Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comAlianza se aleja de su identidad y Teófilo Cubillas lo advierte. El Torneo del Inca validó una idea resultadista (el espectáculo es ganar) que -en la óptica personal de quien suscribe- naturalmente se cae a pedazos.


Una palabra mayor sentenció lo que ocurre con Alianza Lima. Teófilo Cubillas, disgustado de la actualidad blanquiazul, comentó con el tono respetuoso que le suele caracterizar que Alianza no juega como su tradición manda. El club victoriano, pues, ha pasado de la alegría al sufrimiento en esa transformación que quiso hacer con la llegada de Guillermo Sanguinetti y algunos refuerzos de juego más aguerrido que elaborado.

El Torneo del Inca dejó conclusiones enfocadas solo desde el resultado para dejar el juego de lado. Grave error. Un equipo con escasas ideas colectivas (amplitud en la posesión y constantes centros) que se benefició de un torneo corto que premia rachas y no regularidad, sumado a la eficacia de dos futbolistas: Mauro Guevgeozián y George Forsyth, ambos claves en los arcos, que hoy no pasan por su mejor momento.

Ganar el Torneo del Inca generó que Alianza pierda parte de su identidad (Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com)

El Apertura fue más de lo mismo, pero sin las victorias que acompañaron antes. Entonces de buenos pasaron a ser malos: la dualidad e incoherencia del resultadismo. Nunca encontró la brújula y la perdió en la final del Torneo del Inca ante San Martín con esos polos estampados de un mensaje contrario a su tradición futbolística: “el espectáculo es ganar”. Esta frase victimizó al equipo íntimo que se escudó en la volubilidad del marcador y hoy se queda sin argumentos.

Alianza juega mal, sin una propuesta clara y contra su historia. Se reforzó con futbolistas para jugar de una manera que no ejecuta con eficiencia. Ni estilo uruguayo, ni estilo blanquiazul; está en el limbo que genera el centro al área, a dividir para que sus delanteros ganen. Alianza es dual y resultadista. Quiere ganar sin importar como sea, por temor a la derrota, al qué dirán y así se siente con mentalidad “ganadora”: un absurdo.

Los resultados no se dan en Alianza. Ahora se discute el estilo de los primeros meses (Foto: Vanessa Álvarez Sancho)

Este Alianza no entiende que puede ganar si juega a la uruguaya, peruana, alemana, brasileña o italiana. Puede ganar incluso si juega bien o mal. No comprende que el resultado no está garantizado, que no puede decidir si va a ganar o perder, pero sí puede elegir cómo jugar. No entiende su historia, que al final del camino puede haber felicidad o tristeza, victoria o derrota, pero este se debe recorrer con alegría, con una sonrisa como la de Teófilo Cubillas.

No existen identidades ganadoras. ¿Qué ocurre cuando pierden? ¿Se quedan sin identidad? Alianza adoptó en su esencia un estilo de juego como ningún otro club peruano lo ha hecho, como pocos equipos sudamericanos saben hacerlo, como -de hecho viene haciendo- River Plate. Quiso cambiar de rumbo porque a alguna mente brillante se le habrá ocurrido que del estilo dependía el resultado. Fue por lana y quedó trasquilado. El espectáculo nunca fue ni es ganar. Póngase a jugar, Alianza Lima.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com, Vanessa Álvarez Sancho
 

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