Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comSalvador de Bahía, donde Perú enfrenta a Brasil, no solo le regaló al Descentralizado a Julinho. En esa ciudad también nació otro gran goleador brasileño que disfrutaron estas canchas en los noventa: Rosinaldo, el máximo anotador extranjero de la historia de Alianza Lima.

 

A inicios de los noventa, cuando Alianza Lima comenzaba a sufrir los estragos de su sequía de títulos en términos de estrés, un nombre era principal sinónimo de las esperanzas de gol íntimas para acabar con la mala racha. Y se dice bien: un nombre, porque el apellido Lopes a poco o nada sonaba en La Victoria. Pero incluido en el nombre de Rosinaldo Lopes de Souza (Salvador de Bahía, Brasil, 7 de setiembre de 1968) era parte de una combinación temible de samba y gol.

Bahiano puro, Rosinaldo Lopes había iniciado su carrera en el Esporte Clube Vitoria, el clásico rival del Bahía. Fue promovido al primer equipo en 1987: anotó dos tantos en el Torneo Baiano, el primero de su carrera el 31 de mayo en la victoria 2-1 sobre el Leónico. Eran tiempos controversiales para el fútbol brasileño debido a la disputa entre la Confederación Brasileña de Fútbol y los clubes grandes, la cual se resolvió con un torneo llamado Copa União que hizo las veces de Brasileirao.

En Vitoria, Rosinaldo completó 7 goles en tres temporadas. Tuvo como compañeros de equipo a algunos jugadores que luego harían carrera en el fútbol peruano. Por ejemplo, uno de sus comparsas en el ataque fue nadie menos que el nigeriano Benjamin 'Benji' Nzeakor, quien en 1992 se convirtió en el primer futbolista africano en militar en el balompié peruano con camiseta de Deportivo Municipal. También integraban el plantel de vitoria el volante Francisco de Assis Veiga 'Mastrillo', quien jugó la Libertadores 1992 con Sport Boys, y el zaguero Ademilton Maia 'Dema' Pereira, quien vistió las sedas de Defensor Lima. Pero el destino tenía reservado para Rosinaldo un arribo anterior al Perú que el de todos ellos, y bastante más productivo.

De Vitoria a La Victoria

Con este cabezazo, Rosinaldo le salvó la cabeza a José Carlos Amaral en el primer clásico de 1990. (Foto: diario El Comercio)  

Para la temporada 1990, el verborrágico José Carlos Amaral, quien se había hecho conocido en el Perú como DT del Sport Recife en la Libertadores 1988 -adversario de Alianza y Universitario- recaló en Matute como nuevo entrenador de Alianza Lima. De su mano, llegaron tres futbolistas llamados a constituir la columna vertebral de su proyecto en La Victoria: el zaguero Costa Capone, el volante Adilio de Oliveira y el delantero Rosinaldo Lopes.

De ellos, el ariete era el más joven y aquel sobre el que existían más dudas y menos expectativas. Lo contrario, por ejemplo, ocurría con Adilio, quien venía precedido de enorme fama. Había sido campeón de Libertadores e Intercontinental con Flamengo, además de tetracampeón brasileño e ídolo del cuadro rubronegro, por lo cual estaba llamado a ser el conductor de Alianza con sobrado cartel.

Sin embargo, la evidencia empírica reportó un balance distinto. Costa Capone ni siquiera pudo llegar a debutar y fue desafectado por bajo rendimiento; Adilio mostró un estado físico deplorable y perdió la titularidad a manos de César Cueto, que no era ningún jovencito pero tenía la calidad intacta; y más bien Rosinaldo, desde los amistosos de pretemporada, perfiló que lo suyo daba para idilio con la tribuna Sur.

Caricatura de Rosinaldo cuando era el delantero de moda en Matute. (Dibujo: revista Soy Alianza) 

Así, Rosinaldo le anotó al Aucas ecuatoriano (victoria 2-1 en Matute) y a Vélez Sarsfield (3-1), así como a Sporting Cristal y a Sport Boys en el recordado cuadrangular Ciudad de Lima disputado en marzo de 1990. En cotejos oficiales, debutó el 28 de abril de 1990, en el arranque del Metropolitano con un 0-0 ante San Agustín; y si bien su primer gol tardó en llegar hasta la quinta fecha, la espera valió la pena. En Ica, el 20 de mayo, Alianza goleó 1-4 al local Octavio Espinosa y tres goles tuvieron la firma en portugués de Rosinaldo.

