Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / Roberto Gando / DeChalaca.comHace 60 años, el mítico árbitro inglés Charles Dean protagonizó una anécdota increíble en el fútbol peruano: se escondió para no dirigir un partido entre Sport Boys y Mariscal Sucre en protesta por un aumento de sueldo.


Charles Dean fue una especie de padre del arbitraje en el fútbol peruano. Su personalidad influyó tanto que marcó escuela y su trayectoria amerita un Men in Black que la relate. Pero en esta ocasión, lo que corresponde es recordar una increíble anécdota que protagonizó hace exactamente 60 años, en agosto de 1954, cuando un reclamo económico lo condujo a esconderse para evitar dirigir un partido.

Los mil soles de la discordia

Para agosto de 1954, Charles Dean ya llevaba alrededor de tres años afincado en el Perú. Había llegado al país como parte de la evolución al profesionalismo formalizada en la temporada 1951, con el objeto de marcar una diferencia positiva en el nivel de los arbitrajes.

Charles Dean en el ojo de la tormenta en 1954. (Recorte: diario La Crónica)

Así, Dean no tenía empacho alguno en ser reconocido ni considerarse él mismo como el mejor árbitro del medio. Por eso, tenía alto poder de negociación, y eso llegó a un punto de quiebre el jueves 18 de agosto de 1954. En horas de la noche, el réferi inglés sostuvo una agria reunión con el consejo directivo de la FPF en la que dio un ultimátum: si no le aumentaban mil soles oro de sueldo, no dirigiría el partido entre Carlos Concha y Ciclista Lima para el que había sido programado por la Asociación Central de Fútbol (ACF, antecesora de la ADFP) el domingo 21.

Para contextualizar la cifra, mil soles oro equivalían al cambio de la época, a poco más de 52 dólares. Pero ese monto marcaba una importante diferencia en la economía por entonces, como lo refleja el siguiente comentario semiamargo del diario La Crónica: "Charles Dean tiene en esta ciudad un sueldo envidiable. La FPF le ha estado abonando 4,500 soles oro, y además Dean trabaja en la Embajada Británica, percibiendo, según se nos ha dicho, en forma extraoficial, 3 mil soles. O sea que Dean gana 7,500 mensuales. ¡Qué buen sueldo!".

Sábado de fuga

Para colmo de males, resultó que la ACF también había programado a Dean para el cotejo que el sábado 20 debían jugar Sport Boys y Mariscal Sucre en el estadio Nacional. El viernes 19 por la noche, el señor Blacker, consejero de la FPF, fue a buscar al juez a su casa -tiempos sin tecnología, desde teléfonos a Whatsapp- hasta en tres ocasiones, pero no lo encontró. En el ínterin, se fue hasta la Embajada Británica a buscarlo también, pero sin éxito. Dean había decidido esconderse para no dirigir y hacer sentir su ausencia.

El partido Boys - Sucre que Mr. Dean se negó a dirigir. En acción, el golero Luis Suárez en el marco sucrense. (Recorte: diario La Crónica)

Llegadas las 11 de la mañana del sábado, los delegados de Boys y Sucre tiraron la toalla y decidieron dejar de buscar a Mr. Dean. Optaron por tomar para su partido como árbitro a nadie menos que a un joven llamado Alberto Tejada Burga, de escasa experiencia por entonces. El partido le quedó grande: en el segundo tiempo, con el marcador igualado a uno, cobró un controvertido penal a los sucrenses por mano en el área de Eduardo Rodríguez, que a juicio de la prensa y la afición había sido visiblemente casual. El rosado Fernando Olaechea lo transformó en gol, y con eso Boys venció 2-1 a Sucre -campeón vigente- y prolongó la mala racha de resultados que llevaba.

El tole-tole no quedó allí. Tejada Burga dejó de sancionar dos aparentes penales por faltas a los sucrenses Rivera y López, y para la hilaridad general, en los minutos finales sufrió un calambre, pese a lo cual se obstinó en no ser atendido por el masajista Juanito Delgado y dirigió lo que restaba del partido cojeando, para la hilaridad general. La Crónica resumió así su actuación en la pluma de Carlos Paz: "Después de tanto tiempo de no ver arbitrar a un nacional, presenciamos un debut de escándalo. Muy mal estuvo Tejada, falto de físico y parece que hasta se ha olvidado de los más elementales principios del reglamento".

La pipa de la paz

Caricatura de Mr. Dean, como era característico de la época. (Recorte: diario La Crónica)Como era previsible, al día siguiente Charles Dean tampoco se presentó a dirigir el Concha - Ciclista, en el cual fue reemplazado por Pedro Falcón, este sí de correcta actuación. Los diarios aclararon las cifras: en definitiva, el sueldo del británico ascendía "solo" a 4 mil soles, de los cuales la FPF aportaba 2,500 y la ACF 1,500. Pero adicionalmente, la propia ACF le daba un bono de mil soles por prima, por lo cual su reclamo se hacía aún menos entendible en un país que todavía no comprendía las leyes del monopolio.

Y como también era previsible, pese a que ya la prensa se había encargado de especular con un posible nuevo árbitro británico que llegara al Perú para reemplazar a Dean, fue que a mitad de semana, en una nueva reunión, Dean y la FPF se pusieron de acuerdo y el árbitro volvió a sus funciones. Nunca se supo si llegaron a firmar contrato, cosa que el británico había resistido a toda costa hacer anteriormente para tener poder de negociación para aumentos. Y también quedó en el misterio dónde se había escondido esa noche en la que los dirigentes lo anduvieron buscando, en tiempos en que no existía una Conar a la cual echarle la culpa de todos nuestros males.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
 

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