Foto: Diario La Industria de TrujilloTras perder 2-0 en la ida en Salvador, César Vallejo igualó agónicamente la serie ante Bahía en el Mansiche y se metió entre los 8 mejores de la Copa Sudamericana mediante los penales. Ahí se lució Salomón Libman.


SERENO, MORENO.
Si hay algo que se debe resaltar, casi tanto como la gran faena de Salomón Libman, es que Vallejo nunca tiró la toalla. El partido estaba 0-0 hasta el minuto 81’ y el ‘Poeta’ siguió atacando. Ojo, no recurrió al típico pelotazo del que está desesperado y no tiene recursos, sino que trató de elaborar por abajo, una y otra vez. El ingreso de Luis Tejada fue fundamental: no solo participó en la jugada de ambos goles, sino que abrió espacios para sus compañeros jalando marcas. Con calma, sin desesperarse, los trujillanos lograron lo que parecía imposible.

A COCACHOS APRENDÍ. La derrota en la ida dejó al cuadro poeta sin margen de error: no solo estaba obligado a ganar por dos goles para forzar los penales, sino que no podía tener ninguna distracción en el fondo. Un tanto de Bahía habría sido letal. Y aunque Muente y Rabanal fallaron en los penales, no se puede hablar de un mal partido de ninguno de los cuatro de atrás en funciones defensivas –quizá solo se puede reclamar la poca proyección de los laterales–. Pero en general, no se sintieron las ausencias de algunos titulares, como Requena, Ciucci o Jesús Álvarez.

Si bien la fortuna no estuvo de su lado en los penales, la actuación de Atilio Muente fue aceptable (Foto: Diario La Industria de Trujillo)

EN BUENAS MANOS.
Si bien el equipo respondió bien en lo colectivo, Salomón Libman se merece un párrafo aparte: hizo el partido de su vida. No solo por atajar cuatro penales -sí, cuatro- en la definición y anotar el que le tocó patear, sino que en todo el encuentro estuvo sólido, metido: fue confiable. Por ejemplo, no dudó en despejar con la cabeza un balón en profundidad del Bahía en el primer tiempo, y también aportó su granito de arena para el primer gol de Vallejo: la jugada que culminó Quinteros empezó en la zurda del verdadero salvador.

HAMBRE DE GLORIA. Millonarios, Universitario de Sucre y Bahía partían en el papel como favoritos en la serie ante Vallejo. Hay que ser hidalgos: a nivel de clubes, el fútbol peruano es de lo más discreto del continente. Hace tiempo que participamos, pero no competimos. Pero el equipo de Franco Navarro nunca se acomplejó. Eliminó a un grande de Colombia, a un equipo brasileño, y acabó con los mitos y temores de la altura boliviana. Casi nada, ¿no? Pero lo más resaltable es que sus jugadores quieren prolongar las alegrías: están dispuestos a hacer historia. El hambre de gloria no debe saciarse jamás.  

Fotos: Diario La Industria de Trujillo

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Vallejo - Bahía: Salomón amargó a Salvador
 

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