Desde entonces, comenzaron los días felices para el nuevo tanque bahiano de La Victoria. A la semana siguiente, Rosinaldo marcó en el clásico jugado en Matute, que quedó 1-1 -con presencia de los candidatos presidenciales Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori en las tribunas- pero significó el inicio de una sana costumbre para el brasileño: marcarle al archirrival íntimo. Ese día, los cremas ganaban hasta los 85' merced a un autogol de Parcko Quiroz y la noche parecía venirse para el proceso de Amaral, fustigado por la afición íntima. Pero Rosinaldo fungió de salvador: recibió un centro de Eduardo Rey Muñoz que añadió con golpe de cabeza para batir a Juan Carlos Zubczuck y salvar la cabeza de su técnico.

En ese I Metropolitano, el brasileño anotó dos veces más: ante Huaral y ante Meteor. Pero no tuvo fortuna ante Melgar en la preliguilla, cuando los íntimos quedaron fuera en definición por penales a manos de Melgar en el propio Matute. Su revancha personal llegaría en el II Metropolitano, con una racha de anotaciones en cuatro cotejos consecutivos: entre las jornadas quinta y octava, le anotó a Defensor, a la 'U', a Boys y a Internazionale. 

Clásico de 1990 en el que Rosinaldo le anotó a Universitario durante el Regional II (Recorte: diario El Comercio)

No obstante, el gol más recordado de Rosinaldo en el Perú se daría en un nuevo clásico, en la segunda rueda: el 2 de diciembre, Alianza venció 0-1 a Universitario en el Nacional con una pinturita del brasileño. A los 53', recibió un balón largo y le sombreó el esférico a Gabriel Cedrés, quien se quedó parado cual estaca. Antes de que el esférico cayera al suelo, Rosinaldo lo empalmó de manera letal desde el borde del área grande del arco Sur del Nacional y fusiló a Zubczuck. Aquel triunfo íntimo generó el cortocircuito entre el DT Fernando Cuéllar y Germán Leguía, quien esa tarde vistió por última vez de manera oficial la camiseta de Universitario.

Racha y facha

Rosinaldo, sin embargo, tenía más méritos guardados para el cierre de aquella temporada 1990. Anotó en seis jornadas consecutivas, lo que es récord absoluto para un futbolista extranjero en la historia blanquiazul: lo hizo, primero, entre las fechas 19 y 22 del Metropolitano, cuando le marcó a Huaral, Internazionale, Meteor y Municipal (a este último en dos ocasiones), y luego empalmó con sendos tantos en los cotejos de ida y vuelta ante ADT por la preliguilla. Alianza, no obstante, se quedó fuera de la Libertadores al perder la definición de la liguilla del II Regional en cotejo extra frente a Universitario.

Para 1991, Amaral fue ratificado como DT íntimo y Rosinaldo, como piloto de ataque. Para ese momento, ya se había consolidado un trío ofensivo en Matute: al brasileño lo acompañaban, por los flancos, los emergentes punteros Carlos Basombrío y Ricardo Cano, formados en las divisiones menores victorianas. De hecho, entre Rosinaldo (5) y el 'Gato' Basombrío (3) se repartieron 8 de los 13 tantos marcados por Alianza en el I Metropolitano, que sin embargo derivó en una nueva desazón ante Melgar en la preliguilla. Por eso, para el inicio del II Metropolitano el crédito de Amaral era ya escaso, y fue cesado tras una derrota ante Defensor Lima en Matute.

Sistema ofensivo de Alianza en 1991: Rosinaldo a la derecha de Basombrío, su socio en ataque, y el maestro César Cueto. (Foto: Facebook) 

Con la salida de su mentor, el protagonismo de Rosinaldo menguó en algo en Matute. Alianza había contratado como piloto de ataque alternativo al búlgaro Jordan Petrov, quien pasó a jugar más al centro del área y confinó a Rosinaldo a actuar más abierto por un extremo. Sin embargo, comenzaron a comprenderse y a funcionar bien como dupla, y Rosinaldo cerró el II Metropolitano con 10 tantos anotados, para erigirse como goleador íntimo de la temporada por segundo año consecutivo.

Eso, no obstante, no resultó consuelo al lado de un nuevo fracaso íntimo. Alianza no pudo siquiera llegar a la preliguilla del II Regional, al quedar eliminado en la última jornada del II Metropolitano tras caer 2-3 ante Cristal en el propio Matute. A eso se sumó que el cambio de año a 1992 fue muy duro para los íntimos, pues el DT yugoslavo Simo Vilic falleció intempestivamente mientras vacacionaba en Novi Sad, su ciudad natal. Por eso, los blanquiazules tuvieron que apelar al argentino Pedro Dellacha como nuevo entrenador y reforzaron sus líneas con diversos jugadores, aunque con una pieza estable: Rosinaldo continuaría como piloto de ataque.

