Foto: AFPEl trámite fue el mejor aliado del PSG. Con su abismal ventaja de la ida, los de Blanc solo apretaron el gatillo en el momento justo y con el 2-1 ante Bayer Leverkusen se instalaron en cuartos de la Champions, con lo que igualaron su línea de la temporada 2012/13.

 

El 0-4 de la ida en el BayArena, sin lugar a dudas, sepultó cualquier tipo de pugna entre PSG y Bayer Leverkusen, la cual a priori debió ser más reñida por las cinrcunstancias del enfrentamiento (octavos de la Champions), y por ello se puede decir que lo que ocurrió en la noche de miércoles en el Parc des Princes fue sintomático: ambos ya sabían cuál iba a ser su destino tras el pitazo final del croata Ivan Bebek, por lo que hacer un esfuerzo extra -o meterle cuarta- definitivamente no iba a estar en los cálculos. Uno -PSG- ya se sabía en cuartos, y el otro -Leverkusen- era consciente que su horizonte solo está en la Bundesliga.

Por esa razón es que tanto Blanc como Hyypiä no se tomaron la molestia de forzar a sus jugadores golpeados y hasta consideraron pertinente aplicar la rotación en sus formaciones: ambos hicieron cinco variantes con relación a su último partido liguero y, tácticamente, se plantaron en la cancha con una conformación parecida. Sí, PSG y Leverkusen usaron ese 4-3-3 que por momentos pasa a ser un 4-3-2-1 con mucho vértigo detrás del punta y, sobre el papel, permite observar mucha intensidad en los últimos tres cuartos de cancha.
Por si alguien creyó que el Leverkusen tenía alguna opción, el golpe de cabeza de Marquinhos se encargó de romper cualquier ilusión de los alemanes contra el PSG (Foto: AFP)
Pero nada de ello ocurrió: solo hubo instantes de lucidez por parte de Cavani y Lavezzi, y también poca fortuna de cara al arco por parte de Ibrahimovic, quien erró tres claras situaciones de gol. Y en la visita, lo más interesante fue ver la sociedad que formaron Guardado, Can y Castro por el sector izquierdo, aunque Giulio Donati y Sidney Sam se robaron el protagonismo luego de un cabezazo de este último que se generó por derecha y se convirtió en el madrugador gol que también dejó fríos a los asistentes al recinto parisino. Luego de ello, fue poco lo exhibido por aquel equipo que rozó la gloria en la Champions 2001/02 con hombres de la talla de Ballack, Schneider, Basturk y Neuville. Muy distante de cualquier rol protagónico en Europa.

PSG reaccionó rápido tras el gol que recibió y concretó el empate vía un cabezazo del brasileño Marquinhos, y también supo salirse del problema en el arranque del complemento con el tanto del 'Pocho' Lavezzi. Después de ello, era evidente que para el monarca francés lo único importante en su noche de Champions era cerrar la llave de octavos con un triunfo, aunque otorgó algunas licencias que no las supo aprovechar Eren Derdiyok y más bien convirtió en figura al meta Salvatore Sirigu.

El 2-1 final, que en el global fue un aplastante 6-1, vuelve a instalar al PSG en cuartos de la Champions, instancia a la que llegó por tercera vez en su historia; cosa curiosa, los parisinos clasificaron de la mano con Barcelona -obtuvo su pase a cuartos en paralelo-, rival al que en las dos ocasiones anteriores que llegó a los emparejamientos de los ocho mejores del torneo lo tuvo enfrente: en la temporada 2012/13 se quedó al margen por la diferencia de goles como visitante, y en la temporada 1994/95 más bien eliminó al elenco culé y accedió a semifinales, lo máximo a lo que ha arribado en este torneo. ¿El destino lo pondrá de nuevo frnete al Barça? Quién sabe. Lo único concreto es que este PSG apunta alto y se da el lujo de caminar en la Champions con rotación de piezas y una simple mirada de desprecio.

Fotos: AFP

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