Minuto 9: Colapso por Colaussi
En los cuartos de final de Francia 1938, el local se enfrentaba al vigente campeón, Italia, y hacía todo lo posible para aguantar ante un equipo superior. Su arquero respondía bien hasta que la tragedia golpeó: Laurent di Lorto no atrapó el tiro más fácil y comenzó la debacle gala.
Muchos señalan la conquista Italia en 1934 como únicamente una consecuencia de la presión del ‘Duce’ para que su régimen fascista triunfe y se quede con la copa. Sin embargo, lo cierto es que los campeones tenían un gran equipo y a Francia 1938 llegaron motivados para defender su corona. Liderados por el gran Giuseppe Meazza, el peligro del equipo se y completaba con Silvio Piola y Giovanni Ferrari. Aun así sufrieron para derrotar a Noruega en tiempo extra. Por su parte, los franceses no tuvieron muchos problemas para superar a Bélgica y llegar a cuartos de final donde la suerte les depararía enfrentarse al mejor equipo del torneo. No les quedaba otra que aguantar el huracán.
Así lo hicieron durante los primeros minutos. Los dirigidos por Gaston Barreau tenían claro que la principal tarea era guardar el cero en el arco y el que más lo entendió fue Laurent di Lorto. El arquero sacó todo en los primeros minutos y, con poco tiempo de juego, ya apuntaba a figura. Sin embargo, el destino le tenía preparado un camino cruel. En otro más de los ataques italianos, Gino Colaussi intentó sombrear a Di Lorto. Su remate fue suave y poco elevado por lo que se esperaba que el guardameta consiga atrapar el balón. Lo que ocurrió estuvo entre trágico y cómico. Di Lorto fue a por el balón, se le escurrió de entre las manos y en el afán de recapturarlo se estrelló con su parante derecho.
Un minuto después, sin embargo, su error pudo haber perdido relevancia pues Oscar Heisserer empató el partido. Pero la historia quería seguir su camino trágico. En el segundo tiempo, Silvio Piola se portó con un doblete que fue suficiente para permitirle a Italia alcanzar la siguiente fase mientras los locales se quedaron con el amargo en la boca. Quizá el error de Di Lorto no fue tan vital. Probablemente los italianos igual hubieran superado sin problemas a sus rivales. Tenían un equipazo. Lo que sí es cierto es que ese análisis de poco le sirvió a Di Lorto que siempre se sintió culpable por fallar en el momento menos indicado.
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Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
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