Para reforzar la vanguardia íntima llegó el uruguayo Jorge Villazán -hoy gerente de Gol TV en el Perú-, pero no dio mucho fuego. Rosinaldo, en cambio, marcó en pretemporada ante Nacional de Montevideo, Cruzeiro y Deportivo Cali, y ratificó su valía e importancia en Matute. Empero, el inicio de la temporada oficial fue muy duro para Alianza: los íntimos no consiguieron anotar en sus tres primeros cotejos y en la cuarta jornada salvaron con lo justo un empate 1-1 ante San Agustín en el Nacional, con gol de... Rosinaldo.

El último gol de Rosinaldo con la camiseta de Alianza Lima, a Defensor Lima en 1992 (Recorte: diario Ojo)

El que no se salvó, sin embargo, fue Dellacha, a quien la prensa trituratécnicos que comenzaba a emerger en el mercado local le había puesto la puntería. El gaucho fue relevado por César Cueto, quien apeló a dos refuerzos en el ataque: el uruguayo Julio Morales y el argentino Alejandro Glaría, quienes postergaron a Rosinaldo al banco, como no le había ocurrido desde su llegada al país.

En defensa del prestigio

Rosinaldo solo volvió a alternar con mayor frecuencia en la segunda rueda del Descentralizado 1992, ya con Miguel Ángel Arrué como técnico y con Morales y Glaría fuera del equipo, ahuyentados por el fenómeno terrorista que azotaba el país. Retomando su sano hábito, anotó en jornadas consecutivas ante Yurimaguas, Melgar y Defensor Lima, pero luego de eso no volvió a anotar con el cuadro íntimo hasta final de temporada, en la que Alianza quedó en tercer lugar en la liguilla por el subtítulo.

Con el cuadro blanquiazul sumido en dificultades económicas y la decisión tomada de apelar a sus canteras para afrontar la temporada 1993, Rosinaldo debió buscar nuevos aires. Dejó Matute tras tres temporadas con un registro importante: 38 goles que lo convierten, hasta hoy, en el máximo goleador extranjero de la historia de Alianza. Con ese récord a cuestas, aceptó la oferta de Defensor Lima, que sostenido económicamente por el auspicio del luego polémico CLAE había procurado reforzar un equipo que de ser protagonista había pasado a pelear el descenso el año anterior. Así, junto a su socio y ya amigo Jordan Petrov, dieron el salto de La Victoria a Breña y se enfundaron la camiseta granate. Como compañeros de ataque, bajo el comando de Fernando Cuéllar, figuraban el también brasileño Eder Amorim y el 'Árabe' José Kajatt.

Rosinaldo con camiseta de Defensor Lima en 1993, con el auspicio de CLAE. (Foto: Facebook) 

No obstante, otra vez la temporada fue de más a menos para Defensor. Rosinaldo anotó un doblete en la victoria 3-1 sobre UTC en la quinta jornada del Descentralizado, pero se quedó en eso. Defensor cayó en desgracia económica una vez destapado el escándalo de CLAE, y sus jugadores comenzaron a fugar. El brasileño encontró, en medio de esa crisis, una oportunidad personal importante: ser transferido al VfB Mödling de la 1.Bundesliga austriaca, en el que logró ser partícipe de la mejor campaña de la historia del club: culminó en sexto lugar, de la mano del exinternacional mundialista Hans Krankl.

Al año siguiente, Rosinaldo pasó a jugar en la emergente liga eslovena: reforzó al NK Olimpija Ljubljana, que en 1994/95 se consagró tricampeón y era, por entonces, el equipo de moda en su país. Con esa experiencia positiva, el bahiano se mudó a Francia para la temporada 1995/96, para enrolarse al AJ Ajaccio, que por entonces pululaba en la National 1B (cuarta categoría del balompié galo). Y allí jugó dos años hasta que una llamada de Joaquín Requejo y Clementina Carrasco lo convenció de pegar el regreso a Sudamérica y a su ya querido Perú para ponerse una camiseta verde: la del recién ascendido Alcides Vigo.

