Foto: AFPLos jugadores más representativos de la época dorada francesa se juntaron en Alemania 2006 para coronar un golazo que sacó a Brasil por anticipado del Mundial. Un bellísimo centro de Zinedine Zidane que Thierry Henry conectó para decretar la victoria de los blues.

 

Hay partidos que definen generaciones. No necesariamente el resultado tiene que  ser abultado o la cantidad de goles brutal para que un choque entre dos equipos quede marcado para siempre en la memoria del espectador. De ese corte fue el Francia-Brasil por los cuartos de final de Alemania 2006. La canarinha, eterna favorita, había dicho presente en las finales de los últimos tres Mundiales. En Estados Unidos y en Asia se llevó el título. En 1998, perdió ante la selección que tenía al frente en ese momento.

Para los dirigidos por Raymond Domenech, el morbo pasaba por Zinedine Zidane. Cada partido era una bomba de tiempo para ‘Zizou’, si el árbitro marcaba los 90’ y su equipo caída derrotado sería el momento del adiós para el hijo de argelinos. El ‘10’ se jugaba sus últimas cartas en el fútbol. Quizá motivado por esa presión, Zidane ofreció su mejor recital de juego. ‘Zizou’ se plantó sobre el campo y otorgó la actuación de su carrera, la que lo definiría como leyenda. El partido se movió a su ritmo, con la pelota desconectó a Brasil y movió a los suyos. Franck Ribery y Florent Malouda salían por las bandas comandados por su capitán, dispuestos a alimentar al otro enorme referente que tenían en el área: Thierry Henry.

 

 

El delantero había salvado la cartera francesa ante Togo para asegurar el pase a la siguiente ronda, pero le faltaba una gran aparición en los Mundiales. En 1998, hizo tres goles en la primera fase, pero de ahí se diluyó en ataque. Necesitaba dejar huella tanto como Zidane requería seguir compitiendo en el Mundial.

Una pelota suelta en la media cancha le sirvió a ‘Zizou’ para mostrar su magia. Recibió presionado por Ronaldo y sin mucho esfuerzo le hizo un sombrerito a su compañero en el Real Madrid y jugó con mucha clase hacia Eric Abidal de cabeza. El estadio entero aplaudió la osadía del genio mientras Abidal se la cedía a Malouda que fue detenido por Cafú con falta.

El mago francés se paró en el balón y a lo lejos, en el borde contrario del área, vio el hueco para Henry. Con un guante puso el centro y ‘Titi’, definidor de raza, entendió la trayectoria del balón. Fútbol simple. En tres segundos, Henry se encontraba solo ante Dida y lo batió con su elasticidad acostumbrada. Fue suficiente, Brasil no tuvo reacción ante un Zidane que siguió controlando el destino del partido. El partido ya estaba resuelto gracias a la conexión de dos de sus mejores jugadores de la historia.

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El otro minuto 56: el gol de Diego Maradona (Argentina) a Inglaterra en 1986

Foto: AFP; Video: Youtube / Usuario: Rajen Bara

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