Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comSe sabía que suceder a Alex Ferguson en el trono del Manchester United era una tarea complicadísima, pero no se esperaba que el sucesor perdiera la cabeza en nueve meses. David Moyes fue despedido de los ‘Red Devils’ y su salida ha polarizado al país británico.

 

La estadística es en ocasiones una dama de dos caras que puede favorecer y empeorar la imagen de un equipo y entrenador. David Moyes ha vivido una pesadilla desde que asumió el puesto de Sir Alex Ferguson como DT del Manchester United y sus récords negativos así lo reflejan. Bajo su mando, los ‘Red Devils’ sumarán la menor cantidad de puntos en su historia en la Premier League, quedarán fuera de la Champions por primera vez en más de 20 años y además le permitió a rivales como el West Bromwich, Newcastle y Everton ganar en su casa después de mucho tiempo. Sí, no ha sido una temporada feliz en Old Trafford. Pero la estadística por otro lado condena a los que señalan al escocés con dedo acusador. En su primera temporada, Alex Ferguson sumó 56 puntos, quedó undécimo y llegó a estar 26 años en el club mientras Moyes ha llegado a 57 y se encuentra en la sétima casilla. ¿Injusticia? Es más complicado que eso.

Como se demuestra en el caso anterior, la estadística sola, sin contexto, puede ser traicionera. Es cierto que Ferguson apenas colocó al equipo en el puesto once en su primer paso por Manchester, pero cuando fue nombrado en noviembre de 1986, el equipo era penúltimo. Sir Alex tuvo que reconstruir la confianza de una plantilla que se sentía menor que sus rivales. A Moyes se le señala que agarró al club más campeón de Inglaterra -y al último monarca- y se encargó de destruir todo lo bueno. También tiene poco de cierto. El legado de Ferguson era un fierro caliente. El escocés olió el peligro en una plantilla aburguesada, veterana y sin prospectos esperanzadores –Dany Welbeck, Cris Smalling y Tom Cleverley generan escalofríos en los hinchas del rojo de Manchester- y eligió el mejor momento para dar un paso al costado sin manchar su riquísima historia. Llegó Moyes a un campeón, sí, pero a uno que se mantenía pegado por la fe ciega en Ferguson. Partió Sir Alex y las piezas rodaron por el piso.

En esas circunstancias, el manejo del United fue poco inteligente. En el mercado de pases de julio-agosto Ed Woddard -encargado de los fichajes- realizó una pobrísima gestión buscando refuerzos. Apenas llegó un Marouane Fellaini que es una sombra del melenudo e interesante volante del Everton y Juan Mata llegó en enero para intentar revolucionar un ataque perdido. Pero era tapar el sol con un dedo. Los antiguos guerreros de Fergie habían perdido el brillo en los ojos. David no los motivaba. Por eso, es difícil señalar que lo hecho por Moyes en el United ha sido positivo. Sin embargo, se sabía que el que ocupara el puesto que Ferguson había mantenido caliente 26 años, la iba a tener complicadísima. Los hermanos Glazer, dueños del United, le prometieron a David un contrato de seis años y paciencia. Apenas lo aguantaron nueve meses. Los tiempos en el fútbol cambian. El equipo mundial más constante no mantuvo su estabilidad ni por un año. Es un día triste.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com

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