El segundo aire

Así, Rosinaldo inició su segunda etapa en el Perú el 27 de abril de 1997. En Arequipa, Vigo cayó 5-2 ante Melgar y tuvo al brasileño como piloto de ataque, en dupla con el 'Monstruo' Raúl Hurtado. El regreso, pese a la derrota, fue con gol: el bahiano marcó el segundo descuento policial a un minuto del final. Dos semanas después, Rosinaldo volvió a marcar frente a Cienciano, y retomó su costumbre de anotar en racha: tras eso le convirtió en jornadas consecutivas a Sport Boys y Municipal.

El regreso de Rosinaldo al fútbol peruano fue lleno de goles vistiendo la camiseta de Alcides Vigo (Recorte: diario El Bocón)

El plantel de Vigo no era muy fuerte y en 1997 eran cuatro los clubes que se iban al descenso. Sin embargo, Rosinaldo se las ingenió para ser protagonista. Para el Clausura, llegó otro brasileño a acompañarlo en el ataque: un tal Eduardo Esidio, quien se volvió su socio estratégico. Rosinaldo le marcó un hat trick a Torino en la fecha 6 (victoria 2-5 de Vigo en Talara), y luego anotó tres tantos más en el segundo certamen del año, uno de ellos frente a su exequipo Alianza Lima. Vigo volvió a Segunda División, pero Rosinaldo cerró la campaña erigido como la figura del equipo, y sus 10 anotaciones resultaron credencial suficiente para tentar oportunidades mayores.

Así, Miguel Ángel Arrué -quien lo había dirigido en Alianza- lo pidió para Deportivo Quito en los dos últimos meses del año, luego de terminada la participación de Vigo. Rosinaldo llegó a jugar la liguilla por el título ecuatoriano, en la que marcó dos tantos -contra Barcelona y El Nacional- y en la que el cuadro chulla perdió el título en la última jornada con escandalosa goleada a manos de Barcelona de la que se han tejido mil historias en torno de la actuación del 'Tata' Jorge Reyes, quien también pertenecía al elenco quiteño.

Para ese momento, Arrué ya había dejado al Deportivo Quito, convocado por Sporting Cristal como reemplazante de Sergio Markarián. De inmediato, el chileno pidió la incorporación de Rosinaldo de cara a 1998. El paso del brasileño por La Florida, sin embargo, fue poco feliz: apenas 8 partidos jugados en el Apertura, sin goles de por medio y con poco espacio para figurar al lado de sus compatriotas Julinho y Nilson Esidio, el ghanés Annor Aziz y el emergente Andrés Mendoza. Con el cese de Arrué y su reemplazo por el 'Chiqui' Luis García, se agotaron las chances y Rosinaldo debió emprender otros rumbos: aprovechó la ola de futbolistas que viajaba a China y migró allá para jugar el segundo semestre de 1998 en el Shenhyang Haishi.

Rosinaldo con la celeste de Cristal frente a su primer equipo en el Perú y a su ex compañero Carlos Basombrío (Recorte: revista Don Balón Perú)

Sin embargo, a mediados de 1999 Rosinaldo pegó el regreso al país una vez más: José Carlos Amaral, su antiguo mentor, requirió sus servicios para reforzar el ataque de Deportivo Pesquero en el Torneo Apertura.  Debutó en la fecha 11 ante Unión Minas, con Johan Fano como compañero de ofensiva. Y se mantuvo como titular hasta que el 8 de mayo ocurrió algo infortunado. Ante Cienciano en el Manuel Gómez Arellano, Rosinaldo anotó su último tanto en el fútbol peruano y el único con camiseta del cuadro chimbotano, pero a los 74 minutos, una arriesgada barrida suya para conectar un centro al ras terminó con una seria lesión luego de que el pie se le aplancara con la base del poste del arco rival. Se temió lo peor, pero tras una para de seis fechas el delantero pudo reaparecer para jugar su último partido en el Perú: fue el 13 de junio, en la derrota 0-1 de Pesquero ante IMI en Chimbote.

Partida y colonización

Tras dejar Pesquero, Rosinaldo pegó el retorno a Ecuador, para completar un semestre más en Deportivo Quito. Sin embargo, el equipo chulla -dirigido por Oswaldo Morelli- había caído en crisis y acabó en noveno lugar de doce clubes. Luego de eso, el brasileño nuevamente siguió sobre sus propios pasos y aceptó la oferta del Shenyang para retornar a China: jugó allí dos temporadas más hasta su retiro.

