En Brasilia, la verdeamarelha goleaba al combinado australiano con soberbia actuación de Jô e ilusionaba a todo un pueblo con el anhelado hexacampeonato. Pasaron 308 días y prácticamente ese mismo equipo sucumbió y resignó la medalla de bronce ante una renovada versión de la 'Naranja Mecánica' liderada por Arjen Robben y Robin Van Persie.

 

Ante 40,996 asistentes en el estadio Nacional Mané Garrincha el 7 de setiembre del 2013, un doblete de Jô y anotaciones de Neymar, Ramires, Alexandre Pato y Luiz Gustavo, se selló un triunfo categórico de Brasil ante Australia, en aquel momento ya se palpitaba la fiesta del Mundial. Pasaron los meses y la ilusión acrecentaba con el correr del torneo, hasta que la demoledora selección alemana -finalistas del torneo- en la semifinal sacó a relucir los errores defensivos del cuadro local y tras humillarlo en el Mineirao lo marginó a jugar en Brasilia ante Holanda por el tercer lugar y tentar la chance de subir al escalafón con la medalla de bronce en el cuello.

De aquel encuentro de setiembre del 2013, 10 jugadores brasileños estuvieron presentes ante Holanda, 9 de ellos como titulares (Julio Cesar, Maicon, Thiago Silva, David Luiz, Maxwell, Luiz Gustavo, Ramires, Paulinho y Jô) y uno de ellos como piezas de recambio (Hernanes), en el banco se mantuvieron Neymar, Bernard y Dante; mientras que las destacadas ausencias del Mundial fueron Lucas Moura y Alexandre Pato. Prácticamente ese mismo equipo, volvió a protagonizar una nueva página triste en el historial brasileño, más de uno pensó que Brasil podría lavarse la cara ante Holanda, pero Brasil fue ese boxeador remecido por los golpes que intenta dar el golpe demoledor para ganar la pelea, pero que en el mínimo descuido termina knock out en la lona.
Julio César apenas si llega a despejar el balón ante la carga de Dirk Kuyt en uno de los constantes ataques de Holanda sobre el arco de Brasil (Foto: EFE)
Apenas en el primer asomo neerlandés, a los 3', Robben volvió a hacer de las suyas, la exageración de la falta -fuera del área- de Thiago Silva derivó en el cobro de un penal, que fue traducido en gol por Van Persie, un baldazo de agua fría, los lamentos llegaron desde las gradas y parecía que el sueño terminaría en pesadilla sobre todo cuando a los 17' Daley Blind marcó el segundo tanto azul ante el deplorable defensivo verdeamarehlo. La presencia de Thiago Silva ya no brindaba solvencia en el fondo, los errores groseros ante Alemania volvían a replicarse en Brasilia, Brasil no tenía ideas, Oscar y Willian no eran capaces de generar fútbol y el trabajo de Jô era intrascendente en ataque, el local solo mediante táctica fija intentó llegar al descuento en el marco custodiado por Jasper Cillesen.

En el complemento, Holanda jugaba con la presión del rival, las pifias no se hicieron esperar y los ingresos de Fernandinho, Hernanes y Hulk no tuvieron mayor remedio en el accionar local. Robben era un dolor de cabeza para la zaga brasileña, a la que en más de una ocasión volvió a poner en jaque, estaba más cerca un nuevo tanto naranja que el descuento canario; y, como estocada final -a los 91+'- llegó Georginio Wijnaldum para marcar el tercer gol y selló el categórico triunfo visitante. Este triunfo tiene un toque histórico, ya que es la cuarta vez que se enfrentaron en suelo brasileño y es la primera vez que Holanda logra vencer a Brasil en sus dominios, antes habían registrado paridades en Salvador (2-2 en 1999) y Goiania (0-0 en 2011); y, un triunfo local (3-1 en 1999) en Goiania, de esta manera la renovada "Naranja Mecánica" de Van Gaal puso punto final a esta página negra, tal como se ha catalogado a esta decepcionante participación brasileña en su propio mundial.

Foto: EFE

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