de 50 céntimos o esos programas que tienen conductores deplorables que buscan los titulares de manera escandalosa.
Por cierto, sería interesante conocer más de la realidad de los últimos jugadores mencionados.
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escrito por Alonso , February 12, 2016
La respuesta de Lapadula se hará de esperar y es comprensible. Al ser su primera opción Italia, tiene que esperar la próxima temporada y hacer buenas prestaciones para ser llamado. De no lograrlo, probablemente elegirá Perú. Mi pregunta es si ese nivel que no le bastó para ser elegido por Italia le bastará para jugar bien por Perú.

Hoy su representante dijo que su respuesta podría demorar un día como un año, y se entiende. De todas maneras lamento que diarios como Líbero, Depor y Ovación radio sobrevivan de críticas y análisis absurdos, de farándula y no de futbol. De chismes y no de proyectos.
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