Después del fútbol, Rosinaldo puso una academia para niños en Bahía. Pero fiel a su vocación internacional, se mudó a Europa para fungir de representante de jugadores y empresario. Actualmente vive en Colonia, Alemania, y además de promocionar futbolistas administra dos locales gastronómicos. En Matute, no obstante, se lo recuerda con cariño por lo que hizo dentro del campo: goles, lo que mejor sabía.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diarios El Comercio, El Bocón y Ojo; revistas Soy Alianza y Don Balón Perú; Facebook


Comentarios ( 5)add
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escrito por Ernesto , November 17, 2015
Una vez más, la biblioteca y la investigación de DeChalaca son de periodismo de primer mundo... Felicitaciones, sabrosísimo artículo.
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escrito por Ricardo C , November 18, 2015
Gran jugador, recordado goleador en AL, sobre todo en su año goleador en clásicos en ese 1990, cuando anotó en el 1-1, en un 1-2 en octubre de volea en arco Sur y en el 1-0 de diciembre de sombrero a Zubczuck, recordadísimo. No habrá sido de esos jugadores finos ni hábiles, pero sí muy goleador, quizá pudo haberse quedado en 1993.
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escrito por daniel reategui wong , November 18, 2015
Qué buena crónica. Recuerdo que Rosinaldo siempre le hacía goles a la 'U' y recuerdo con nostalgia ese tridente ofensivo de Alianza en 1991 con Ricardo Cano, que era corto de vista, el 'Gato' Basombrío y Rosinaldo.

Algo que se extraña hoy en Matute, los jugadores salidos de la cantera.

Lo que no reparé en su momento porque era niño y en esa época los periodistas peruanos no recurrían tanto a la estadística es la gran cantidad de goles que marcó Rosinaldo en Alianza: 38 en tres temporadas es un registro aceptable.

Saludos.
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escrito por Eduardo Martin , December 08, 2015
Una aclaración: la caída del Defensor Lima no fue debido a estar coludido con CLAE. El club Carasucia cayo en desgracia por la pésima administración del presidente de turno Félix Tumay, quien no dejo el cargo hasta no vernos hundidos en la Liga de Cercado de Lima, hoy jugando en la Liga de Breña desde el 2010. Es fácil darle con palo a un equipo que suponemos que no tiene hinchas pero la verdad es una sola: el equipo recibió como único aporte de CLAE indumentaria deportiva y alguna promesa de apoyo mayor en el futuro, situación que es común en nuestro fútbol peruano, antes de saberse toda la verdad de la empresa. Ya consumada la verdadera situación de la empresa, se descontinuó el uso del logo. El año siguiente, el equipo también tuvo un apoyo mínimo de Erectol, logo que se lució en la camiseta, pero pensar que el equipo lo tuvo como auspiciador principal asumiendo una gran parte de la campaña o asumiendo grandes costos o que diera un aporte significativo no es preciso; solo juegos de indumentaria y quizá un aporte simbólico. Todo lo indicado lo sé pues mi padre y yo eramos socios del club. Yo acudí junto con el a las asambleas del equipo. Deslizar sus comentarios vejatorios por que son su opinión no es correcto ni menos ético.
Ojala en el 2016 pasen la información de la Liga de Breña pues el presente año (2015) no pasaron mas que la primera fecha, mientras de otras ligas distritales dieron completa cobertura sin tener equipos que han sido campeones nacionales, representantes peruanos en la Copa Libertadores, campeones internacionales de torneos organizados por asociaciones extranjeras entre otros lauros. Sí les agradezco que si pasaran los resultados del equipo pero no es suficiente, para armar la tabla se necesita los resultados de los demás integrantes del torneo. Si en la Primera División solo informaran de la U, Alianza y Cristal, cómo se armaría la tabla; por sí solos no se puede.
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escrito por Lucho , May 27, 2016
Excepto por el año 1990 (que ciertamente fue su mejor temporada), a Rosinaldo lo pifiaba sin piedad la tribuna sur por los goles que se perdía, y era muy criticado por la prensa deportiva de la época. Recuerdo el titular de un diario luego de un empate sin goles entre alianza vs Octavio Espinoza (1991): "alianza no le mete goles ni al arco iris". Piloteaban el ataque Rosinaldo López y Jordan Petrov. Años de crisis de alianza.
Otro recuerdo, es que en el clásico que Rosinaldo mete el gol de descuento (derrota de alianza 1 a 2 en el Estadio Nacional - Octubre de 1990), Zubczuck tapó un penal a Marco Charún, y estuvieron presentes en el partido, el ex presidente Fujimori y su hijo Kenyi (fotos en el desaparecido Diario Onda). Además, a la hora del partido hubo un fuerte temblor en Lima.
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